“Nos reunimos para recordar y agradecer a los mártires. Agradecer su vida, sus luchas al lado de los oprimidos, su ejemplo, por ser capaces de defender a los pobres y los derechos humanos hasta las últimas consecuencias”. Con estas palabras del P. Andreu Oliva, rector de la Universidad, dio inicio la Procesión de Farolitos, con la que todos los años desde el crimen arranca la noche en la que se conmemora el asesinato de Elba, Celina Ramos y los seis padres jesuitas de la UCA.
Uno de los tramos más importantes del recorrido es el paso sobre las alfombras de sal, que muestran variedad de mensajes y diseños alusivos a los mártires y su legado. Este año se elaboraron 21 alfombras, gracias a las manos de los grupos de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala, la UCA de Nicaragua, Fe y Alegría, Plataforma de Seguridad Juvenil, Frente Universitario Roque Dalton, Grupo Scout 25, Casa de la Solidaridad, Instituto Técnico Industrial, departamentos de Matemática, Contabilidad y Finanzas, Organización del Espacio, Electrónica e Informática y Administración de Empresas, e iniciativas y grupos estudiantiles como el Programa de Becas Mártires de la UCA, Psinergia, Asociación de Estudiantes de Ingeniería Industrial, Programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano y Asociación de Ingeniería Química.
Las alfombras de sal se montan sobre parte del camino que recorrieron, hace 27 años, miembros del Batallón Atlacatl para cumplir la orden de asesinar a Ignacio Ellacuría y no dejar testigos. Cada año, en cada Procesión de Farolitos, las huellas de las botas de los soldados se cubren con los pasos de cientos de niños, jóvenes, adultos y ancianos que se niegan a olvidar; el sonido de las balas, con cantos; y el miedo, con esperanza. La luz de los farolitos que recorre la UCA representa, como lo explicó Oliva en sus palabras de inicio, “el caminar y espíritu del pueblo que desea encontrar guía, fuerza y valentía para enfrentar las cadenas de dolor y desesperanza que se viven a diario”.
La Procesión finalizó en el mismo lugar de donde partió: las canchas techadas del Centro Polideportivo. Y allí dio inicio la eucaristía por los mártires de El Salvador, que fue oficiada por Oliva y concelebrada por un grupo de sacerdotes jesuitas. Uno de los legados más importantes de los mártires de la Universidad es la constante denuncia de las problemáticas de la realidad y su afán de hacer de las víctimas el centro del quehacer académico y religioso. En línea con este espíritu, la homilía, a cargo del P. Mauricio Gaborit, miembro de la Junta de Directores y jefe del Departamento de Psicología y Salud Pública, señaló aquellas dinámicas de la sociedad salvadoreña que generan exclusión e injusticias.
Entre los temas abordados por Gaborit en su reflexión destacaron la pobreza, la crisis de las pensiones y la oposición a la declaratoria de inconstitucionalidad de la ley de amnistía. Respecto a la pobreza y la desigualdad, señaló que a los gobernantes, de antes y de hoy, “llevar al país al despeñadero parece que no les enfada porque en su mezquina fantasía no se ven afectados o porque saben que tiene paracaídas de oro. En todo caso, empobrecidos, concluyen, son otros, no yo. Sin percatarse que empobrecidos quedamos todos porque nos volvemos hoscos, sordos, ciegos e insensibles al dolor humano”.
Del tema de las pensiones se refirió, entre otros aspectos, a cómo el actual sistema afecta al trabajador, pues “su ahorro para la pensión ha ido a parar a un fondo manejado por la gran empresa y ahí ha sido depredado por los mismos empresarios que le cobran por el privilegio de manejar el dinero, fruto de su sudor, como buitres de pico duro, y también por el Estado mismo que obliga a que le presten millones pagando ellos intereses paupérrimos y menores a los que retribuyen al gran inversionista que les da préstamos o que compra bonos del Estado”.
Por otra parte, aseguró que la inconstitucionalidad de la amnistía es una oportunidad para dignificar a las víctimas y cuestionó a los políticos que manejan un doble discurso sobre este tema: “Y qué ironía: aquellos que en décadas anteriores eran los que impulsan y movilizaban para que se derogara la ley de amnistía, hoy dicen que la derogación es un inconveniente, que es una trama de la oligarquía, que es una sentencia inoportuna, que ‘tiene un cúmulo de errores jurídicos’, que el país va a caer en caos y que todos nuestros hijos van a pagar el precio por tal desmesura. ¿Desde cuándo es inoportuno buscar reparación por el daño sufrido por crímenes de lesa humanidad y graves violaciones a los derechos humanos?”.
Y, finalmente, con una frase de la Carta de San Pablo a los Romanos, hizo un llamado a exigir a los gobernantes un país diferente: “Hagan suyas las necesidades del pueblo. Hasta donde dependa de ustedes, hagan cuanto puedan para vivir en paz con todas las personas. No te dejes vencer por el mal. Al contrario, vence al mal con el bien”.
Luego de la eucaristía se dio paso al acto cultural en el que participaron los artistas y grupos Yaxa Nutal, Saúl López, Sol Naciente, Los Norteñitos, Wilmer Flamenco, Son ¾ y Son de Pueblo de Honduras.
A la conmemoración del XXVII aniversario de los mártires de la UCA, que se llevó a cabo el sábado 12 de noviembre, asistieron más de 3,700 personas.