La opción por el cambio social ha llevado a la UCA a dedicarse formal y explícitamente a defender los derechos fundamentales de las mayorías empobrecidas y excluidas. En esta tarea, ha buscado crear espacios donde se promuevan la denuncia, la información y la educación en derechos humanos, a fin de mantener viva la memoria histórica de El Salvador.
Con ese espíritu de compromiso permanente, en 1998 nació el Festival Verdad; específicamente, para estimular la participación de diversos sectores sociales en la lucha por el respeto y la vigencia plena de los derechos humanos. Catorce años después, el Festival se ha consolidado como un acontecimiento popular. Y en 2012, se enmarcó en el XX aniversario de los Acuerdos de Paz, con el lema "Paz y justicia desde el clamor de las víctimas".
El Festival es organizado por las unidades de la Vicerrectoría de Proyección Social (entre ellas, Audiovisuales UCA, Centro Cultural Universitario, Radio YSUCA e IDHUCA) y por otras instancias universitarias. Las actividades de esta edición arrancaron el domingo 18 de marzo con un encuentro juvenil, denominado "Las juventudes como constructoras de paz", en el que participaron muchachos de comunidades del interior del país y de organizaciones sociales.
Por su parte, el IDHUCA organizó la cuarta edición del Tribunal Internacional para la Aplicación de la Justicia Restaurativa en El Salvador, que se llevó a cabo del 21 al 23 de marzo en el parque ecoturístico Tehuacán, de San Vicente. En el Tribunal, se conocieron los casos de las masacres en El Cañal, El Campanario, Guajoyo, Conacastada, La Cayetana, Santa Cruz Paraíso y El Junquillo. La jornada de trabajo en cada uno de los tres días fue de 8:00 de la mañana a 5:30 de la tarde. Entre los asistentes hubo habitantes del lugar, así como miembros de la comunidad universitaria y de comités de víctimas de diversos países.
Este año, el ente colegiado estuvo integrado por los españoles José María Tomás y Tío (magistrado y presidente de la Fundación por la Justicia de Valencia), José Ramón Juániz (abogado y presidente de Abogados del Mundo de Valencia) y María Rosario Valpuesta (doctora en Derecho por la Universidad de Sevilla); las brasileñas Carol Proner (doctora en Derecho Internacional por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y coordinadora del Programa de Derechos Fundamentales y la Democracia de UniBrasil) y Suelli Aparecida Bellato (abogada y vicepresidenta de la Comisión de Amnistía de Brasil); y los salvadoreños Gloria Giralt de García Prieto y Julio Rivera, víctimas de la impunidad en El Salvador.
Responsabilidad de Audiovisuales UCA fue la organización del ciclo de cine "Memoria y reconciliación", que inició con la proyección de la película Todo está iluminado, de Liev Schreiber, el miércoles 28 de marzo. Un día después, el jueves 29, se proyectó Imaginando Argentina, de Christopher Hampton; y, para cerrar el período de filmes, el viernes 30 se presentó Soldados de Salamina, de David Trueba.
Después de cada proyección se realizó un foro para analizar el mensaje de la cinta. Para ello se contó con los panelistas Miguel Huezo Mixco, escritor salvadoreño; Ricardo Roque Baldovinos, catedrático del Departamento de Comunicaciones y Cultura; y Juan Luis Botello, representante del IDHUCA.
La cita final del Festival Verdad fue el sábado 31 de marzo, con el ya tradicional concierto, que comenzó a las cinco de la tarde en el parqueo anexo del edificio del ICAS. Un ensamble de músicos salvadoreños (Teresa Guardado y Claudia López, junto a los grupos Trova y Exceso de Equipaje) abrió el espectáculo.
Seguidamente, el costarricense Adrián Goizueta, considerado figura clave en la renovación de la música latinoamericana contemporánea, conjugó géneros musicales como tango, jazz, folclor y sinfónico. En escena cantó Compañera y Farabundo Martí, dos de sus canciones más populares.
Llegado su turno, Adhesivo, una banda emblemática de ska en El Salvador, puso a bailar a una buena parte de los asistentes. Después de haberse presentado exitosamente en el Festival Vive Latino de México, en marzo pasado, la banda irrumpió en el campus cargada de adrenalina y conquistó la noche con sus canciones.
Súper Pakito Chac, que nació a mediados de 1995 en las oficinas del Centro Cultural Universitario, encendió al público con su mezcla de rock y ritmos latinos propios de la zona mesoamericana y del Caribe: cumbia, son cubano, reggae, songo, rumba y ska.
Y para cerrar, Sonidero Meztizo, proyecto musical y de arte digital de la solista afrochilena Moyenei Valdés y del exvocalista del grupo Maldita Vecindad Roco Pachukote, compartió temas que promueven la unión de los pueblos. El grupo animó al público a recuperar la memoria histórica a través del canto.
La música sonó hasta poco después de la medianoche. Las voces y las esperanzas de quienes anhelan y exigen justicia se unieron en un solo clamor, pidiendo el fin de la impunidad. Y así cerró el Festival Verdad.