No hay cheque en blanco

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Editorial UCA
03/03/2021

Las pasadas elecciones han evidenciado las grandes expectativas que Nayib Bukele y su partido despiertan en la mayoría de la población. En ese sentido, el voto masivo a su favor no debería interpretarse como un cheque en blanco, sino como un anhelo de cambio del que toca responsabilizarse. A pesar de que Nuevas Ideas no ha presentado ningún programa político a nivel legislativo o municipal, en su propaganda electoral ha prometido un estado de progreso y bienestar nunca antes visto en el país. Esa promesa, plasmada en los mensajes publicitarios y ratificada por el presidente en sus intervenciones, es el compromiso ineludible que Bukele tiene ahora con el pueblo salvadoreño. De acá en adelante, el éxito de su gestión dependerá de que logre que El Salvador se transforme en un país distinto, con oportunidades para todos, con trabajo decente, con mayor calidad de vida, con seguridad ciudadana, con sistemas de salud y educación renovados y de calidad, con un servicio agua que cubra a todos los hogares, con la paz social tan profusamente ofrecida y esperada.

Los resultados electorales del 28 de febrero deben entenderse como la clara y contundente manifestación de una amplia mayoría de salvadoreños que quieren un cambio radical en las condiciones del país y en las formas de gobernarlo. Ante tal gran apoyo, el presidente tiene el reto, también enorme, de actuar a la altura de las circunstancias. En ese sentido, Nayib Bukele debería reflexionar con seriedad sobre cómo gobernará de ahora en adelante, a fin de apartarse de los errores y excesos de sus primeros 21 meses de gestión. Por supuesto, no será fácil que eso suceda por la idiosincrasia del gobernante y de sus más cercanos colaboradores, su convencimiento de que solo ellos saben lo que el país demanda y cómo hacer bien las cosas, su desconfianza en las ideas, saberes y experiencias de los demás. Sin embargo, la transformación del país requiere de una estrategia de suma de talentos.

Además, el presidente debe tener en cuenta que un 27% de quienes acudieron a las urnas no votaron por Nuevas Ideas ni por sus aliados partidarios. Una cantidad nada despreciable de ciudadanos optó, pues, por votar a la oposición, ya sea porque no le creen al presidente Bukele, o porque no quisieron darle tanto poder, o porque confían en otros partidos. Por tanto, seguirá habiendo un grupo considerable de salvadoreños atentos a que el Ejecutivo cumpla con la Constitución y las leyes, respete el Estado de derecho y sus instituciones, garantice la vigencia de las libertades fundamentales y los derechos humanos. Un grupo que estará vigilante de que el Gobierno pase de las nuevas ideas a las buenas prácticas, de los discursos a la realización de buenas obras; en definitiva, de que las palabras se correspondan con la realidad. Con una Asamblea Legislativa que le dará todo lo que desee, la coincidencia entre el dicho y el hecho será la mejor prueba de la capacidad o incapacidad del Ejecutivo de responder a las promesas que ha hecho al pueblo salvadoreño.

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Mario379322264
03/03/2021
22:21 pm
El liderazgo del FRENTE es el que enterró al FMLN y las aspiraciones de l@s que murieron. "Al pueblo no le importa la política. Lo que le importa es que lo gobiernen bien. Sino los gobiernan bien lo tumban" José Martí. Lo mismo le pasó al PCN, PDC, ARENA. Lo mismo le pasará a Bukele si no gobierna bien.
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