Universidades para el cambio social

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Las elecciones en la Universidad de El Salvador nos plantean, una vez más, el tipo de instituciones de educación superior que necesita nuestro país. En general, el sistema universitario salvadoreño está al servicio del 20 por ciento de la población; o todo lo más, al servicio de quienes quieren permanecer en, o ingresar a, ese 20 por ciento que vive relativamente bien, que goza de seguro social, derecho a pensión y que tiene garantizada la educación con calidad para sus hijos. Los esfuerzos de algunas universidades por incidir en un cambio social que elimine este injusto reparto de la riqueza y de las posibilidades de futuro de la población quedan con frecuencia ahogados por los egoísmos de la gran empresa privada, el discurso sin contenido y la ineficiencia de los partidos políticos, y la debilidad de nuestras instituciones democráticas.

En el ranking de 20 mil universidades de todo el mundo que realiza y revisa semestralmente el Instituto Superior de Investigaciones Científicas de España, solo 8 de las 28 instituciones de educación superior existentes en El Salvador aparecen dentro de las 10 mil mejores. La UCA en la posición 2,736 y la Universidad de El Salvador en la 3,080. La siguiente, la Universidad Francisco Gavidia, se ubica en el puesto 4,967. Estos datos nos hablan ya de la necesidad de un primer paso: el salto a la calidad. La diferencia con Costa Rica, por compararnos con un vecino cercano, es demasiado fuerte: seis universidades de ese país están por encima de nuestra universidad pública. Y, en general, son precisamente las universidades públicas las que están mejor ubicadas en el ranking.

En ese contexto, la calidad debería ser uno de los temas básicos en estas elecciones de la UES, porque la institución cumple casi todos los requisitos necesarios para tenerla: mejores salarios, mayor número de profesores con posgrado, más escuelas y titulaciones. Algunos pasos que podrían darse para crecer en calidad serían los de crear un sistema de estímulo de publicaciones, darle mayor aliento a la investigación y a la difusión de la misma, reformar un aparato administrativo lento y poco eficiente, y poner requisitos de producción intelectual a los catedráticos para poder acceder a cargos académicos. Además, debe debatirse si solo tenemos que contar con una universidad nacional o si debemos ampliar el número, ya sea reconociendo como universidades autónomas estatales a algunas de las sedes actuales de la UES o abriendo otras.

Pero no basta con mejorar la calidad; la UES tiene que estar abierta a la realidad de nuestro país. Una universidad como la nacional, que aporta casi la mitad de los profesionales que se incorporan cada año a la vida productiva, tiene que plantearse qué futuro desea para El Salvador. Un desarrollo más acelerado implica cultivo de la innovación y la creatividad. El fortalecimiento institucional implica mayor solidez teórica. Una mayor justicia social, tan necesaria en el país, exige mayor responsabilidad y solidaridad con el alto porcentaje de personas sin oportunidades. El debate en la UES debía centrarse también en los aportes que se pretenden hacer al país desde la inteligencia y el saber.

A pesar de los múltiples esfuerzos, el mundo universitario es realmente débil en El Salvador. Se necesita liderazgo y la UES, por sus dimensiones numéricas y por su calidad pública, está llamada a tenerlo. Pero el liderazgo se conquista desde el debate serio, apoyado en el conocimiento y la investigación, y no desde el discurso fácil o la repetición de fórmulas gastadas. El proceso electoral de la UES será positivo si ayuda a tomar conciencia de las posibilidades y las responsabilidades de la propia institución. Si se queda en discursos politiqueros o promesas sin base, la que seguirá sufriendo será la sociedad salvadoreña, privada del dinamismo de uno de los mejores motores para el cambio social: una educación superior que produzca conocimiento, responsabilidad ética y compromiso con un desarrollo fraterno y justo.

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Anónimo
22/09/2011
02:08 am
Es desalentador el nivel tan bajo en que las estadisticas internacionales colocan a la UES. Ello es el producto de decisiones discutibles de enfrentar en el pasado a la UES contra el sistema. En las decadas 70 y 80 del siglo anterior, el sector academic se empobrecio gravemente. Primero por la ocupacion militar de la Universidad con todas sus perdidas de patimonio, cerebros academicos, etc. Luego por el abierto enfrentamiento contra el gobierno de turno. Ocasionando perdida de vidas humanas, etc. En este contexto el ente universitario se disgrego, y la calidad academica paso a ser superflua. Despues de la paz. Voces disonantes se escuchan de Nuevo en el campus. Se oponen al limite de nuevo ingreso por examen de admision y de nuevo se trata de usar la UES en contra del sistema y gobierno. Ojala en las elecciones se imponga el buen se tiro y la responsabilidad academica. Solo asi y con sacrificios podra rectificar la universidad y encaminarse a una autentica reforma universitaria.
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Anónimo
21/09/2011
08:09 am
Ante todo me parece muy revelador las cifras de este articulo y a la vez muy entristecedoras, para nosotros los salvadoreños. Creo que además de todos los elementos que se mencionan para fortalecer para la UES, agregaría que tenga APOYO y credibilidad del mismo gobierno y además a buscar los medios para que la población se sienta Orgullosa de estudiar en la UES; menciono lo anterior porque vivo en Costa Rica, y por ejemplo, acá los alumnos de que se graduan de bachillerato, se preparan y se esfuerzan al máximo para poder tener un "campo" en la Universidad de Costa Rica UCR, para la población y para el Gobierno, estudiar y apoyar a la UCR, es motivo de orgullo nacional y un privilegio.Los que creemos en la educación, debemos comenzar con motivar a todos , para buscar los caminos que nos lleven a cualquier mejora o difusión.Felicito a la UCA, y la exhorto a seguir apoya
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