"Ser útil a quien lo necesita"

De las aulas al campo: ese fue el tránsito de Brenzo Lozano, un exalumno de la UCA que a sus 25 años trabaja para ayudar a personas de comunidades rurales. Brenzo nació en San Salvador el 24 de noviembre de 1987. Su padre, Jesús Lozano, es panificador; y su madre, Ana Marina Segovia, se encarga de los oficios domésticos.

En octubre de 2011, se graduó de la Licenciatura en Administración de Empresas. "Escogí esa carrera porque creo que desde esa área se pueden crear políticas de trabajo encaminadas a ver al empleado como un ser humano y no como un simple número del cual se pueden obtener ganancias". Y dice haber optado por la UCA porque "tiene la visión de formar profesionales integrales. Es decir, que no sean intelectuales vacíos, sino que tengan una mirada diferente sobre la realidad, una visión social".

Su contacto con las comunidades empezó en 2007. Tras unirse al movimiento estudiantil The Others, conoció el proyecto Aula de Refuerzo Escolar y Humano Las Abejitas, en el que los jóvenes del grupo trabajan con más de 50 niños y adolescentes de la comunidad Las Margaritas, en Santa Tecla.

"Desde un inició me gustó (...). Todos los días, de dos a cuatro de la tarde, ayudábamos a los niños en sus tareas, jugábamos con ellos, nos preocupábamos de sus problemas y construíamos una amistad. Luego, el trabajo fue creciendo (...) y comenzamos a organizar jornadas médicas, brigadas dentales y semanas nutricionales para todas las personas de Las Margaritas".

"Frecuentando a mis amigos de The Others (...) aprendí que una amistad es verdadera cuando se trabaja por un fin común, viviendo el presente y buscando su porqué, sin evadir las circunstancias. Así nació en mí la preocupación por trabajar para los demás, y por tratar de no vivir de una forma superficial y distraída mi condición de estudiante".

De esta manera, a principios de 2012, Brenzo aceptó ser el responsable del proyecto. "Cuando me pidieron ser por unos meses el responsable, acepté, porque mi visión ya estaba definida: quería un trabajo orientado a ayudar al otro. Me pareció que aceptarlo era una oportunidad para empezar el camino".

Esta experiencia le permitió tener el perfil idóneo para un puesto en la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (Fusai), donde es asesor de créditos comunitarios. "Tuve la suerte de encontrar un trabajo en Fusai, una fundación que trabaja para el desarrollo económico y social de las comunidades, a través del mejoramiento de vivienda y de infraestructura de servicios básicos, como conexiones de agua potable y energía eléctrica. También, Fusai les permite a los pobladores desarrollar actividades comerciales, motivándolos a trabajar en conjunto con todos los habitantes de la zona".

Brenzo conoce todos los días a nuevas personas, sus problemas y sus proyectos. "Mi trabajo es de campo. Como vivo en San Marcos, salgo de mi casa muy temprano. Tomo tres buses hasta llegar a La Libertad, donde me dirijo a diferentes comunidades de Zaragoza y San José Villanueva. Algunas veces, el bus me deja cerca, pero otras debo caminar varios kilómetros hasta llegar al lugar. Allí me reúno con la gente de las asociaciones de desarrollo comunitario para verificar cómo se está trabajando; y, además, doy charlas informativas a los habitantes para que más personas se involucren y nazcan nuevos proyectos".

No obstante ser fatigoso y obligarle a trasladarse de un lugar a otro, para Brenzo, su profesión se ha convertido en fuente de profundas satisfacciones. "Saber que desde mi trabajo es posible hacer un pequeño cambio, me motiva (...). Me hace feliz ir al campo y ser útil a quien lo necesita. Creo que el más beneficiado, en primer lugar, soy yo mismo, porque esta labor me enseña a pensar más en el otro y en sus dificultades".

Brenzo aspira a vivir en coherencia con el espíritu y los valores que descubrió en la UCA. "Uno tiene que ser firme en la visión social que la Universidad le ha inculcado. Es decir, que independientemente del trabajo que se realice, uno puede hacer un pequeño cambio desde la manera en que se relaciona con los demás (...). Reconociendo que mi interés hacia el otro no puede ser por el cargo que este tenga o el salario que gane, sino porque hay algo más que lo constituye".