¿59 años de integración centroamericana?

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El 14 de octubre se celebra el Día de la Integración Centroamericana, una fecha que pasa desapercibida para la mayoría de la sociedad. En esta ocasión se celebraron 59 años del inicio del proceso de integración. Un proceso que tuvo impulso en sus inicios, casi murió entre las décadas de los setenta y los ochenta, y cobró nuevos bríos a inicios de los noventa. Aunque la integración centroamericana sigue siendo un reto importante para el futuro de los países de la región, goza de poca popularidad entre los habitantes de nuestros países y no ha dado los frutos esperados.

Esta baja popularidad se debe, en parte, a los nacionalismos, muchas veces teñidos de fanatismo, y a un pensamiento muy extendido que contrapone la integración del istmo con la necesidad de fortalecer la identidad y la soberanía nacionales. A lo largo de todos estos años, muy poco han hecho los Gobiernos y políticos de la región para concienciar a la población sobre los beneficios de la integración para cada uno de los países centroamericanos. Por el contrario, a juzgar por las decisiones que ha tomado a lo largo de estos 59 años, la mayor parte de la clase política tampoco está convencida de las bondades del proceso. Y la desaparición de los partidos integracionistas muestra también el poco apoyo que tuvieron estos ideales entre el electorado centroamericano.

Por otra parte, que se sepa tan poco del trabajo que realizan los diputados centroamericanos en el Parlacen no contribuye a crear conciencia sobre la importancia de la integración. Significativo es que el Parlamento Centroamericano haya cobrado relevancia más bien debido al cruel —y aún impune— asesinato de tres de sus diputados salvadoreños en Guatemala o por la noticia de que uno de sus miembros fue aprehendido transportando droga en su camioneta oficial.

Y si en los últimos años la integración regional ha ido avanzando con mejor paso y resultado, más ha sido por factores externos a la región que por dinámicas internas. Por ejemplo, el acuerdo para la unión aduanera centroamericana, que facilitará el comercio intra e interregional, se alcanzó gracias a la fuerte presión de la Unión Europea, que lo puso como condición indispensable para la firma del Acuerdo de Asociación entre el istmo y Europa.

Para la integración centroamericana es muy importante la libre circulación de personas y mercancías entre los países que conforman el grupo. Sin embargo, aún no se ha logrado que Costa Rica deje de solicitar visa de ingreso a los nicaragüenses, y en los últimos meses se han dado importantes pasos atrás en el libre paso entre los países que firmaron el CA-4. Los medios de transporte que deberían facilitar la movilidad entre los países centroamericanos tampoco están a la altura de lo que requiere la integración. El caso señero de esto es el precio que cobran las compañías de transporte de la región: al interior de Centroamérica, las tarifas por un viaje internacional son muy superiores a las que se cobran por una distancia similar dentro de un país.

Por lo anterior, llama la atención e indigna profundamente que en este 59º aniversario el SICA haya premiado a TACA por sus supuestos aportes a la integración centroamericana. En realidad, es todo lo contrario: TACA, con sus políticas de precios, ha hecho que Centroamérica sea la región con los viajes en avión más caros y, por ende, pese a su pequeño tamaño, una de las más restrictivas en términos de movilidad. Viajar de San Salvador a Tegucigalpa o Managua fácilmente puede costar más de la mitad de lo que vale un vuelo a Europa. TACA ha organizado un sistema de vuelos para su propia conveniencia, no para la de los usuarios y mucho menos para la de la integración. Por causa de ese sistema perverso, para un viaje entre dos capitales centroamericanas se requiere siempre hacer escala en El Salvador, alargándose así innecesariamente los tiempos de vuelo. Es claro que TACA no entiende a Centroamérica como una unidad regional que necesita de una comunicación rápida y eficiente. Para colmo de males, la compañía se ha opuesto sistemáticamente a la llegada de otras líneas aéreas que podrían dar un mejor servicio a la región. Y cuando a estas se les ha permitido volar, TACA ha puesto en marcha una feroz competencia desleal: ha bajado los precios de sus vuelos hasta que la competencia desaparece y luego vuelve a sus prohibitivas tarifas de siempre.

La integración, necesaria e imprescindible para el futuro de la región y su inserción en el mercado mundial, requiere de un mayor impulso, del compromisos de los Gobiernos, de políticas que la favorezcan sin ambages y de un trabajo más proactivo del Parlacen. No podemos darnos por satisfechos con los relativos avances (quizás el mayor de ellos es que el comercio intrarregional se ha multiplicado por mil) que se han dado a lo largo de estos 59 años. Se tendría que haber avanzado mucho más, y sin duda ello hubiera contribuido a un mayor desarrollo político, social, económico y cultural de la región.

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Anónimo
13/10/2011
16:18 pm
pienso que es muy interesante
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