Grave retroceso

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Editorial UCA
08/08/2018

En los últimos 10 años, la Fuerza Armada ha adquirido un creciente protagonismo en la vida pública del país, especialmente a través del Ministro de la Defensa Nacional, quien se ha convertido en uno de los principales estrategas en el área de seguridad pública y en hombre fuerte del Gobierno. Un aspecto fundamental de ese protagonismo es el continuo incremento tanto del número como de la implicación de efectivos militares en tareas de seguridad pública. A pesar de que la Constitución de la República manda que el Ejército solo puede realizar dichas tareas extraordinaria y temporalmente, en la actualidad lo hace de manera permanente y en todo el territorio nacional.

A lo largo de estos años, desde la llegada del FMLN al Gobierno, la Fuerza Armada ha multiplicado por más de tres el número de sus efectivos destinados a tareas de seguridad pública. Así, en los últimos nueve años, se ha pasado de cuatro mil quinientos al inicio de la presidencia de Mauricio Funes a más de 15 mil en la actualidad. Además, si antes los militares debían ir siempre acompañados de miembros de la PNC al realizar patrullajes, hoy ya es común verlos patrullando por su cuenta. Paralelamente, ha crecido el total de efectivos de la Fuerza Armada, el mayor crecimiento desde que los Acuerdos de Paz, en 1992, redujeran de manera importante su tamaño. Para muchos, todo ello no es motivo de preocupación, pero la realidad es otra: la Fuerza Armada se está convirtiendo, de nuevo, en un poder fáctico.

26 años después de la firma de la paz, a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de países democráticos, un militar, no un civil, dirige el Ministerio de la Defensa Nacional. Y no hay otra manera de interpretarlo: la Fuerza Armada sigue reacia a someterse a la autoridad civil. Que algunos de sus miembros en activo declaren públicamente que Domingo Monterrosa será siempre un héroe y no acepten que se elimine su nombre de la Tercera Brigada de Infantería muestra el poco avance de la institución en materia de respeto a los derechos humanos. Más indicativo de su poder y de la negativa a someterse a la autoridad civil es que no haya aceptado entregar la información que la Fiscalía General de la República le solicitó para poder investigar casos de crímenes de lesa humanidad cometidos durante el conflicto armado.

Si, como afirman las autoridades de la Fuerza Armada, esa información no existe, se debe a que la han destruido, pues por requisito y disciplina deben llevar un registro escrupuloso de sus acciones. Y si la han destruido, la misma institución debería investigar quiénes son los responsables para que respondan ante el poder judicial o ante la jurisdicción militar establecida en la Constitución. La negativa castrense a colaborar en el esclarecimiento de los crímenes de la guerra, no desmarcarse de sus compañeros que cometieron atrocidades, poner trabas para que aquellos de sus miembros acusados de delitos sean investigados y juzgados son muestras contundentes de lo poco que ha cambiado la Fuerza Armada.

Por si fuera poco, en los últimos años se han vuelto a ver conferencias de prensa en las que el Ministro de la Defensa Nacional se hace acompañar de todo el alto mando militar. Munguía Payes se permite ya hacer declaraciones de carácter político y amenazar de forma velada a funcionarios del Estado que cuestionan a la Fuerza Armada, saltándose por alto que forma parte de una institución apolítica y no deliberante. El Ejército, bajo la dirección de Munguía Payés, ha recuperado un poder que los Acuerdos de Paz le habían quitado. Es obligatorio decirlo con sus letras: así las cosas, el Ejército no garantiza coherencia con la doctrina militar propia de un Estado democrático. El Salvador ha experimentado un nuevo y grave retroceso.

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Anónimo
18/08/2018
09:52 am
La UCA deberia estar visionando una excelente cátedra para todo su alumnado con el apoyo de sus tanques de pensamiento y no estar opinando de la realidad nacional o casos que no tienen que ver .. para eso existen las instituciones del estado nacionales e internacionales ..creo que la UCA se ha quedado en su lucha social o guerra fría con eso generan inestabilidad social y opiniones mezquinas que lo único que hacen es dudar a la población ..para concluir zapatero a tu zapato..
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Anónimo
16/08/2018
18:57 pm
a mi entender el ejercito en américa latina es un poder en un estado( invisible si queremos verlo),con un buen porcentaje de la población que ha pasado por la institución castrense, es natural que la defiendan,pero cuidado ellos son los que tienen las armas y en cualquier momento les da la idea de cometer un golpe de estado.vemos claros indicios que los militares no han cambiado totalmente la forma de actuar en una sociedad democrática.y eso de estar sumiso al poder civil no es totalmente cierto.la seguridad no es competencia del ejercito y hasta hoy la violencia no ha sido impactada con el uso del ejercito para disminuirla.
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Anónimo
15/08/2018
19:15 pm
Considero que la presencia de militares en las calles no corresponde a las ansias castrenses por recuperar el protagonismo de los años 80\'s, creo que responde al mandato constitucional de apoyar a la seguridad publica en casos excepcionales. Acaso mi amado El Salvador no es víctima de un flagelo causado por las denominadas pandillas? Acaso estos grupos terroristas no han logrado control territorial? Acaso la PNC tiene la capacidad absoluta para resolver la situación? lo dudo.
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Anónimo
13/08/2018
16:25 pm
Completamente de acuerdo con la primera parte de las fallas de la fuerza armada en mantener nombres de genocidas en algún cuartel, multiplicar sus efectivos, acompañar a la policía en cuestiones de seguridad, no colaborando en el esclarecimiento de crímenes de guerra, etcétera. Pero resiento que se critique que al ministro a cargo porque hace declaraciones políticas relacionadas al quehacer diario. En el caso que nos ocupa, hizo una advertencia al fiscal para que no se preste a intervenir en cuestiones que solo deben resolver los políticos, a lo mejor porque el fiscal se preparaba para iniciar un juicio exprés contra un político que evidentemente ha sido bloqueado en sus intenciones de formar un nuevo partido político. A mi juicio, alguien debería decirle al fiscal que no provoque consecuencias desestabilizadoras al realizar malos procedimientos. La actitud del ministro contrasta con los tiempos de Arena, cuando la división de poderes no existió. El presidente lo era todo.
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Anónimo
08/08/2018
11:25 am
Que falsedad la que están escribiendo uds los de la UCA, deberían interpretar bien la palabra apolítica y no deliberante. Alberto
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