Escuchar a la población

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Editorial UCA
13/12/2013

En tiempos electorales, los ojos de la opinión pública están puestos, sobre todo, en las preferencias políticas de la población de cara a los resultados de febrero próximo. En consonancia, los medios de comunicación se han centrado más en las encuestas que en los problemas del país, y en la mayoría de casos solo se refieren a estos en función de favorecer a un candidato o perjudicar a otro. La reciente encuesta del Iudop sondeó las preferencias electorales, pero también hizo un repaso de la situación del país. Y esto ha sido pasado por alto en la cobertura informativa de la encuesta; poco o nada se ha dicho sobre los resultados que muestran lo que la gente piensa y qué le preocupa de la realidad.

Y como ya es tradición, los problemas que más agobian a los salvadoreños son la inseguridad y la economía. Lo que resulta llamativo es la percepción de la gente sobre el recrudecimiento de la violencia. Los problemas relacionados con la inseguridad preocupan en suma al 67.8% de la población, mientras que los relacionados a la situación económica, al 27.9%. Probablemente, el despliegue mediático de los hechos violentos influye en esta percepción, pero una diferenciación tan clara en las preocupaciones no puede descalificarse con simpleza. En realidad, la principal tortura (lo que inflige sufrimiento físico o psicológico) es la inseguridad; los robos y las extorsiones atormentan la vida de no pocos salvadoreños. Es la desgastante preocupación por la inseguridad la que más abate a la ciudadanía. En la encuesta del Iudop, frente a los 40 de cada 100 salvadoreños que creen que la situación económica ha empeorado, 57 de cada 100 opinan que la inseguridad ha aumentado. Por eso, en una valoración global, el 36.1% de la gente cree que el país ha empeorado y solo un 21.8% considera que ha mejorado.

Otro elemento que merece atención es la respuesta que da la población a esta pregunta: "¿Qué es lo más importante que deber hacer el próximo Gobierno para resolver los graves problemas del país?". La mayoría contestó que se debe escuchar a la población. Así de sencillo e impactante. Dicho de otra manera, los salvadoreños sienten que sus clamores no están siendo oídos. Los políticos ofrecen lo que creen que la población quiere, pero no lo que de verdad esta necesita y reclama. Por ende, más que hablar, deben escuchar. Los partidos políticos y sus candidatos deberían leer las encuestas para enterarse, entender y tomar nota de lo que la gente opina y siente. Los resultados de las encuestas que por su metodología reflejan fielmente la opinión ciudadana deberían estar en la base del trabajo de la clase política.

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