El proceso electoral salvadoreño transcurre en un contexto marcado por tres factores: crisis en la economía familiar de muchos hogares, amplia desinformación y un régimen de excepción temido por algunos, pero apoyado por la mayoría. Así lo revela la primera encuesta preelectoral del Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop). El costo de la vida, en especial el de la canasta básica, se ha disparado. Casi dos terceras partes de la población (64.5%) piensan que el principal problema del país tiene que ver con variables económicas (desempleo, inflación, pobreza). Por otra parte, 77 de cada 100 personas desconocen que en marzo pasado se reformó el Código Electoral para eliminar la prohibición de hacer cambios en el año previo a una elección. El 65% no sabe que habrá dos fechas electorales (el 4 de febrero para presidente, vicepresidente y legisladores, y el 3 de marzo para concejos municipales y diputados al Parlacen) y más de la mitad ignora que se sustituyó la fórmula para asignar los escaños de la Asamblea Legislativa. La mayoría sí sabe que se redujo el número de municipios y el de diputados, pero desconoce los nuevos municipios y su composición, y la cantidad de diputaciones asignadas a su departamento.
Así las cosas, la intención de voto beneficia en todas las contiendas al partido del presidente. Para la elección presidencial, el 61.7% de los encuestados dice que votará por Nuevas Ideas, el 14% no lo ha decidido y el 9.4% afirma que no irá a votar o anulará su voto. La tendencia se mantiene en la elección legislativa: 46.5% afirmó que votará por Nuevas Ideas, 3.2% por el FMLN, 2.1% por Arena y 1.1% por Vamos; el resto de partidos no llegan al 1%. Las personas que declaran que no irán a votar o que anularán su voto ascienden al 10.6% y una quinta parte de los encuestados (19.9%) dice no haber decidido todavía. Los números cambian un poco en la intención de voto para concejos municipales. Nuevas Ideas recibiría el 40.3% de los sufragios, Arena el 4.8%, FMLN el 4% y GANA otro tanto. El resto de partidos alcanza 1% o menos. 23 de cada 100 dicen que no han decidido por quién votar y 12 de cada 100 aseguran que no irán a las urnas o anularán el voto.
Es decir, por hoy, las elecciones son cosa de un solo partido, especialmente para presidente; en las elecciones legislativa y municipal el porcentaje que respalda a Nuevas Ideas no tiene la misma solidez. Además, esta dinámica parece obedecer, más que al entusiasmo popular, a la ausencia de una alternativa política atractiva. Los números dejan claro que los partidos aliados de Nuevas Ideas no le agregan valor y que la oposición naufraga dispersa. En ambos casos, su irrelevancia política se refleja en que la población o no los conoce, o tiene opiniones mayoritariamente negativas o neutras sobre ellos. La falta de recursos económicos, a la que exitosamente ha colaborado el Gobierno, es en parte causa de la parálisis electoral de estos partidos. Y no puede perderse de vista que todo el aparato estatal ha sido puesto al servicio de la campaña cyan.
Pero la principal razón de que el partido oficial vaya al frente en la intención de voto es la imagen que la gente tiene de Bukele, que hasta el momento no se ve lastrado por los errores y graves abusos cometidos durante su gestión. El 87.9% de la población cree que es importante respetar la Constitución, pero el 69.9% apoya la reelección. La mayoría está de acuerdo con que los tres poderes del Estado deben ser independientes, pero el 72.2% reconoce que los jueces y los diputados trabajan a las órdenes del mandatario. La figura del presidente es lo que propicia la opinión favorable sobre el quehacer gubernamental y, en consecuencia, aunque cada vez con más dificultad, su partido. La confianza que le deposita más de dos tercios del electorado se debe, en gran medida, al régimen de excepción. La encuesta confirma la inclinación autoritaria de la sociedad salvadoreña: quienes manifiestan que es necesario sacrificar derechos humanos para el bienestar social y quienes toleran que se viole la Constitución votarán por el partido oficial en los próximos comicios.