El pasado miércoles, la Asamblea Legislativa aprobó el Presupuesto del Estado para el año 2012, que asciende a la cantidad de 4 mil 203 millones de dólares; 300 millones de dólares menos que el de 2011. Sin embargo, en el Presupuesto del año pasado tuvieron que incluirse 635 millones de dólares para pagar el vencimiento de eurobonos, parte de la deuda pública. Este año no se dará ningún vencimiento de eurobonos; solamente corresponde pagar los intereses, que ascienden a 5 millones de dólares. Así, el Presupuesto del Estado para 2012, aunque sea menor al del 2011, supone una mayor disponibilidad de recursos para gastos, lo que dará un cierto respiro a las finanzas públicas.
A diferencia de años anteriores, la aprobación del Presupuesto no enfrentó mayores dificultades. Después de unos pequeños cambios realizados en la Comisión de Hacienda de la Asamblea Legislativa, todos los partidos, a excepción de Arena, dieron sus votos a favor. El partido de derecha no lo hizo amparándose en justificaciones muy parecidas a las que esgrimía el FMLN cuando estaba en la oposición: "El Presupuesto es insuficiente y está desfinanciado". Arena tiene razón cuando dice que el Presupuesto es insuficiente, pero ello es verdad desde hace años: desde hace años el Estado no ha dispuesto de los fondos suficientes para cubrir las necesidades reales del país; desde hace años, varias carteras del Gobierno no han contado con los recursos necesarios para realizar las inversiones que empujen nuestro país hacia el desarrollo.
Los presupuestos de Educación, Salud Pública, Agricultura, Obras Públicas y Medio Ambiente son demasiado pequeños como para alcanzar cambios sustanciales en esas áreas. Hace unos días, al publicarse los resultados de la PAES, muchos se rasgaban las vestiduras por las bajas notas obtenidas por los estudiantes. Superar en un futuro cercano este bajo rendimiento implica mejorar la calidad de la educación. Y la mejora de la educación supone, sin lugar a dudas, un mayor presupuesto. Si de verdad hay voluntad de ofrecer una educación de calidad y ampliar la cobertura del bachillerato, es necesario que al menos se duplique el presupuesto de Educación. Por tanto, solo en esta área se requerirían 700 millones de dólares más.
Algo similar ocurre con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, que en este último trimestre del año ha solicitado refuerzos presupuestarios para hacer frente a sus obligaciones y dotar de medicinas a los hospitales públicos. Y lo mismo hay que decir de Agricultura y Ganadería, y Medio Ambiente y Recursos Naturales: sus respectivos presupuestos deben crecer si realmente se quiere reactivar el campo e incrementar la productividad agrícola, y si se desea poner fin al deterioro ambiental que ha llevado a nuestro país a ser uno de los más vulnerables del mundo ante los desastres naturales.
Además, los daños causados en la infraestructura vial por las recientes tormentas y la necesidad de seguir mejorando la red de autopistas y carreteras hacen aconsejable un mayor presupuesto para las inversiones de Obras Públicas. Y no solo es necesario reparar los daños; hay que realizar obras de prevención que eviten otros en el futuro, como la construcción de las bordas y el dragado del río en el Bajo Lempa. También se requiere seguir ampliando la red vial hacia aquellos cantones de El Salvador que hoy son inaccesibles.
Y porque el presupuesto es insuficiente y puede estar desfinanciado, es necesaria y urgente una reforma fiscal, a la que se oponen tanto Arena como las organizaciones empresariales. Ellos saben muy bien que solo se puede gastar más si se dispone de los ingresos suficientes para sustentar el gasto; lo contrario solo incrementa la deuda. El Presupuesto que el país necesita es a todas luces mayor que el aprobado. Pero con los ingresos fiscales actuales, este es el único Presupuesto posible. El país lleva más de un año hablando del pacto fiscal sin que se haya producido algún avance. Llama la atención que en ello el presidente Funes no haya tenido la misma firmeza y decisión que mostró para poner de ministro de Justicia y Seguridad Pública a un exmilitar contra la opinión pública. Aunque Arena se oponga formalmente a la reforma fiscal, con sus justificaciones para no votar por la aprobación del Presupuesto dice implícitamente que la misma es necesaria y urgente. Ojalá que para el próximo ejercicio se haya logrado alcanzar dicha reforma y así podamos, por primera vez en la historia de El Salvador, tener un Presupuesto suficiente y debidamente financiado. Un Presupuesto que permita que el Estado tenga los recursos necesarios para enrumbarnos en el camino del desarrollo que tanto necesita El Salvador.