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En mayo de este año, Eloy Velasco, juez de la Audiencia Nacional de España, decidió procesar a veinte militares salvadoreños por el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos de sus colaboradoras en 1989. Esta acción suscitó un intenso debate jurídico, político y social en El Salvador. Pasados tres meses, la justicia salvadoreña se ha negado a colaborar en el juicio que se realiza en el país europeo.
En este contexto, la Universidad decidió realizar un evento público para dar a conocer su postura ante la situación de impunidad que persiste en el país. Así fue como el martes 30 de agosto, en el Auditorio "Ignacio Ellacuría", se llevó a cabo la Cátedra de Realidad Nacional denominada "La masacre en la UCA: análisis y reflexión sobre el caso en la Audiencia Nacional de España". Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social, dio la bienvenida a los cerca de 500 asistentes y explicó brevemente el objetivo y orden de exposición de la Cátedra.
Primeramente, se hizo un recuento del camino recorrido, dentro de El Salvador y allende las fronteras, en la lucha por hacer justicia en el caso de la masacre en la UCA. Esta parte estuvo a cargo de José María Tojeira, quien, tras ejercer el cargo de rector durante catorce años, retoma su quehacer universitario como docente.
Luego, Benjamín Cuéllar, director del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad (IDHUCA), analizó el caso en la Audiencia Nacional de España, así como la posterior actuación de las instituciones salvadoreñas, especialmente la de la Corte Suprema de Justicia en pleno. Para concluir, Andreu Oliva, rector, expuso el posicionamiento de esta casa de estudios ante la situación.
Tojeira inició recalcando la importancia de la verdad, el derecho más importante de las víctimas: "Una sociedad no se puede desarrollar, ni libre ni democráticamente, sin la verdad. Además, la verdad es el único camino hacia la regeneración".
Por este convencimiento es que la UCA se ha opuesto rotundamente a la amnistía, pues en la práctica este recurso legal borra la existencia del delito y propina "una bofetada en el rostro de las víctimas". Para el jesuita, la mejor vía para saldar las deudas con el pasado sería iniciar un diálogo serio y oficial, desde el Gobierno, sobre la ley de amnistía, su posible derogación y su sustitución por una ley de reconciliación.
Cuéllar desarrolló su exposición contestando a diferentes cuestionamientos: por qué Eloy Velasco está procesando a 20 militares salvadoreños retirados, qué solicitó el juez a las instancias judiciales del país, qué resolvió la Corte Suprema de Justicia y cuál fue la actuación del Ejecutivo.
Después, a modo de conclusión, el director del IDHUCA reflexionó en torno a la importancia de asumir, desde las grandes mayorías, la lucha por la justicia y contra la impunidad: "Para que no quede sin honrarse la sangre de las víctimas de antes y durante la guerra, es necesario y urgente erradicar las causas de la violencia, entre las cuales, en un primer sitio, está la impunidad".
Por su parte, Oliva dio lectura al pronunciamiento ante los acontecimientos nacionales derivados del avance del Caso Jesuitas en la Audiencia Nacional de España. El texto resume la posición de la UCA frente a la información que los medios de comunicación social han divulgado; información que abona a la "defensa de intereses particulares, en especial de los intereses de los que en los años de la guerra decidieron y planificaron masacres contra el pueblo salvadoreño (...) y que hasta la fecha han sido protegidos por el Estado". En este sentido, en el pronunciamiento se desmontan y desmienten uno a uno los falsos argumentos que se han vertido sobre el caso y el juicio en España.
El Rector cerró la Cátedra recordando la exhortación de monseñor Óscar Romero a construir la paz en la justicia, el amor y la bondad.
