Estrategias partidarias

11
Editorial UCA
18/10/2013

Todos los partidos quieren llegar al poder, pero no todos tienen las mismas estrategias para lograrlo, y esto se transparenta más durante las campañas electorales. Después de las elecciones de 2009, Arena no perdió tiempo y comenzó a acosar al Gobierno afirmando que en realidad mandaba el FMLN. En aquel entonces, eso irritaba al presidente Funes, que estaba empeñado en mantener una imagen de independencia, y no dejó de disgustar al Frente cuando tuvo contradicciones con el mandatario. Sin embargo, esa estrategia no dio mucho resultado. Ahora es el FMLN el que pretende sacar ganancia de la buena calificación que durante cuatro años ha mantenido Mauricio Funes. A partir de junio de este año, el eslogan del partido de izquierda es "4 años de gobierno: cambios de verdad". En contraste con sus reacciones primeras, el Presidente no ha objetado que el FMLN pretenda conseguir réditos de su gestión.

La entrada en escena de Antonio Saca cambió completamente el escenario político. Por primera vez en muchos años, la elección presidencial ha dejado de ser un asunto de dos partidos. A todas luces, Saca pretende captar votos de la derecha, atrayendo hacia sí a todos los descontentos con la división intestina de Arena y con la imposición de la candidatura de Norman Quijano, y sumándolos a los que da por seguros: los simpatizantes de PCN, PDC y GANA. Precisamente, la elección de Francisco Laínez como compañero de fórmula obedece a esta estrategia. Saca pretende presentarse como la alternativa a dos partidos polarizantes. Su eslogan, "Saca es Unidad", es del todo cierto, pues la principal debilidad de su proyecto político es que se limita y agota en el expresidente; no hay proyecto partidario ni maquinaria electoral que lo respalde. En realidad, Saca no está peleando contra el voto de la izquierda, sino que busca ganar el de la derecha para pasar a una segunda vuelta, en la que la dinámica puede favorecerlo.

Arena, desde que está en la oposición, se ha caracterizado por ser un partido más reactivo que propositivo. De hecho, la principal oposición al Gobierno de Funes la ha ejercido la gran empresa privada, no Arena, que ha estado más ocupado en administrar sus divisiones internas. La reacción del partido de derecha a la estrategia de Saca ha sido identificar al expresidente con el FMLN, descalificando de una sola vez a sus dos contrincantes. No hay ocasión, por pequeña que sea, que desperdicie para enfatizar que Saca y el FMLN son la misma cosa. Si Saca pretende dividir, Arena pretende lo contrario: aglutinar a todo el voto de la derecha, sumando a su voto duro el de los tres partidos que cobijan a Saca. Complementariamente, Arena ha implementado una estrategia de crítica destructiva permanente contra la gestión del Gobierno. Encontrar los errores y sobredimensionarlos es, por hoy, uno de sus modos de acción preferidos para minar la imagen de Mauricio Funes y, por consiguiente, del FMLN.

Mientras, el FMLN, consciente de que la imagen de su candidato no lo fortalece electoralmente, busca visibilizar los cambios iniciados por el primer Gobierno de izquierda y promete profundizarlos. De acuerdo a su propaganda, en cuatro años han beneficiado a gran parte de la población, sobre todo a través de los programas sociales dirigidos a los más pobres del país. En público, el Frente dice que aspira a ganar en primera vuelta, pero su estrategia y los números no le alcanzan para eso, pese a que una segunda vuelta podría hipotecar sus aspiraciones de continuar en el Ejecutivo.

Pero la propaganda electoral no es solo cosa de los partidos. Los medios de comunicación son un espacio en los que se lucha por el poder y de ellos se valen los partidos para implementar su estrategia. Solo hay que ojear la línea editorial y la cobertura noticiosa para darse cuenta a qué estrategia y a qué partido están respondiendo. También el mismo Presidente de la República parece estar en campaña. Funes no ha dicho a quién apoya, pero sí ha dejado ver con claridad contra quién está. Así como Arena y sus medios aprovechan cualquier oportunidad para desprestigiar al Gobierno, el Presidente hace lo suyo para descalificar a Norman Quijano y su partido. En contrapartida, hay signos que apuntan a un acercamiento a la candidatura del Frente, como el ya mencionado silencio obsequioso con la apropiación por parte del FMLN de la gestión de su Gobierno. Asimismo, se han visto guiños a la candidatura de Saca. Basta ver el logotipo con el que se busca destacar los supuestos logros de la gestión: una bandera con los colores de los tres partidos que respaldan al exmandatario. Además, hasta el momento, Funes no ha criticado abiertamente a ninguno de los candidatos del FMLN y de Unidad. Si uno de estos dos partidos llegara a la presidencia, Funes caería parado.

Por todo lo anterior, conocer las estrategias de los partidos y de otros actores es importante para entender mejor las orientaciones de la campaña política. En el actual contexto, casi todas las acciones, discursos y actos simbólicos responden a un fin específico. Sin embargo, hay que lamentar que las estrategias estén enfocadas en desacreditar al contrario más que en presentar planes de gobierno que respondan a las necesidades de la sociedad salvadoreña.

Lo más visitado
0