Lo bueno hay que señalarlo siempre, no solo la malo. En ese sentido, conviene comentar la decisión inédita del Tribunal Supremo Electoral (TSE) de abrir las urnas en Zaragoza. A pesar de estar firmadas las actas y de haber sido declarada la victoria de la coalición FMLN-PES en este municipio, las denuncias de errores de conteo eran creíbles y el Tribunal tomó la decisión de abrir las urnas señaladas. Una decisión jurisdiccional que no tiene precedentes, pero que no solo es válida legalmente, sino también, y sobre todo, éticamente. La apertura de las urnas confirmó que las denuncias eran objetivas, y el recuento de los votos dio la razón a los denunciantes. Concertación Nacional se convirtió en el ganador de la alcaldía de Zaragoza.
El derecho de la ciudadanía a la verdad es sagrado. Y en temas electorales no debe haber excepción, más aún si esa verdad puede introducir cambios en los resultados. La decisión del Tribunal es en este sentido una lección de ética. Y lo es especialmente porque nadie ignora que en el Tribunal hay una preeminencia del FMLN, como en otras ocasiones la ha habido de Arena. Y nadie ignora tampoco que Concertación Nacional es el hijo y heredero directo del Partido de Conciliación Nacional. Un partido que tiene una terrible historia de fraudes electorales en los años setenta, en los que gobernó férreamente El Salvador de la mano de militares poco civilizados. En el fraude de 1972, y lo mismo en el de 1977, ambos contra la Unión Nacional Opositora (UNO), el PCN destruyó urnas, trampeó y cambió los resultados del voto de muchos de los que ahora votan por el FMLN. Y sin embargo, en una lección de civismo y de maduración democrática, los miembros o simpatizantes del FMLN que están en el TSE han sabido superar cualquier tipo de deseo vengativo afincado en el pasado y han dado luz verde a una decisión de abrir urnas que es novedosa en El Salvador.
Esta actitud ética y democrática encuentra, no obstante, severas resistencias no solo en otros ambientes políticos, sino también dentro del FMLN. En vez de enorgullecerse del proceder ético de sus correligionarios en el TSE, no han faltado militantes del partido que los han insultado y amenazado por no seguir el estilo ganguero y antidemocrático que caracteriza a los partidos tradicionales. Preocupante es que incluso líderes del departamento de La Libertad estén amenazando públicamente con denunciar a los miembros del TSE ante la Corte Suprema de Justicia. Y es preocupante porque demuestra, en primer lugar, una crasa ignorancia de las facultades que todo tribunal supremo tiene de crear jurisprudencia en casos no previstos, pero en los que derechos tan fundamentales como el de la verdad pueden quedar en entredicho. Y, en segundo lugar, porque, demostrados los hechos, pretenden que prevalezca un error sobre la verdad. ¿Hasta cuándo entenderemos lo que es proceder éticamente en política?
El Salvador necesita una renovación ética. Y la necesita precisamente en los políticos de oficio. Las negociaciones bajo la mesa, la falta de trasparencia en las alianzas, los intereses de gobernabilidad por encima de lo que es buen gobierno dañan horriblemente la confianza ciudadana en las autoridades. Y un país sin confianza en sus instituciones y en quienes las dirigen es siempre uno destinado a la quiebra en el campo del desarrollo humano. Quiebra que generalmente va acompañada de graves fracturas entre la población, pobreza, desigualdad a todo nivel y violencia.
En general, hemos tendido siempre a acusar al TSE de parcialidad, ganguerismo y acuerdos internos reñidos con la ética. El pronto y exacto reconocimiento de la victoria presidencial del FMLN en un Tribunal que en aquel entonces dominaba Arena hizo que la opinión ciudadana se expresara notablemente mejor del TSE. La decisión actual, aunque de menor trascendencia, se mueve en el mismo estilo de responsabilidad ante la verdad y ante los derechos de la ciudadanía a la misma. Cuando El Salvador necesita crecer en trasparencia de las instituciones y en confianza ciudadana frente a estas, este caso debería ser presentado como un buen ejemplo y no meter los ruidos que parece ocasionar en una fracción del FMLN. Ojalá todos valoráramos adecuadamente la decisión jurisdiccional del TSE, igual que deberíamos valorar las decisiones libres e independientes de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Pero este es otro tema y merece un comentario más amplio en el futuro.