Lo extraordinario de unas medidas poco extraordinarias

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Rodolfo Cardenal
06/04/2016

Algunas reacciones a los artículos que acá publicamos exigen alternativas. En ausencia de las mismas, el autor de una de esas opiniones se decanta por la opción represiva, porque la violencia aterroriza. Esto es muy cierto, y comprensible. Pero no justifica precipitarse por un camino que solo conduce a más muerte, más sufrimiento y más terror. Ciertamente, tal como apunta una de esas opiniones, la misión de la Universidad no es formular estrategias para combatir el crimen, mucho menos cuando no dispone de especialistas en el tema. El amateurismo en una materia tan delicada es irresponsable.

A pesar de ello, cabe señalar algunas alternativas, como incomunicar los centros penales, una medida incluida en el paquete recién anunciado. Otra muy oportuna y de la cual todavía no se ha hablado es restringir el comercio y posesión de armas de fuego. De la misma forma que se persigue la droga, incluso la usada para el consumo personal, se debiera controlar la comercialización legal e ilegal de las armas. Esto último incluye el contrabando y el mercado negro, actividades que hasta ahora se practican con enorme liberalidad. Asimismo, debiera controlarse mejor el inventario de armas del Ejército, ya que con cierta frecuencia aparece armamento de guerra de su propiedad de manera inexplicable en manos de civiles. Un riguroso control de las armas de fuego representaría una valiosa contribución para limitar la fatalidad de la violencia y para esclarecer los homicidios.

Tampoco se ha rastreado la comunicación del extorsionador ni la circulación del dinero obtenido de esa forma. Es inexplicable que los Gobiernos todavía no hayan podido intervenir el flujo de esas comunicaciones. De la misma manera, es muy factible seguir los movimientos financieros y de propiedad inmueble, tal como ya se ha hecho en Honduras. Pero para dar esos pasos es necesario superar la desidia, la infiltración y la incapacidad tecnológica y policial. Nada de esto es fácil de alcanzar ni arroja resultados inmediatos, tal como lo está mostrando el forcejeo entre el Gobierno y las empresas telefónicas, que se resisten a cortar la señal en los centros penales.

La Policía Comunitaria y las juntas de vecinos, de las cuales se ha comenzado a hablar, son en sí mismas medidas prometedoras. Pero su eficacia depende de la superación de algunos obstáculos. La comunidad no va a colaborar con unos policías y soldados de los que desconfía, que le infunden temor y no le ofrecen seguridad. La prepotencia y la agresividad que los ha caracterizado no facilitan la construcción de esa clase de nexo comunal. En muy pocas ocasiones la Policía acude en ayuda de una comunidad en necesidad. En realidad, la desconfianza es mutua, porque el policía, acosado por las pandillas, tiende a ver un enemigo en la población.

Las juntas de vecinos ya han sido recibidas con recelos por parte de los políticos de la oposición, que con razón temen que sean manipuladas por el partido de Gobierno. Pero eso no es todo. Las referencias de los políticos parecen indicar que se trata de que los vecinos asuman su propia defensa, es decir, se pretendería profundizar aún más la privatización de la seguridad. Si así fuera, la medida implica armar a las juntas y, por lo tanto, autorizarlas a disparar “en defensa propia”. De esta manera, el Gobierno estaría delegando poder jurisdiccional a unos organismos vecinales proclives a la venganza por los más variados motivos.

Estas no son más que algunas alternativas que ameritan una seria consideración. Sobre su aplicación y sobre otras posibilidades, lo más recomendable es acudir a los especialistas en temas de seguridad ciudadana, no confiar en lluvias de ideas. Esa consulta es necesaria y urgente, porque las propuestas gubernamentales se quedan cortas. Sin duda, algunas medidas son muy necesarias. De hecho, podrían haber sido adoptadas sin tanta alharaca hace ya mucho tiempo y quizás así se podría haber disminuido el nivel de la violencia. Otras medidas tienen un carácter claramente vengativo e incluso es probable que alguna roce la ilegalidad. La venganza satisface pasiones, pero es irracional y, sobre todo, no transforma la realidad.

El despliegue publicitario que ha rodeado el anuncio de esas medidas extraordinarias resulta muy útil para elevar la valoración del Gobierno en la opinión pública. Pero una vez perdido el impulso inicial, la dura realidad reaparece con toda su crueldad y dramatismo. Ninguna de las medidas anunciadas es tan extraordinaria como propaga la publicidad. Si algo tienen de extraordinario es que al fin el Gobierno se ha decidido a aplicarlas; aún más extraordinario sería que entregaran los resultados prometidos.

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Anónimo
20/04/2016
10:38 am
Gran entusiasmo el que tienen por la aplicación de otra fracasada super, super, super mano dura, ahora con batallones. Esta gente fantasiosa no recuerda que las pandillas viven enmedio de la población y que morirá mucha población civil en la tal persecución de las pandillas y \"recuperación\" de territorios. Al recuperar esos territorios que tanto sueña Memo Gallegos de Gana, tendrán las autoridades que quedarse en el lugar de la \"recuperación\", porque al retirarse vuelven los victimarios al mismo lugar. Nunca pensaron en otras medidas inteligentes para detener la violencia, solo quieren terminar un problema estructural con balas. Fracasarán de nuevo y habrá más violencia y venganzas que alcanzarán hasta a la población que en los comentarios se pronuncian por el enfrentamiento y el derramamiento de sangre. Nunca pensé que después de una guerra cruel la gente se pronunciara por más guerra y dolor. No aprenden!!
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Anónimo
09/04/2016
10:27 am
Al respecto de la seguridad y las medidas dizque extraordinarias, en ningún momento se habla de combatir a los grupos de exterminio formados por grupos de sicarios pagados por grupos de poder que quieren que la violencia semantenga para utilizarla como caballito de batalla contra el gobierno y acusarlo de inútil para combatir la violencia. Esas masacres de hasta diez personas dudo que sean cometidas por las pandillas. En una de esas cobardes masacres la población de la zona en que se dió asegura que nunca tuvieron noticias de la existencia de pandilleros en los alrededores. Además las personas asesinadas, ni son pandilleros ni han tenido que ver con actos de violencia. Estos grupos de exterminio, cuya existencia niega la policía, hace poco subieron un video confirmando su existencia. Como a las pandillas no le creerían si niegan haber cometido estas masacres, los exterminadores continúan matando por matar. Las autoridades deberían aceptar esta realidad y actuar.
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Anónimo
08/04/2016
13:55 pm
No se si ha comprendido la propuesta que el Vice-Presidente de El salvador ha hecho con enfoque de conformar comunidades para la seguridad ciudadana. La verdad, durante la guerra lo que existía eran grupos \"pone dedo\". Eran una especie de zopilotes que se encargaban de limpiar la carruña, para esa época, la carruña era todo ciudadano que no comulgara con la idelogía del ejercito o sea eras eliminado por defecto por grupos de exterminio llamados escuadrones de la muerte que su función era ir a sacar la gente y asesinarla. En ese sentido, es que el vicepresidente propone estas comunidades de apoyo que trabajaría en coordinación con la policía. Aca la pregunta es. Los resultados serán los mismos que durante el conflicto? Si asi fuera, la política sería absurda.
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Anónimo
08/04/2016
07:04 am
Lo que nunca voy a entender, es por qué nosotros el pueblo estamos pagando, ojala que realemnte haya resultados favorables, porque es duro ver cuándo, la Policia Nacional Civil, junto con la Fuerza Armada llega y hacen un cateo en determinado lugar, buscando a los que delinquen, pero no es solo eso, destruyen todo a su paso, y tu casa te la dejan hecha pedazos que hacer con este tipo de cosas, Que harías tu cuándo llegas a tu casa y encuentras todo destrozado el gobierno no le devuelve a uno lo roto y quebrado, simplemente salen del lugar y aquí no sucedió nada a esto le llaman medidas extraordinarias. Pues no se que será lo demás.
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Anónimo
06/04/2016
20:45 pm
Muy de acuerdo en muchas de sus ideas. la verdad este es un problema que este pais ha tenido desde el fin del conflicto armado. Dejenme decirles que estas medidas las implementaran en un año segun la comisión de seguridad de la asamblea pero y despues? ¿que pasara?ademas no entiendo porque el pueblo paga un impuesto a la seguridad cuando es obligacion del estado y peor aun, esos fondos no alcanzan y se desvian a otros rubros de gastos publico. Esto no puede ser.
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