Compromiso con la Tierra

4
Editorial UCA
28/04/2013

Hace apenas ocho días, cuando a nivel mundial se celebraba el Día de la Tierra, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales presentó públicamente su estrategia nacional frente al cambio climático. Fue ese un significativo regalo para nuestra gente y nuestra tierra. De llevarse a cabo lo propuesto, mucho dolor y sufrimiento nos ahorraremos ante los eventos climáticos que inevitablemente sucederán en el país. Como todos sabemos, a lo largo de las últimas décadas, El Salvador ha vivido un acelerado y grave proceso de degradación ambiental. Muchos son los factores que han contribuido a ello, pero sin duda uno de los principales es la ausencia de políticas adecuadas para proteger al medioambiente. Ha sido la mano del hombre la que ha causado nuestra debacle ambiental, hasta rozar la frontera de lo irreparable. Un daño a la naturaleza que se ha agravado por el cambio climático.

El fenómeno nos golpea desde hace años. Todos somos testigos de que el clima en el país ha cambiado y que este cambio ha producido pérdidas en vidas humanas y graves daños a la infraestructura. No podemos resignarnos a eso. Hoy, la sociedad es más sensible al tema y demanda que se mitiguen los riesgos asociados al cambio climático, que se protejan los recursos naturales. Tanto la política nacional de medioambiente como la estrategia nacional ante el cambio climático son respuestas a esa demanda social y a la necesidad de hacer frente a una realidad que es cada vez más amenazante. Aunque El Salvador y la mayoría de los países pobres no han contribuido de forma significativa al cambio climático, son los que a la fecha han sufrido —y sufrirán— con mayor rigor sus efectos.

Por ejemplo, se afirma que en los próximos 50 años la temperatura promedio a nivel mundial subirá de 2 a 3 grados centígrados, pero se prevé que en nuestro país el incremento sea del doble, es decir, de entre 4 y 6 grados. Esto, por supuesto, tendrá dramáticas consecuencias. Es fundamental, por tanto, que el Estado salvadoreño tenga una posición clara y combativa en los foros internacionales, que exija a los países con mayor responsabilidad en el cambio climático que cumplan con los compromisos asumidos en el Protocolo de Kyoto. Una posición igual de seria a la que ha exhibido localmente para hacer frente a la elevada vulnerabilidad medioambiental de nuestro territorio. El trabajo hecho por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, bajo la dirección de Herman Rosa y Lina Pohl, es el primer esfuerzo serio y profesional por revertir la degradación ambiental, disminuir los riesgos ante los eventos climatológicos y enrumbarnos a garantizar la vida de las generaciones futuras. Sin embargo, no podemos quedarnos satisfechos con ello. Hay que dar un paso más: destinar los recursos necesarios para hacer realidad las acciones que la política nacional de medioambiente y cada una de sus estrategias complementarias se proponen.

La protección ecológica y la adaptación al cambio climático son una necesidad ineludible, pues, tal como afirman las autoridades del Ministerio, "la degradación ambiental y la variabilidad climática son un gran freno para mejorar la calidad de vida y construir una economía robusta, competitiva, con capacidad de crecer y generar empleos de calidad. Además, agravan la situación de riesgo de nuestra población, especialmente la más pobre". La tarea no es fácil ni de corto plazo; requiere de un esfuerzo que deberá sostenerse por años, incluso décadas, por lo que solo será posible cumplirla con el accionar coordinado de todo el Estado, incluyendo las municipalidades, y con el respaldo y participación plena de la ciudadanía. En esto, el ejemplo de Costa Rica nos debería animar: en los últimos 50 años, gracias a una política estatal decidida y permanente, el vecino país ha reducido drásticamente su tasa de deforestación y es hoy una joya verde, destino ecoturístico a nivel mundial.

Lo más visitado
0