¿Quién es el que no está preparado?

¿Una Asamblea Legislativa integrada con diputados de un solo partido? Probablemente a la mayoría de la población la sola idea le provoque rechazo. Sin embargo, eso se ha dado desde siempre en los concejos municipales. El partido que gana una elección, sin importar el porcentaje y la diferencia con el resto de partidos, se lleva todo el concejo. La lucha por hacer representativas las alcaldías no es algo de hoy. En 1994 se firmó un pacto entre el entonces presidente electo Armando Calderón Sol y Rubén Zamora para llevar a cabo una profunda reforma del sistema electoral. Entre otras cosas, se comprometieron a implementar la integración proporcional de los concejos municipales. En 1997, Naciones Unidas elaboró un informe con cinco recomendaciones de reformas al sistema electoral, una de las cuales era la representación de minorías en los concejos municipales. En 2004, la Plataforma Ciudadana para la Reforma Electoral propuso la integración plural de los concejos municipales. Lamentablemente, ninguna de estas iniciativas fue aprobada dentro del hemiciclo legislativo. Tuvieron que pasar casi dos décadas para que este avance democrático se abriera camino. En marzo del año pasado se aprobó la implementación de los concejos municipales plurales, para entrar en vigor en las elecciones municipales de 2015.

Sin embargo, ahora resulta que no es seguro que esto suceda. Uno de los sectores que nunca ha visto con buenos ojos esta modalidad es el de los ediles, que en el pasado argumentaron que la presencia de varios partidos en los concejos podría entorpecer la armonía y dificultar la toma de decisiones municipales. En concreto, fueron los alcaldes de los partidos de derecha los primeros en alzar la voz contra la inminente medida. Ahora la discusión se ha trasladado a la Asamblea Legislativa, donde diputados de Arena y Conciliación Nacional introdujeron una pieza de correspondencia para que la pluralidad en los concejos entre en vigencia hasta las elecciones de 2018. Propuesta que también tendría el respaldo de los diputados de GANA.

¿Qué razones esgrimen estos partidos para solicitar una prórroga? Han dado dos. La primera, que hay vacíos legales que pueden dar lugar a demandas de inconstitucionalidad. El edil migueleño, Wilfredo Salgado, lo expresó así: “No queremos que vaya a haber un desorden político, administrativo (…) en los 262 municipios”. La segunda razón la dio el diputado arenero Alberto Romero, uno de los que presentaron la propuesta de postergación. A su juicio, “la ciudadanía no está preparada para los concejos plurales”, por lo que pide que el próximo año la lógica de integración de los concejos sea la de toda la vida: el ganador se queda con todo.

Los supuestos vacíos legales pueden resolverse si los diputados quieren hacerlo. Argumentar que la ciudadanía no está preparada para esta modalidad no solo es falso, sino insultante. En 2009, la derecha dijo que El Salvador no estaba preparado para la alternancia en el Ejecutivo; no obstante, esta se dio por la voluntad popular. Cuando se introdujo el voto por rostro, se dijo eso mismo y la ciudadanía demostró un alto sentido cívico y de madurez. Ahora, con los anunciados y tan esperados concejos municipales plurales, se sale otra vez con que el pueblo no está preparado. Los diputados, los partidos y especialmente los alcaldes, muchos de los cuales competirán por una reelección, deberían admitir abiertamente que son ellos los que no están preparados para practicar la democracia. Así ha sido siempre: le achacan a la gente sus propias incapacidades. Y esto pese a que la pluralidad municipal aprobada es limitada, pues no reflejará fielmente la proporcionalidad de los votos. Aun así, la sola entrada en vigencia de los concejos municipales plurales es un avance importante, que quieren frenar los que han hecho de la política una cueva de lobos.

Está de sobra demostrado que el pluralismo en los concejos municipales fortalece la democracia representativa, ya que los electores se sienten y están representados en esa instancia. Además, esta medida ayudará a despolarizar la sociedad, incentivará la participación ciudadana, aumentará la transparencia en el uso de los recursos y en la gestión municipal, y abonará a la gobernabilidad democrática. Hasta los mismos partidos que se oponen a la medida saldrían beneficiados, porque estarían representados en muchas más alcaldías que las que gobiernan en la actualidad. Si triunfa el afán de los partidos de derecha, El Salvador seguirá siendo el único país de América Latina que no elige concejos plurales; es decir, continuará en el rezago democrático.