Expectativas electorales

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Editorial UCA
03/10/2018

De acuerdo a lo establecido por el Tribunal Supremo Electoral, este día arranca oficialmente la campaña electoral para las elecciones presidenciales, que se celebrarán el 3 de febrero del próximo año. Sin embargo, la campaña inició mucho antes, desde el momento en que los actuales candidatos a la Presidencia se presentaron a elecciones internas. En algunos casos, están en campaña desde hace más de un año. Y a juzgar por lo ha visto hasta la fecha, no están cumpliendo con las expectativas de gran parte de la población. Las escenas han sido las de siempre: candidatos ofreciendo multitud de promesas, muchas de ellas imposibles de cumplir, sobre una amplia variedad de tópicos y necesidades. Ese incumplimiento es parte de lo que los salvadoreños resienten de los gobernantes desde hace algunos quinquenios y lo que ha causado frustración y cansancio de la política en general. A más promesas incumplidas, más disgusto ciudadano acumulado.

Muchas cosas han cambiado a lo largo de los años del período democrático. En esta ocasión, según diversas encuestas, ninguno de los candidatos de los partidos que han gozado del monopolio de las preferencias de la población se sitúa en el primer lugar en la intención de voto. En cambio, un partido como GANA, con apenas nueve años de existencia, podría ser el ganador de las próximas elecciones gracias a su alianza con un recién llegado, Nuevas Ideas. El malestar de la población con Arena y el FMLN, y con toda la clase política, es más que evidente, y quedó reflejado en las últimas elecciones legislativas. El rechazo de la ciudadanía hacia la forma de hacer política de los partidos tradicionales ha ido creciendo, a la par que han ido perdiendo credibilidad. Una dinámica de la que no ha tomado nota ninguno de ellos. En este sentido, los candidatos deberían reflexionar y ofrecer una campaña distinta, en la que no busquen solo caer bien, muchos menos encandilar con falsas promesas, sino plantear con realismo y sinceridad cómo está el país y lo que ellos proponer hacer desde Casa Presidencial para cambiarlo.

La campaña electoral debe centrarse en la búsqueda del bien común, en responder a los problemas reales de El Salvador, en ofrecer soluciones viables a los mismos, pensando en la mayoría de los ciudadanos, especialmente en los más pobres. Los candidatos deben presentar propuestas claras para los temas que más preocupan a la gente, pero sin ingenuidades ni mentiras. Deben decir con claridad y verdad cómo mejorarán las condiciones sociales y económicas de la población (si es que lo pretenden). Cómo harán para incrementar la oferta de empleo e implementar un salario mínimo que sea digno y permita superar la pobreza. Qué piensan hacer para garantizar seguridad ciudadana y pleno respeto a los derechos humanos. Cómo piensan afrontar las problemáticas que aquejan a la juventud, un tema en el que el país se juega el futuro y que merece ser mucho más que un gancho para pescar votos entre las nuevas generaciones.

Esta campaña presidencial no debe quedarse a nivel de ofrecimientos populistas. Es necesario que los aspirantes a la Presidencia y Vicepresidencia sean francos, que se muestren tal cual son, dejando a un lado escenificaciones teatrales y lo políticamente correcto; mostrando su verdadero pensamiento y en dónde tienen puesto el corazón. Ellos mejor que nadie saben qué realmente pueden ofrecer y qué es una quimera, y la población es consciente ya de que un Presidente, por mucho dinero que tenga, por muy creativo que sea o por mucha experiencia política que acumule en su haber, no podrá resolver todos los problemas del país. Únicamente una campaña de este tipo aportará a lo fundamental: la educación y participación política de la ciudadanía, la construcción de una cultura cívica, democrática y de paz social.

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Anónimo
12/10/2018
06:51 am
Ya basta de las mismas mentiras populistas de cada eleccion, si necesitamos propuestas concretas de la solucion de los problemas que vivimos dia a dia y pensar en el futuro de los niños, jovenes, ancianos, mujeres, clase trabajadora. No queremos fotos tortiando, abrazando ancianos, cargando un niño de la calle, en un mercado, eso no ayuda a nada, queremos fuentes de trabajo, pensiones dignas y justas, salarios dignos, no salarios que no cubren lo basico de una familia, seguridad para todos, inversiones que sean fuentes de empleos.
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