En el contexto del vigésimo aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz, este sábado fue clausurado el Festival Verdad, que la UCA realiza desde hace 14 años. El Festival nació precisamente para oponerse a la mentira y la impunidad, como una exigencia de que resplandezca la verdad. Los Acuerdos de Paz tenían como uno de sus grandes objetivos lograr la reunificación de la sociedad salvadoreña, dividida por el conflicto armado que cobró la vida de decenas de miles de compatriotas. Sin embargo, ese objetivo, más que ningún otro, quedó solo en el papel. Veinte años después de firmada la paz, la sociedad sigue dividida y, contrario a lo que se dice, las profundas heridas de la guerra siguen abiertas.
El informe de la Comisión de la Verdad, que investigó las graves violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado, fue totalmente ignorado. Cinco días después de su presentación, el Gobierno del presidente Cristiani sancionó la ley de amnistía y sepultó con ella la posibilidad de conocer la verdad y avanzar en la reconciliación. Una ley que fue inconstitucional porque nuestra Constitución prohíbe que se beneficien de una amnistía funcionarios del mismo Gobierno que la promulga. Una amnistía que fue contraria al derecho humano internacional porque incluyó crímenes de lesa humanidad, como las masacres en El Mozote y el Sumpul, el magnicidio de monseñor Romero y el asesinato de los jesuitas, Elba y Celina Ramos. Una ley que inhumanamente otorgó impunidad para los criminales de guerra y desconoció el daño, el sufrimiento y el derecho de las víctimas.
Por eso nació el Festival Verdad. Y porque las razones por las que nació siguen vigentes, la UCA sigue promoviéndolo. Desde los tiempos de Cristiani hasta los de Funes, todos los Gobiernos nos han dicho que no conviene conocer la verdad de lo que pasó porque eso es abrir las heridas del pasado. Pero lo único que puede sanar las heridas es el conocimiento de la verdad que y la justicia, los dos pilares de una verdadera paz. Además, las únicas personas que tienen derecho a otorgar el perdón son las víctimas, y es a ellas a quienes se debe escuchar y atender. Por eso es inaceptable el "borrón y cuenta nueva", el "perdón y olvido" que viene desde el poder y desde los victimarios.
Por eso este año el Festival Verdad llevó por lema de todas sus actividades "Paz y justicia desde el clamor de las víctimas". Mientras no se escuche y se dignifique a las víctimas, la paz será un remedo y la reunificación del pueblo salvadoreño, una quimera. Tarde o temprano, la verdad saldrá a la luz, como sucedió en Argentina y en Paraguay, como está sucediendo en Guatemala. Y entonces la paz y la justicia se besarán, como dice la Biblia, y el Festival será para celebrar la verdad, no para exigirla.