Tomándole la palabra al presidente Obama

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La visita del presidente Funes a Estados Unidos y su actitud durante la misma muestran un deseo de establecer unas relaciones de igual a igual con esa nación norteamericana. Para El Salvador, la relación con Estados Unidos ha sido muy importante y durante muchos años ha marcado nuestra historia bajo la impronta de su señorío y nuestro vasallaje, su dominación y nuestra impotencia como país. Hasta hace muy poco, la política estadounidense ha apoyado a las élites que nos han gobernado, y, defendiendo sus intereses imperialistas, ha pasado por encima de las necesidades y las vidas de las mayorías salvadoreñas.

En la actualidad, mucho del interés de El Salvador en Estados Unidos está en los más de dos millones de emigrantes salvadoreños que viven y trabajan allá, y que con su esfuerzo siguen apoyando a las familias que dejaron atrás. Una población migrante que ha hecho un enorme esfuerzo en estos tiempos de crisis para mantener el flujo de remesas hacía nuestro país. Migrantes que han priorizado la ayuda a sus familiares por encima de su propio bienestar y se han apretado el cinturón, logrando el milagro de que la disminución de las remesas a El Salvador sea  de solamente un 8%. Una cantidad pequeña para la tremenda crisis económica por la que está pasando el mundo entero, incluido, por supuesto, Estados Unidos.

Tampoco se puede pasar por alto que el país del Norte es nuestro mayor socio comercial, al que enviamos el 46.43% del total de nuestras exportaciones y de donde traemos el 35.92%  del total de las importaciones.

Durante años hemos esperado de nuestros gobernantes una actitud distinta hacia Estados Unidos. La relación con éste, y con cualquier otro país, debe ser de respeto mutuo, de igualdad— propia de los Estados soberanos—; una relación en la que cada quien pueda defender los propios y verdaderos intereses nacionales. Por ello, nos alegró oír las palabras de Obama en esta misma dirección.

A pesar de que el presidente Obama, en su campaña electoral y en sus discursos como presidente, ha manifestado que desea establecer un nuevo tipo de relaciones con el resto del mundo, hasta la fecha su administración y los funcionarios de la misma parece que no coinciden con su posición. La prueba más fehaciente de ello se dio en la vecina Honduras, donde el Subsecretario de Estado para América Latina apoyó sin reparo alguno que el golpista Micheletti se burlará del pacto de Tegucigalpa. Estados Unidos tampoco reclamó por las violaciones a la libertad de expresión y a los derechos humanos que tuvieron lugar en Honduras durante el período posterior al golpe de Estado, confirmando una vez más que a Estados Unidos los derechos humanos sólo le preocupan cuando le sirven para defender sus propios intereses.

Tampoco se explica por qué Estados Unidos lleva más de nueve meses sin nombrar embajador en nuestro país. Un hecho que hubiera probado que en verdad se quiere iniciar una nueva etapa de relaciones de respeto e igualdad.

Tampoco la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ha mostrado coincidencias con el punto de vista del presidente Obama. En su reciente visita a América Latina, obvió visitar aquellos países de la región con Gobiernos que incomodan a Estados Unidos. Más abonan a esta posición las recientes declaraciones de personeros estadounidenses diciendo que defenderán la seguridad de Israel, como lo han hecho desde hace más de cincuenta años, aun sabiendo que la seguridad de Israel es a costa de la vida y la seguridad del pueblo palestino.

Si bien el discurso de Obama no coincide con la realidad y todavía no se ha observado un cambio efectivo en las relaciones entre Estados Unidos y el resto de la comunidad internacional, es importante para el futuro de la humanidad y de los valores democráticos que así sea. Por ello, es necesario tomarle la palabra y exigir que el discurso se haga realidad. Una forma de hacerlo es que todas las naciones se pongan en un plano de igualdad, exijan a Washington esta relación de respeto mutuo de la que habla su presidente y se animen a negociar con Estados Unidos sin complejos y sin renunciar a la propia dignidad.

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Anónimo
15/03/2010
16:24 pm
Completamente de acuerdo y es bajo esa optica de igualdad USA-El Salvador, que yo no comprendo porque nuestro presidente es el encargado de normalizar las relaciones Centro Americanas con la hermana Republica de Honduras, ya que a un igual no se le delegan labores propias a los usamericanos para el caso, como es defender sus interes en la region, mas que una falta de respeto es una clara falta de igualdad y de servilismo la relacion que nos han propuesto.
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