La UCA nació con una vocación de cambio social que ha venido aclarándose y consolidándose con los años, y que la llevó incluso a experimentar el martirio. Como obra jesuita de inspiración cristiana comprometida con el bien de las mayorías menos favorecidas, apunta al cambio de la sociedad salvadoreña de modos específicamente universitarios.
Con el Centro de Servicio Social, la UCA ha consolidado una labor que permite poner a los estudiantes en contacto con la realidad. A través de la unidad, se vela por el cumplimiento del servicio social de los estudiantes de pregrado y por vincularlos con las necesidades de los sectores empobrecidos de El Salvador.
Como explica Évelyn Salgado, jefa del Centro, la finalidad es aportar a la formación integral de los jóvenes universitarios a partir de una acción social que les acerque directamente a las problemáticas nacionales. "Buscamos que los estudiantes se involucren en iniciativas de carácter benéfico o educativo que vayan en función del desarrollo del país", asegura. Por eso, "se promueve un servicio social estudiantil que desarrolle en el joven una actitud crítica y reflexiva frente a la realidad, de tal forma que adquiera un compromiso y una opción preferencial por los pobres".
Año con año, cientos de alumnos se enlistan para cumplir con sus horas sociales en los diversos proyectos que el Centro administra. A modo de ilustración, algunos de los que más impacto han tenido son, en 2012, el levantamiento de perfiles topográficos en el Asilo Sara Zaldívar, las mediciones topográficas en la Escuela Marillac (Santa Tecla) y los refuerzos escolares en la Casa de la Cultura de la comunidad Las Palmas; en 2011, el diseño de tuberías de aguas negras en la comunidad El Cambio (Nejapa); en 2008, el estudio de suelos en la comunidad Adecoi (Apulo); y en 2006, los estudios de tenencia y ocupación de vivienda en comunidades de Chalatenango.
Así, en este esfuerzo, la UCA mantiene contacto con diversas organizaciones, como la Casa de la Cultura del Ciego, Las Dignas, Fundación Círculo Solidario, Servicio Jesuita para el Desarrollo, ContraSida, Fundación la Niñez Primero, Asociación Pro-Búsqueda, Fe y Alegría, Un Techo para mi País, Fundación Actúa y Funde.
Los proyectos operan por trabajo voluntario o por horas sociales. Esta doble modalidad se debe a que muchos jóvenes colaboran con las organizaciones por libre decisión y sin esperar algo a cambio; de este modo, hay estudiantes que completan su servicio social, pero continúan cooperando.
Para Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social, este trabajo es un compromiso que adquieren tanto los estudiantes como la misma institución, ya que "los muchachos lo ejercen, pero es la Universidad la que lo canaliza, es la plataforma". Y es que el servicio social está pensado para que contribuya a la formación del futuro profesional, pues, según Serrano, "cuando uno se acerca a la gente que está padeciendo, le cambia la visión de la realidad. El contacto directo con quien sufre hace al profesional más humano".
El Vicerrector enfatiza que es importante que los estudiantes "se involucren en proyectos que respondan a las necesidades de los más desfavorecidos, ya que es una manera de devolverle a la sociedad la oportunidad que les da de prepararse. Es una forma de retribuírselo".
La UCA, por ende, contribuye al cambio social desde su propia identidad universitaria, tal como lo afirmó Ignacio Ellacuría: "Siempre se puede dar más, sobre todo si (...) por la que se trabaja es una causa noble (...). Trabajar unidos en todo para contribuir a la solución de la gran crisis nacional, desde nuestra condición de universitarios, es el desafío que tenemos por delante".