Sí, el sistema se protege a sí mismo

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Editorial UCA
21/05/2021

El presidente y sus funcionarios suelen repetir que el sistema se protege a sí mismo, para referirse a que el sistema político salvadoreño ha solido defender los intereses de los grupos de poder que están detrás de los gobernantes. Y por eso dicen que “hay que limpiar la casa”. Tienen razón. El sistema se protege cuando se pone a las instituciones públicas y a los aplicadores de la ley al servicio de esos grupos de poder y de sus representantes en el Gobierno. Así, por ejemplo, aunque la misión constitucional de la Fiscalía General de la República sea “defender los intereses del Estado y de la sociedad salvadoreña”, esta institución es guardiana de intereses privados y evita que ciertas personas comparezcan ante la ley. Así, aunque la Carta Magna diga que “los magistrados y jueces, en lo referente al ejercicio de la función jurisdiccional, son independientes y están sometidos exclusivamente a la Constitución y a las leyes”, el órgano judicial no es independiente, se somete a la voluntad del Ejecutivo o de quienes este representa.

Si alguien comete un delito y no está vinculado a la cúpula gobernante, se le aplica todo el rigor de la ley. En cambio, si es parte del círculo de poder, goza de inmunidad total. Cuando el órgano judicial ha actuado como debe (algunas resoluciones de la Sala de lo Constitucional o el juez del caso de la masacre en El Mozote), los que detentan el poder reaccionan en su contra para que las aguas vuelvan a su cauce y los funcionarios no toquen a sus protegidos. En esto, el presidente está haciendo honor a la frase de Aristóteles: “El verdadero discípulo es el que supera a su maestro”.

Bukele ya volvió inservible al Instituto de Acceso a la Información Pública, el ente responsable de que la transparencia comenzara a ser parte de la cultura institucional en el país. Ahora, los nuevos comisionados no responden a la ley, sino a Casa Presidencial. El sistema se protege solo. Violentando el debido proceso y la legislación nacional, los diputados del mandatario destituyeron a los magistrados de la Sala de lo Constitucional y al Fiscal General, y nombraron en su lugar a personas afines al Gobierno. Ahora, estos funcionarios se suman a la colección de marionetas del presidente y de sus aliados.

Ante los señalamientos de corrupción de Estados Unidos contra un grupo muy cercano al mandatario, algo que en un país normal daría pie a una investigación, el nuevo fiscal general dice que le tienen sin cuidado esas denuncias. El sistema se protege. La bancada cian aprobó la llamada “Ley Alabí”, que blinda a los funcionarios que durante la pandemia hicieron negocio con el sufrimiento de la gente. Aún falta que los diputados de Bukele lo protejan apropiándose de la Corte de Cuentas, el Tribunal Supremo Electoral, la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos y cualquier  institución que tenga por misión controlar el ejercicio del poder. Sí, el sistema se protege a sí mismo y no hay señales de que dejará de hacerlo.

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