Desde el 4 de marzo, un grupo de jóvenes mantiene cerrada la Universidad de El Salvador exigiendo que se amplíe el cupo para estudiantes de nuevo ingreso. Este problema de admisión ha sido recurrente, pero este año se ha desbordado a tal grado que, según la prensa escrita, el Rector pondría denuncias a la Corte Suprema de Justicia y a la Asamblea Legislativa porque la Policía y la Fiscalía no han actuado como se esperaba; además, de forma paralela, propondrá al Consejo Superior Universitario una reforma al reglamento disciplinario, para que personas que participen en acciones ilegales sean expulsados de inmediato del campus de la Universidad. La situación es complicada ya que este problema (la admisión) no tiene solución inmediata, y, como se explica en seguida, la cuestión más grave ni siquiera se discute en la agenda nacional.
Según el compendio mundial de la Unesco titulado Comparación de las estadísticas en el mundo, el número de estudiantes que optaron por educación terciaria (arriba del bachillerato) se quintuplicó en el planeta durante el período 1970-2007, pasando de 28.6 a 152.5 millones. Esto se realizó a una tasa anual de crecimiento de la matrícula de 4.6%, lo que significa que el número de estudiantes en este nivel educativo se duplica cada 15 años. En Latinoamérica y el Caribe, la tasa anual de crecimiento es del 6.8%, y en El Salvador es del 3.37%. Es decir, la tasa anual de crecimiento del país está por debajo de la mundial y a la mitad de la tasas de crecimiento de los países de Latinoamérica. Se estima que El Salvador duplicará su población estudiantil universitaria en 22 años cuando otros lo harán en 10.
De aquí surgen dos preguntas: ¿este bajo desempeño en la matrícula se debe a que no se tienen estudiantes para el nivel terciario? y ¿será que el sistema de educación superior ya colapsó? Para atender a la primera pregunta, se presentan los datos globales de la educación superior del país obtenidos de la publicación del Conacyt del año 2009, Estadísticas sobre actividades científicas y tecnológicas, El Salvador 2008.
Como se observa en la tabla, los estudiantes que se admite a las universidades cada año rondan los 25,000. Sin embargo, se sabe que cada año se gradúan más de 60,000 nuevos bachilleres. Entonces, la tasa de crecimiento anual de matrícula es baja no porque no existan estudiantes potenciales, sino porque la gran mayoría no aplica a estudios superiores por diversas razones que no se han estudiado. Este es un problema mayor que el que tiene la UES en este momento: ¿qué hacen los más de 35,000 jóvenes que año con año se gradúan de bachilleres y que no ingresan a la universidad?
Este último problema se ha agudizado debido a que el bachillerato ahora es de dos años, los bachilleratos con especialidades están desapareciendo y el sistema educativo no prepara a los jóvenes para que puedan sumarse con éxito a la fuerza laboral del país. Esto se complica cuando la tasa de desempleo es alta y los trabajos formales y decentes son escasos. Así las cosas, es urgente reformar los estudios de secundaria de tal forma que los jóvenes que logran estudiar el bachillerato adquieran algunas habilidades que les permitan ganarse la vida. Y, por supuesto, es necesario elevar la calidad de la educación que se les imparte, de tal forma que los bachilleres que decidan continuar sus estudios tengan los conocimientos suficientes para ser admitidos a la Universidad y tengan una buena orientación vocacional. Estas metas se alcanzan en años; por ello, debe actuarse desde ya.
En relación a la segunda pregunta, es claro que el sistema de educación superior ha colapsado y tiene una escasa capacidad para absorber nuevos estudiantes. El informe del Conacyt, con base en datos del Ministerio de Educación, establece que "en el período (1997-2008) los estudiantes del sector privado han crecido en un 5.94% (de 87,099 a 92,270 estudiantes) mientras que el sector público creció en 62.66% (de 28,492 a 46,345 estudiantes). De tal forma que, en el período, el sector público [la Universidad de El Salvador] pasó de atender el 24.65% al 33.43% de los estudiantes totales". Esto se muestra en la figura.
La ciudadanía y los jóvenes que se han tomado la Universidad deben estar conscientes de que la UES ya no tiene capacidad para absorber la demanda actual y futura de estudiantes. Esto implica que la solución a la problemática actual debe pasar a otra instancia. El Estado será irresponsable si deja sola a la Universidad en este problema. No es mediante desalojo y golpes que se resolverá este problema. Ahora más que nunca debe prevalecer el diálogo a fin de no aumentar la violencia social que ya existe en el país.
Una idea para resolver la situación es ampliar la cobertura a través de la educación a distancia. En esto, el país debe pensar en alianzas con, por ejemplo, la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica o la Universidad Nacional de Educación a Distancia de España para atender esta demanda mientras la UES desarrolla sus propias capacidades en este tema.
El tiempo pasó sin que el país lograra entrar en el paradigma educativo de 30 estudiantes por aula. Ahora debe acelerar el proceso para hacer suyo, lo antes posible, el paradigma de la educación "24/7", es decir, clases en línea las 24 horas del día y los siete días de la semana.