“Los injustos, cuando se haga la cuenta de sus actos, se presentarán acobardados; sus propios crímenes se alzarán contra ellos para acusarlos. El justo, en cambio, aguantará firme y lleno de confianza frente a los que lo oprimieron y se burlaron de sus sufrimientos”.
Libro de la Sabiduría 4, 5
En solemne eucaristía la comunidad universitaria recordó a Elba y Celina Ramos y a los seis jesuitas asesinados en el campus hace 26 años. La misa tuvo lugar el lunes 16 de noviembre en el Auditorio “Ignacio Ellacuría”, y fue presidida por monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, junto a más de una docena de sacerdotes de la Compañía de Jesús.
La primera lectura fue tomada del Libro de la Sabiduría, que habla sobre los frutos de la esperanza de los justos. Una esperanza cimentada en un modo de vivir humilde y austero que, de acuerdo a monseñor Rosa Chávez, caracterizó a los mártires de la UCA. “Pusieron plenamente su esperanza en el Señor, llegando hasta el punto de dar la vida en el cumplimiento de su misión. Fueron sabios según la sabiduría de Dios; por lo tanto, son amigos de Dios y profetas”.
El obispo aprovechó para, en nombre de la Iglesia, agradecer a la UCA por su labor de cinco décadas: “Gracias a esta institución por su calidad académica, sobre todo por su calidad ética traducida en conciencia crítica, tal como debe hacerlo una universidad”.
Concluida la homilía, miembros de la comunidad universitaria participaron en las ofrendas. Las asociaciones de estudiantes de Ingeniería Mecánica y Química entregaron una fotografía de habitantes del cantón El Izotal, Chalatenango, en representación de todas las comunidades marginadas del país, y ofrecieron granos de maíz y frijol como muestra del fruto del trabajo que los campesinos realizan. Graduados de la UCA mostraron sus tesis como emblemas de la formación que recibieron en la Universidad. Y el Departamento de Organización del Espacio ofreció un ejemplar de la Política Nacional de Hábitat y Vivienda, recientemente lanzada por el Gobierno salvadoreño, como símbolo del compromiso de trabajar por una sociedad más justa.
Durante la misa, el representante de El Salvador en el Comité Regional para América Latina y el Caribe del Programa Memoria del Mundo de la Unesco, Carlos Henríquez Consalvi, entregó a la UCA el título que oficializa al Archivo Ignacio Ellacuría como patrimonio de América Latina, bajo el nombre de “Fondo Documental de Ignacio Ellacuría: Realidad Histórica y Liberación”.
Al finalizar la celebración, Andreu Oliva agradeció por la vida de los mártires. “Con ellos el Señor nos regaló un ejemplo del seguimiento a Jesús; nos regaló un ejemplo de cómo desde una universidad se puede contribuir al bien de los pobres, a buscar una sociedad más justa y en paz, y de cómo podemos poner una universidad al servicio de la gente, al servicio de las mayorías, al servicio del proyecto de Dios. Su martirio vino a testimoniar y a sellar con sangre que este modelo de universidad que ellos pusieron en marcha es querido por Dios. A nosotros nos toca continuar la labor, continuar su legado".