Elección crucial en Guatemala

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Editorial UCA
09/08/2023

En  Guatemala, la próxima semana, el domingo 20 de agosto, se realizará la segunda ronda de la elección presidencial. El resultado es crucial para el futuro del vecino país, pues conducirá o bien a la consolidación de un Estado fallido controlado por poderes fácticos corruptos, o al inicio de un proceso de reconstrucción de la democracia y del Estado de derecho. Bernardo Arévalo, candidato del Movimiento Semilla, que inesperadamente obtuvo el segundo lugar en las votaciones del 25 de junio, ha puesto a temblar a los que hoy por hoy controlan el poder y las instituciones estatales. Su miedo es tan grande que han tratado de impedir, valiéndose de todos los medios posibles, la participación del Movimiento Semilla en la segunda vuelta electoral, en la que también competirá Sandra Torres por la Unidad Nacional de la Esperanza.

Para impedir la participación de Arévalo en el balotaje, los grupos mafiosos que controlan Guatemala han utilizado al sistema judicial. Primero obligaron al Tribunal Supremo Electoral a contar nuevamente los votos, pero el recuento solo confirmó el resultado de la primera ronda. Lo que siguió fue mucho más agresivo: a través de la Fiscalía, y actuando en contra de la ley electoral que establece que “no podrá suspenderse un partido después de la convocatoria a una elección y hasta que esta se haya celebrado”, intentaron suspender la personería jurídica del Movimiento Semilla y allanaron las sedes de esta agrupación política y del Tribunal Supremo Electoral. A pesar de todo ello, y en parte gracias a la oposición ciudadana y a la atenta mirada de la comunidad internacional, no han logrado salirse con la suya: Arévalo estará en la segunda ronda electoral.

Después del intento de acabar con la corrupción y la impunidad a través de la conformación y el accionar de la Comisión Internacional contra la Impunidad, conocida como CICIG, la historia guatemalteca dio un vuelco en sentido contrario. Si durante el breve período de tiempo en que funcionó la CICIG los corruptos y los criminales fueron perseguidos, como corresponde en un Estado de derecho, ahora son los corruptos y los criminales los que, por medio de la Policía, la Fiscalía y el poder judicial, atacan, persiguen y encarcelan a todos aquellos que en el pasado reciente lucharon contra el crimen y contra la impunidad tratando de restaurar el orden en su país. Lo que está ocurriendo en Guatemala es el sueño dorado de los delincuentes. Así las cosas, diversos exfiscales y luchadores contra el crimen enfrentan procesos judiciales en su contra, están presos o en el exilio.

En la segunda vuelta, los guatemaltecos no elegirán entre dos ideologías políticas distintas, ni entre dos programas de gobierno, ni entre izquierda y derecha, sino entre dos modelos de Estado: por un lado, uno controlado por criminales y, por otro, uno regido por la ley. Se trata, por tanto, de una elección crucial que marcará de forma decisiva el futuro de Guatemala, llevando al país centroamericano a sumarse de nuevo a la comunidad de naciones democráticas o a quedar bajo el control de una mafia a la que no le interesa el bienestar ni el desarrollo del pueblo guatemalteco, sino el poder y el enriquecimiento ilícito de sus miembros.

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