“A 25 años de los Acuerdos de Paz, ¿cuál debe ser la agenda en seguridad, economía, política y justicia?” fue el tema de reflexión de la Cátedra de Realidad Nacional del 25 de enero, realizada en el Auditorio “Ignacio Ellacuría”. Para el análisis se invitó a William Pleités, director ejecutivo de Fomilenio II; Doris Luz Rivas, magistrada presidenta ​de la Sala de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia; Jeannette Aguilar, directora del Iudop; y Álvaro Artiga, catedrático del Departamento de Sociología y Ciencias Políticas.
Antes de las intervenciones de los ponentes, Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social, destacó que “no se puede conmemorar la firma de los Acuerdos de Paz cerrando los ojos a la realidad actual”. Y agregó: “El pacto fue bueno en su momento, pero el espíritu no se ha continuado debidamente. Queremos hacer énfasis en todo aquello que hace falta para que el anhelo de paz y justicia se comience a deslumbrar”.
La primera exposición estuvo a cargo de William Pleités, quien expuso los que, a su juicio, son los cuatro grandes problemas de El Salvador en materia económica: crisis de violencia e inseguridad, prevalencia de altos índices de pobreza, finanzas públicas frágiles y bajos niveles de inversión, crecimiento y empleo.
Por su parte, Jeannette Aguilar valoró los principales tropiezos en la implementación de las reformas establecidas en los Acuerdos, sobre todo las concernientes a la seguridad pública. Además, analizó algunos retos que el país encara como resultado del incumplimiento de los compromisos adquiridos el 16 de enero de 1992.
Desde el ámbito judicial, Doris Luz Rivas señaló la urgencia de reconstruir el sistema jurídico salvadoreño, a fin de que se respeten los derechos humanos y se garantice el acceso a la justicia. “Necesitamos una nueva ley orgánica integral, un marco regulatorio más adecuado para las actuales condiciones del país, un mayor ejercicio de rendición de cuentas y descentralizar algunas funciones de la Corte Suprema de Justicia”, dijo. En su intervención, Rivas también animó a “no olvidarse del pasado, no para seguir dependiendo de él, sino porque una sociedad que se olvida del pasado puede encontrarse nuevamente al borde del abismo”.
Para cerrar el ciclo de ponencias, Álvaro Artiga abordó el tema desde la óptica política. En su reflexión, hizo un llamado a ser actores activos para generar cambios y transformar el sistema político. “Si no hay convicción de que las cosas pueden cambiar, ¿cómo van a cambiar? La historia la hacen los hombres, pero la hacen desde las condiciones en donde están […] El cambio no lo harán aquellos que se benefician del statu quo, sino que toca involucrarse personalmente […] Deberíamos aprender de nuestra propia historia, en aquellos años también había inconformidad con lo que se vivía, pero las personas se involucraron. Las cosas no van a cambiar si no hay gente que impulse el cambio”.