Llamado a la responsabilidad de todos

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La Conferencia Episcopal de El Salvador (Cedes) emitió recientemente un excelente comunicado animando a la población a votar desde el ejercicio de la conciencia responsable. Se trata, nos dicen, de un fuerte desafío al tener que votar desde “la frustración” que producen los partidos políticos y la corrupción de algunos de sus dirigentes. Desesperación que se vuelven muy intensa en las zonas donde abunda “la violencia homicida”. Hay miedo, hay desánimo y hay desconfianza. Y por eso nuestros obispos insisten en que las autoridades garanticen “a todos los ciudadanos y ciudadanas la posibilidad de ejercer su derecho al sufragio en total libertad”. La transparencia y el respeto a la voluntad popular son indispensables para que la gente inicie un camino de recuperación de confianza en la política.

La Cedes recuerda con fina intuición que “el voto es un derecho y una responsabilidad”. Estamos acostumbrados a escuchar que el voto es un derecho y un deber. Los obispos dan un paso más hacia la buena política, insistiendo en la responsabilidad. Esta implica la doble tarea de discernir a conciencia cuál de los partidos en contienda da mayores garantías de avanzar hacia la sana convivencia, la justicia social, el bienestar económico y todos aquellos valores y estructuras de protección social que garantiza nuestra Constitución y de los que estamos todavía lejos. Y nuestros pastores nos insisten en que la tarea no termina al discernir y votar: si hemos actuado responsablemente, el sufragio nos compromete a insistir y trabajar en favor de la realización de las promesas que nos movieron a las urnas; promesas que deben realizarse para concretar en El Salvador el bien común y el respeto a la Constitución.

En su calidad de representantes de “un pueblo que sufre”, los obispos insisten en algunos temas cuya solución debe ser prioritaria para cualquier político que llegue a la Presidencia de la República. Los citamos textualmente por su importancia:

Defender y garantizar el derecho a la vida, al agua potable como bien público, a la salud, a la educación de calidad. En las circunstancias actuales se vuelve también prioritaria la protección al medio ambiente. Para que esto sea posible, es imperativo contar con un sistema tributario justo, que obligue a pagar sus impuestos a los que más tienen, en favor de los que tienen menos o viven en situación precaria; un sistema que garantice a los trabajadores su inalienable derecho a una jubilación digna y justa. Y nunca debemos perder de vista que no puede haber paz sin justicia, sin una lucha frontal contra la pobreza y la corrupción.

Este párrafo de nuestros obispos no solo está en total coherencia con la doctrina social de la Iglesia y con el pensamiento del papa Francisco, sino que es fundamental para marcar las líneas de la construcción de un futuro decente para El Salvador. En general, los políticos en su propaganda hasta ahora han tocado estos temas de un modo incompleto. Y por supuesto, no han mencionado algunos de los temas clave para el desarrollo, como el agua brindada a todos para consumo y saneamiento sin afán de lucro, y el parcial e injusto sistema tributario. Al final, el comunicado de nuestros pastores es un llamado a la responsabilidad de todos. Responsabilidad de los que votamos y responsabilidad de los políticos que queden al frente del Ejecutivo. Todos tenemos la obligación de animar, presionar y exigir a nuestros políticos que hagan bien las cosas.

Los obispos citan palabras del papa Francisco sobre la política, expresadas en su mensaje de la Jornada Mundial de la Paz de este año: “Es una de las formas más preciosas de la caridad, porque busca el bien común”. Y terminan invitándonos a seguir las llamadas de monseñor Romero a cambiar las cosas desde la raíz. Cambio que solo podrá realizarse si a todos, incluidos especialmente los políticos, les duele “de verdad la sociedad, el pueblo y la vida de los pobres”. Ojalá los políticos escuchen la voz de nuestros pastores.

* José María Tojeira, director del Idhuca.

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Anónimo
31/01/2019
14:19 pm
Y continúo con mi llamado a los jefes o jefas de personal, que en no pocas ocasiones son psicólogos o psicólogas. Por el amor de Dios! No usen la ventaja que les dan su saber y sus competencias para engañar a los empleados antiguos y forzarlos a jubilarse en pro del flujo de caja de sus empresas. Pónganse a pensar que un día ustedes mismos(as) estarán en situaciones similares! Mejor piensen en estrategias para aprovechar la experiencia y habilidades de sus empleados antiguos para mantenerlos empleados, en un compás de espera, mientras se revierte este sistema tan injusto que nos han legado los dizque padres de la patria y organismos financieros mezquinos internacionales. Conozco casos de acoso. amedrentamiento, engaño sutil, con empleados de bajo nivel educativo. Y conozco de lo mismo con empleados de alto nivel educativo. ¿Qué clase de profesionales son, Jefes de personal?¿Qué maquiavélica mente los ha formado para entregar por 30 monedas a sus compañeros(as)?
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Anónimo
31/01/2019
14:10 pm
Con relación al derecho a una jubilación digna y justa, mencionada por los obispos, también hago un llamado a las empresas, para que no presionen ni acosen a los que llegamos a los 60 años para jubilarnos inmediatamente. Se comprende que las empresas requieren ser sostenibles y desean sustituir salarios de trabajadores antiguos con salarios mínimos pagados a jóvenes recién contratados. Y se comprende que necesitan la mente despierta, la vitalidad y el dinamismo de la juventud para la productividad. Pero ello no justifica la mala praxis de forzar (con estrategias crueles, antiéticas y maquiavélicas) el retiro súbito de sus empleados antiguos, recién entrados en la tercera edad. A las empresas públicas y privadas se les hago un llamado a la humanidad, a la piedad, a la clemencia. Por amor de Dios! Los están forzando a una pobreza súbita relativa. Recuerden que incluso hay gente de la que dependen niños, personas desempleadas, o con necesidades especiales!
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Anónimo
31/01/2019
13:47 pm
Independientemente del partido o candidato por el que voten, hago un urgente llamado a todos y todas a exigir y movilizarse organizativamente para que el nuevo presidente que luche y garantice un sistema de pensiones digno, con carácter retroactivo, además de los otros derechos inalienables mencionados por los obispos. ¿Como es posible que quienes se jubilan pasen en su vejez, y repentinamente, a ganar la cuarta parte de lo que devengaban en sus días más productivos? Definitivamente los políticos, con la reforma, favorecieron sus mezquinos intereses condenando a muchos jubilados a un estado de pobreza relativa. Los jóvenes deben luchar hoy por reivindicar sus pensiones antes que estas desaparezcan. Chile está dando luces de abolir y cambiar un sistema de AFP que siempre ha estado totalmente a favor de los dueños de las mismas en detrimento de los ahorros de los pensionados. Despierten jóvenes! Despierten adultos y adultas! Salgamos a defender nuestros derechos!
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