Que no se quede solo en eslogan

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Editorial UCA
15/11/2013

El lema de este vigésimo cuarto aniversario de los mártires de la UCA es una frase memorable de Ignacio Ellacuría: "No hay humanidad sin solidaridad compartida". Así, la UCA ha decidido centrar la conmemoración de los mártires de El Salvador de este año en la solidaridad, porque las comunidades del país y del mundo están urgidas de que este valor se haga una práctica común. Si hay una cadena que podemos aceptar para unir a la gente es precisamente la de la solidaridad. Por eso se dice que es la ternura de los pueblos: manifiesta que el que sufre no está solo. En efecto, el origen de la palabra "solidaridad" viene de "sólido", de hacernos uno solo con los que sufren.

En plena celebración de los mártires de El Salvador, en el 24.º aniversario de la masacre en la UCA, el sufrimiento del pueblo filipino nos ofrece una oportunidad de poner en práctica la solidaridad, para no dejarla solo como un eslogan. La semana pasada, la furia del tifón Haiyan golpeó letalmente a Filipinas; y como suele suceder, los efectos han sido especialmente devastadores para los más pobres. Las noticias afirman que las consecuencias del desastre socio-natural son equivalentes a las producidas por un terremoto seguido de una gran inundación. Los muertos son incontables; se habla de miles de víctimas mortales y de millones de damnificados. El Gobierno filipino ha decretado el estado de calamidad en todo el país. Se estima que el tifón destruyó entre el 70% y el 80% de las estructuras que encontró a su paso. La mayoría de muertes fueron provocadas por las olas gigantes que generó el huracán, que inundaron y barrieron pueblos y aldeas costeros.

Filipinas, con 300 mil kilómetros cuadrados, tiene una población de 95 millones de habitantes, siendo así uno de los países más poblados del mundo. Su economía creció un 6.6% en 2012 y se estimaba que crecería un 6% este año. Sin embargo, el pueblo filipino, como el salvadoreño, es pobre. 28 de cada 100 personas viven en la indigencia. Al igual que en nuestro país, sus grandes males son la pobreza y la aguda corrupción, que mantienen a la mayor parte de los filipinos en crisis de sobrevivencia. Por eso, la calamidad que está viviendo la nación del sudeste asiático no solo tiene causas naturales; mucho recae en el modelo económico implementado, que ha excluido de sus beneficios a la mayoría de la población.

Las instituciones humanitarias y las organizaciones que quieren aliviar el sufrimiento actual de Filipinas han lanzado un SOS desesperado. Los jesuitas en ese país piden solidaridad al mundo. Por eso, como aporte, en esta conmemoración de los mártires, la UCA destinará los fondos de una colecta a los damnificados por la catástrofe. Después de todo, si por algo entregaron la vida los mártires jesuitas fue precisamente por ser solidarios con los más necesitados. Solidarizarnos con los que sufren es uno de los mejores homenajes que les podemos hacer. Porque estamos convencidos de que la solidaridad es la fuerza de los débiles, vamos a juntar esfuerzos para ser coherentes con el lema de esta conmemoración. El pueblo salvadoreño y centroamericano conoce perfectamente este sufrimiento y sabe que la solidaridad es fundamental en estos momentos. Vamos a poner en práctica ese valor tan humano y humanizante; no la caridad humillante de la que ha hablado Galeano, que se ejerce verticalmente y desde arriba, sino la solidaridad que es horizontal y que implica mutuo respeto.

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Anónimo
16/11/2013
21:20 pm
yo creo que es urgente la ayuda , pero hay pocos medios o formas para ayudar, o talvez no hay información acerca de como hacerla efectiva .
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