Invertir en el futuro

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Editorial UCA
19/09/2018

Cuando se reflexiona sobre la realidad de El Salvador, surge obligada una pregunta: ¿qué se ha hecho mal para que el país no haya logrado garantizar un mínimo de bienestar para toda la población? El Salvador ha destacado siempre por su gente laboriosa y emprendedora, capaz de sacrificarse para seguir adelante. Sin embargo, ese espíritu de superación y el anhelo de una patria mejor no han logrado cuajar en un proyecto de realización común, en el que quepan todos. Muchos factores han propiciado la situación actual. Para no ir demasiado lejos en el tiempo, basta pasar revista a las decisiones gubernamentales a lo largo del período de la posguerra.

Entre ellas merecen especial atención las que llevaron a abandonar el campo y la producción agropecuaria, las que ilusamente pretendieron convertir al país en un centro bancario internacional y en un punto logístico por el que pasaría el comercio de norte a sur y de este a oeste. El mayor error fue implementar rigurosamente los programas neoliberales diseñados por los Chicago Boys y replicados en la Universidad Católica de Chile, poniendo así la mayoría de los servicios públicos en manos del sector privado y achicando el tamaño del Estado a su mínima expresión, con la falsa promesa de que el crecimiento económico acaparado en muy pocas manos rebalsaría y beneficiaría al resto de la población. En el olvido quedó la necesidad de invertir en la gente.

El resultado ha sido nefasto. La emigración se ha incrementado exponencialmente, la violencia y la inseguridad se han extendido a lo largo del territorio nacional, las importaciones no dejan de crecer, los empleos que se generan apenas absorben al 35% de la población económicamente activa mientras el 65% trabaja por cuenta propia, la mayoría de ellos en condiciones de subsistencia. La brecha entre los sectores urbano y rural es cada vez más grande, la calidad de la educación y la salud pública está en entredicho, y el Estado es incapaz de ofrecer soluciones para desviarse de este rumbo de colisión. Requerimos de un golpe de timón, el cual depende menos del partido que gobierna que de la voluntad y capacidad de implementar efectivamente algunas políticas públicas clave.

Recientemente, Unicef dio a conocer una propuesta para el desarrollo de la niñez salvadoreña; en pocos días, el PNUD publicará su informe de desarrollo humano, dedicado este año a la juventud. Ambos estudios no solo analizan la situación actual de la niñez y la juventud, sino que también formulan valiosas ideas que de seguirse contribuirían a que El Salvador avance hacia un futuro de desarrollo y equidad. Ambos documentos llaman a invertir en los salvadoreños, y a hacerlo durante los años que más influyen en el desarrollo de las capacidades de las personas: la primera infancia, la niñez y la juventud.

La propuesta de Unicef, titulada “Invertir en nuestros niños: un norte común”, insta a poner mayor atención a la primera infancia, es decir, durante los primeros seis años de vida, proveyendo a estos niños y niñas servicios de atención y cuidado de calidad, y una educación inicial que permita el desarrollo de sus capacidades sociales, cognitivas y emotivas. Unicef muestra que echar adelante este programa requiere de un fondo de alrededor de 500 millones de dólares; una inversión que produciría resultados a mediano plazo y pondría a El Salvador en la senda de un verdadero desarrollo.

Para superar los problemas de nuestro país, dos son los factores clave: invertir en educación desde la primera infancia y generar capacidades para el empleo y el emprendimiento en la juventud. Ambas forman parte de las mejores herramientas de prevención del delito. Apostar por ellas es caminar hacia un mejor futuro para todos.

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Anónimo
20/09/2018
06:52 am
Excelente artículo...la inversión en educación es una de las prioridades para fortalecer el talento que tienen nuestros niños y niñas. Debe iniciar desde la estimulación temprana hasta la educación superior, incluyendo una buena educación técnica para quienes deban incorporarse temprano al mercado laboral. El otro pilar de inversión debiera ser la salud, pero no sólo la atención de la enfermedad sino la prevención y estilos de vida saludables. Debemos recordar que un pueblo educado y saludable es necesario para grandes logros.
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Anónimo
20/09/2018
06:47 am
El enrequesimiento ilicito de los gobernantes y funcionarios publicos, que solo llenan sus bolsillos, no se han preocupado por el bienestar economico y social de las mayorias, de la educacion para todos, si el pueblo no se educa no piesa, y es facil de manejar. seguimos igual con cada gobierno. Falta de fuentes de empleo y oportunidades para los jovenes, y si las hay mal pagados, La falta de empleo, la inseguridad y violencia diaria es lo que lleva a que las personas emigren buscando en otro pais lo que aqui no se encuentra.
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Anónimo
20/09/2018
02:18 am
Confucio lo dijo claro: \"si planeas para un año siembra una semilla, si para diez, siembra arboles, si para cien, educa a tu pueblo.\". Historicamente, nuestros gobiernos y nuestra oligarquia han visto sus propios beneficios a corto plazo y no han invertido en la educacion del pueblo para ganar mucho mayor beneficios en el futuro. Un pueblo bien educado crea en el lrgo plazo riquezas para todos.
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