El derecho a la verdad

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Recientemente, y en homenaje a monseñor Romero, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU acordó declarar el 24 de marzo como el "Día Internacional por el Derecho a la Verdad acerca de las graves Violaciones de los Derechos Humanos y la Dignidad de las Víctimas". Es indudable que la fuerza de Romero trasciende cada vez más nuestras fronteras. Y también es evidente que en El Salvador nos quedamos pequeñitos a su lado. El odio a la verdad del partido Arena fue muy claro a lo largo de sus 20 años de gobierno. Y el Frente, aunque es bastante más abierto que Arena en el tema de las víctimas, también se queda diminuto al lado de Romero. El miedo a la verdad sigue siendo una constante en el Gobierno del Frente.

Sin embargo, aun con el odio de unos y el miedo de otros, la verdad sigue siendo una fuerza permanente que brilla más cuanto más se trata de empañarla o encubrirla. Si no se hace patente dentro de nuestras fronteras, estalla fuera de ellas. Si por arriba se tapa con frases bonitas y aparentemente bienintencionadas, por abajo, desde los humildes y sencillos, se desvela con una fuerte luz. Una luz a veces hiriente para los ojos de los "bienvivientes" y de quienes quieren ver exclusivamente el vaso medio lleno.

En El Salvador necesitamos más verdad. Estamos preocupados por si la posible declaración de inconstitucionalidad del artículo 191 puede penalizar la crítica periodística, pero no nos preocupamos tanto por el poco acceso a la verdad sobre nuestro propio país y sus problemas. Ese famoso artículo —en realidad, muy reciente— no fue obstáculo en el pasado para la libertad de prensa ni para la libertad de opinión. Las dificultades a la libertad de información provienen con más frecuencia de las políticas informativas de los propios medios y las presiones de los grupos de poder en torno a lo que se puede decir y lo que no se puede decir. Sin embargo, las críticas a la posible anulación constitucional del artículo 191 podrían hacer suponer que en El Salvador sólo hay libertad de prensa desde la última reforma del mismo hace muy pocos años. Es una discusión que da risa. Al igual que las discusiones en primera página sobre las cachiporristas, como si ese fuera un problema de cultura nacional clave. La salud de Manyula hoy, o la muerte del hipopótamo Alfredito en su momento, tiene con frecuencia mayor relevancia mediática que el hambre actual de más del 10% de la población salvadoreña, o que los intentos, siempre sofrenados y reprimidos, de hacer verdad frente a las graves violaciones de los derechos humanos durante el conflicto armado.

Hacer verdad es una tarea de ayer y de hoy. Sólo quienes aceptan y conocen bien su pasado son capaces de construir y planificar bien su futuro. "Profeta de la verdad" le hemos llamado repetidas veces a Romero. Y así ha sido reconocido internacionalmente por muchas personalidades e instituciones, y ahora por la propia instancia de derechos humanos de las Naciones Unidas. Esta designación del 24 de marzo no ocupó primeras planas en la mayoría de los periódicos ni fue primera noticia en los noticieros televisados. Y la razón de fondo es que la verdad básica sobre nuestra propia realidad humana dividida, desigual y emproblemada está disimulada, dominada y encadenada por intereses de grupos demasiado pequeños y demasiado poderosos al mismo tiempo.

Liberar la verdad, hacer verdad, construir los cimientos de un nuevo El Salvador sobre el conocimiento veraz de nuestra realidad e historia es imprescindible tanto para el desarrollo social y económico como para el fortalecimiento de nuestra débil democracia. El Gobierno debe recordarlo y no dedicarse a poner reparos a la ley de acceso a la información. Abandonar el miedo a la verdad sigue siendo un llamado de monseñor Romero.

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Anónimo
23/03/2012
07:24 am
hay que seguir en la lucha contra la impunidad, necesitamos unir fuerzas y esfuerzos desde los pueblos, porque la justicie brie,
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Anónimo
23/08/2010
20:59 pm
El acceso a la información cada vez es más difícil y la que nos dan los medios es mucha charlatanería, cuando hablan de temas no relevantes como el de las cachiporristas e ignoran otros acontecimientos más importantes de la vida nacional, tratan de mantener a la gente pensando tonterias y crean una audiencia desinformada que desconoce totalmente la realidad nacional, el hambre que está pasando nuestro pueblo merece que se le ponga atención, se de un caso de un conocido que se metieron a robarle a su casa mientras el estaba trabajando le robaron todo lo que pudieron y especialmente se llevaron la comida del refrigerador y toda su despensa, esto significa que los alimentos han pasado a ser bienes de lujo y privilegios de quienes pueden comprarlos.
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