Sipago: tira y encoge

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Editorial UCA
02/12/2013

El transporte colectivo de pasajeros está viviendo una convulsión con la introducción del Sistema de Recaudo a Través de Tarjeta Prepago, conocido públicamente por sus siglas: Sipago. Los problemas que han surgido con su implementación han sido abundantes: dificultades para obtener la tarjeta electrónica, oposición de los usuarios a la nueva forma de pago y resistencias operativas de algunas rutas de buses que, a pesar de tener el sistema instalado, siguen cobrando el tiquete en efectivo. Y es que una medida de esta naturaleza supone un cambio cultural tanto de los usuarios como de los empresarios, y eso siempre cuesta y requiere de un tiempo de adaptación, que puede ser bastante largo. A pesar de esto, y aunque en los medios informativos se le ha dado énfasis a las opiniones negativas y contrarias a la introducción del Sipago, muchos usuarios y empresarios del transporte han señalado las bondades del sistema y se sienten satisfechos con el cambio.

Como todos sabemos, el transporte colectivo salvadoreño ha tenido muchos problemas. Buses que, además de haber sobrepasado su vida útil, no reciben mantenimiento adecuado. Asientos rotos, ventanas quebradas y falta de asideros son comunes en las unidades de transporte. Y a la inseguridad por el mal estado de los buses se suman la conducción temeraria de la mayoría de motoristas y los continuos asaltos de los que son víctimas los pasajeros a lo largo de su trayecto. Con los problemas asociados a la introducción del sistema integrado de pago, se añade una complicación más al sistema de transporte, pero en esta ocasión todo parece apuntar a que la dificultad es temporal y para mejorar.

Si bien es cierto que se ha ampliado el plazo para la instalación y uso del Sipago, lo que facilitará el proceso de adaptación tanto de los usuarios como de los empresarios, es necesario señalar que todavía hay demasiadas personas que no conocen cómo funciona el sistema ni qué deben hacer para utilizarlo. En este sentido, es fundamental que se provea de la información específica para cada sector involucrado. Y eso requiere de un proceso de difusión largo, intenso y diferenciado, pues no son pocas las ventajas que acompañan al cambio. En primer lugar, el conductor de la unidad ya no tendrá que cobrar el pasaje, lo que supone un doble beneficio: por un lado, al concentrarse el motorista únicamente en la conducción, aumenta la seguridad para los pasajeros; y por otro, en las unidades de transporte ya no habrá caja con dinero en efectivo, lo cual les restará atractivo ante la delincuencia. Además, el sistema permitirá que los empresarios tengan mejor control de los ingresos de las unidades de transporte y que el Estado pueda racionalizar el subsidio al transporte sin que ello suponga un incremento en el pasaje.

Sin embargo, para que el sistema funcione, hay que hacer mejoras. Antes que nada, los usuarios deben tener todas las facilidades para comprar y recargar el saldo de las tarjetas. Luego, es fundamental que en el área metropolitana haya un único sistema de pago, y no varios, como están solicitando algunos. También es necesario que se introduzca la posibilidad de cambiar de unidad en un tiempo determinado sin que ello suponga un nuevo pago. Y por último, el sistema de prepago debe suponer un ahorro para el usuario, ya sea otorgándole alguna bonificación al momento de recargar la tarjeta o reduciendo el precio del pasaje, según sea el monto que se compre. Así se premiaría la fidelidad del cliente y se animaría el uso de la tarjeta.

Todo cambio implica un proceso de adaptación; hay que estar conscientes de eso. El nuevo sistema de pago del transporte colectivo de pasajeros mejorará y ordenará el servicio, lo hará más eficiente y digno. Con las debidas correcciones, sin duda en unos meses Sipago será ampliamente aceptado por la población y habrá satisfacción por los avances que traerá. Supone un pequeño esfuerzo por parte de todos, un poco de paciencia y flexibilidad por parte de usuarios y transportistas. Para que El Salvador cuente, por fin, con un sistema de transporte moderno y eficiente, los procesos y cambios de Sipago deben seguir adelante, sin tomar en cuenta los caprichos e intereses de los pocos a los que les conviene que todo siga igual.

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Anónimo
03/12/2013
16:04 pm
Buen editorial señores de la UCA es un tema muy interesante este del nuevo sistema de recaudación en el transporte publico, yo estoy preparando mi trabajo de graduación en tan novedoso tema. Saludes
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