La vacunación masiva contra el covid-19 genera ilusión en la población, porque la hace ver una luz al final del oscuro túnel que ha estado atravesando desde hace más de un año. El solo hecho de percibir que las vacunas son una realidad cambia la disposición mental de cara al futuro. Además, contra lo que muchos pensaban, la vacuna llegó más rápido de lo esperado y el mecanismo para aplicarla, aunque con deficiencias, está siendo bastante expedito. Sin duda, la vacunación será una herramienta que le ayudará al país a elevar la disposición a luchar contra problemas que se han agudizado por la pandemia y la gestión que se ha hecho de ella; y a la población, a retomar un camino que quedó trunco por la crisis sanitaria y económica.
El proceso, entonces, es positivo en sí mismo, pero una de sus deficiencias más grandes es la falta de información. La gente tiene más preguntas que respuestas, y ello ha generado un alud de especulaciones, desde las más plausibles hasta las inverosímiles y absurdas. A raíz de ello, algunos han decidido no aplicarse la vacuna con base en razones que no tienen mayor fundamento. Por eso es conveniente puntualizar lo que hasta el momento se sabe sobre las vacunas.
De acuerdo a los estadounidenses Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), primero, las vacunas aprobadas contra el covid-19 son efectivas tanto para no infectarse con el virus como para, en caso de contagiarse, evitar enfermarse gravemente. Segundo, las vacunas pueden administrarse a la mayoría de personas, incluso aquellas con afecciones permanentes. Tercero, ciertamente en algunos casos tienen efectos secundarios, pero eso está dentro de los parámetros de la normalidad. Cuarto, por lo general, el organismo necesita, al menos, dos semanas después de que se ha recibido la vacuna completa (dos dosis o una dosis, según sea la vacuna) para generar protección; es decir, para tener inmunidad contra el virus que causa el covid-19.
También conviene saber que, pese a que el proceso de vacunación está en marcha en casi todo el mundo, hay cosas que todavía se siguen investigando. Aún no se sabe a ciencia cierta hasta qué punto las vacunas evitan que alguien contagie a personas no imnunizadas. Además, se sigue estudiando a cuántas personas hay que vacunar para reducir la capacidad de transmisión del virus en una sociedad (inmunidad de rebaño). Y no hay certeza sobre cuánto dura la protección de las vacunas y qué efectividad tienen contra las nuevas variantes del covid-19.
Por todo lo anterior, la buena noticia de la vacunación hay que recibirla con prudencia. Las personas que han recibido la vacuna completa no deben descuidar las medidas de protección; deben seguir usando mascarilla, mantener el distanciamiento físico y evitar las aglomeraciones y los espacios mal ventilados. Las vacunas constituyen un paso esencial hacia un futuro prometedor, pero hay que seguir protegiéndose y protegiendo a los demás hasta que la ciencia dé certeza de que el peligro ha pasado.