En su Plan Estratégico Institucional, la UCA estableció como una de las líneas de trabajo que sus empresas redujeran, en lo posible, el uso de artículos contaminantes. En esa apuesta, Librería, Papelería, Cafeterías y Distribuidora de Publicaciones han sustituido las bolsas convencionales por bolsas plásticas con la tecnología d2w, que permite que el material se degrade por oxidación y las hace biodegradables después de su vida útil.
Claudia Arteaga, administradora de Librería y Papelería, explica que el componente d2w permite que las bolsas tengan una "vida controlada". Así, en lugar de tardar más de dos décadas en descomponerse, tienen una vida de 18 meses y luego comienzan a desintegrarse, un proceso que solo dura cerca de otro año y medio.
El d2w es un componente a base de polímeros fabricado con un desarrollo especial, aprobado en pruebas de ecotoxicidad y seguro para el contacto directo con alimentos. Este se aplica durante el proceso de fabricación de los productos plásticos, y controla y acelera los procesos de degradación y biodegradación. Por esto, los plásticos fabricados con esta tecnología se puede reusar y reciclar. Y son productos que se pueden encontrar en más de 90 países en distintas aplicaciones.
Como preámbulo a esta acción, en 2012, Librería y Papelería promovieron la reducción del uso de bolsas plásticas, lo que permitió identificar, según Arteaga, que cerca de la mitad de los consumidores optan por no usarlas para llevar sus productos.