El riesgo de cargar con la realidad

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Omar Serrano
15/05/2020

Una mujer sabia de mi pueblo decía que no todas las tormentas llegan para perturbar la vida; algunas llegan para limpiar el camino. En la actual coyuntura, hemos recibido, como universidad y como personas, innumerables muestras de apoyo y solidaridad. Mensajes que agradecemos profundamente. Compañeros de trabajo, amigos y amigas, gente que no hemos tratado personalmente, de fuera y dentro del país, desde jerarcas religiosos y defensores internacionales de los derechos humanos hasta nobles pobladores de barrios y colonias nos han expresado su cariño y, también importante, que comparten y comprenden nuestra actuación. Por supuesto, no han faltado las ofensas, insultos y calumnias, que denotan no solo falta de altura moral, sino también carencia de argumentos. Pero hay algunos cuestionamientos hacia la UCA que por transparencia vale la pena atender. Van esencialmente en dos líneas.

La primera es que la UCA se equivocó al aceptar ser parte del Comité del Fondo de Emergencia, Recuperación y Reconstrucción Económica. A lo largo de sus 55 años de vida, la Universidad ha cometido errores. Pero lo que nadie puede negar sin mentir es que siempre ha actuado con el propósito de aportar a la dignificación de la existencia de los salvadoreños, especialmente de aquellos, como dice Jon Sobrino, para quienes la vida es un camino cuesta arriba. Por supuesto que nos hemos equivocado, pero no decir que siempre se ha tenido la decencia y honradez de rectificar institucionalmente es no honrar la verdad.

Como lo recordó una compañera a través de una publicación en una red social, Ignacio Ellacuría apostó en 1976 por una propuesta de reforma agraria en los tiempos en que el general Arturo Armando Molina era presidente del país. A pesar de las mordaces críticas, la UCA entendió que cambiar la estructura de la tenencia de la tierra, la principal fuente de riqueza de aquel tiempo, era la vía hacia la justicia social. ¿Un error? Tal vez. Pero la Universidad vio la oportunidad y apostó. Cuando el Gobierno de entonces se echó atrás por presiones de la oligarquía terrateniente, Ellacuría fue uno de los principales críticos de la medida y desde entonces se convirtió en blanco de ataques gubernamentales.

En octubre de 1979, el rector de la UCA, Román Mayorga Quirós, dejó su puesto para ser parte de la Junta Revolucionaria de Gobierno. Mayorga Quirós dio el paso luego de vislumbrar un camino, a través de militares y jóvenes, para detener tanto las violaciones a los derechos humanos como un derramamiento de sangre que parecía inminente. ¿Se equivocó? Quizá. Como dijo después el antropólogo y jesuita Ricardo Falla, lo que parecía más realista resultó utópico e impracticable. Y cuando la violencia se impuso, la UCA se distanció de la Junta. A raíz de ello, Mayorga y otros miembros de la Universidad tuvieron que exiliarse para no perder la vida. El campus fue blanco de ataques. El 16 de febrero de 1980 la residencia de los jesuitas recibió 100 impactos de bala.

La segunda línea de cuestionamiento es que la UCA ha sido manipulada por la empresa privada, ya sea por ingenuidad o como parte un plan orquestado para boicotear al Gobierno. Este cuestionamiento no tiene sustento. De lo mismo se ha acusado a la Universidad a lo largo de su historia, en múltiples ocasiones. Que se diga hoy que la UCA, al criticar la falta de transparencia y las actuaciones autocráticas del Gobierno de Nayib Bukele, le hace el juego a la derecha o es su aliada es cerrar los ojos a lo evidente. Los que así piensan pretenden pintar al Gobierno como víctima de oscuros y malignos planes.

Normalmente en la vida tengo más dudas que certezas, pero si de algo estoy seguro en este caso es que la víctima no es el Gobierno. Más bien creo lo contrario, que es victimario, sobre todo de la verdad, de la dignidad humana y de la racionalidad. Creo también que los hechos están a la vista, pero en un mundo de mentiras decir la verdad es causa de linchamiento mediático, de persecución y de expresiones de odio. Las descalificaciones y ataques no aportan nada al debate tan necesario como ausente en estos tiempos.

A los miembros del Comité, tanto de la sociedad civil como del Gobierno, les guardo mi consideración y respeto. Ellos lo saben. Y saben que eso no quiere decir que pensemos igual ni que la misión de la universidad para la que tengo la suerte de trabajar haya cambiado, como no cambió antes, aun enfrentando riesgos, amenazas y ataques. Aceptamos entrar al Comité siendo conscientes de los riesgos, pero con la esperanza de incidir para aliviar el sufrimiento de tanta gente. Quizás nuestro pecado fue pensar que podíamos ser escuchados y pretender transparencia en la noche oscura que embarga a nuestro sufrido país.


* Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social.

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Salvador2017806389
15/05/2020
23:29 pm
Buenas noches Don Omar. Su comentario es excelente, comparto su opinion sobre la participacion de la UCA en ese Foro. Realmente no creo que el presente gobierno, quiera escuchar a personas capacitadas, que pueden presentar argumentos solidos. Las atcticas que esta utilizando son muy peligrosas para el futuro de nuestro pais, lamento decirlo, pero no comparto con ese monron de personas que lo apoyan ciegamente. Para mi usted y la UCA, representan la critica libre, objetiva y realista de la situacion en El Salvador. Sigan trabajando en esa direccion, que tienen el apoyo de las personas pensantes de nuestro sufrido pais. Aclaro que yo soy uno de los miles de refugiados viviendo en el exterior, pero que vivimos cada dia pensando en volver algun dia a nuestra patria. saludos amigo Omar.
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Leticia
15/05/2020
18:35 pm
A los que vemos con mucha preocupación el rumbo que está tomando nuestro país, con un gobierno manipulador que nos está llevando a un callejón sin salida, le damos las gracias a usted en lo personal y a la UCA como institución, por haberse retirado a tiempo de ese comité que al señor Presidente solo le servía para hacer creer a muchas personas que sus acciones estaban siendo avaladas por académicos de mucho prestigio.
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Armando
15/05/2020
16:55 pm
Buenas tardes, Omar. Yo, como ex UCA, me siento muy orgulloso de la manera como la UCA ha actuado en este y todos los casos que tu muy bien resumes en tu artículo. Este capítulo referente a la participación en el Comité para supervisar la buena inversión de los fondos (que le pertenecen a todos los salvadoreños), solicitados por el GOES para atender esta emergencia de la pandemia, no ha sido un error, si no mas bien, un deber y decir "presente" cuando el país más lo necesita. Es muy atinado el retiro de dicho comité si el GOES no hace mas que tener un grupo para intentar justificar las inversiones que realiza a su antojo y que no acepta ningún tipo de sugerencia ni control. De ninguna manera es un error el haber participado. Si no lo hubiera hecho, probablemente si lo hubiera sido.
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Flora
15/05/2020
15:59 pm
Muy buen artículo Omar. Nos recuerda que la UCA siempre ha estado "ahí", en nuestra historia reciente, como otras instituciones de las que incluso algunas ya no están. Creo que la Universidad ha hecho lo que tenía que hacer, tanto al aceptar formar parte del Comité, como al salirse de él. Ese recuento histórico que has hecho le da la razón a la UCA , así que este posiblemente será otro de sus hitos históricos que aparecerá en la memoria de este país dentro de unos años. Gracias por eso.
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