"Si los niños tienen derechos, entonces yo ya no tengo más autoridad" y "si los niños tienen derechos, no tengo más responsabilidades" son dos frases que manifiestan visiones deformadas sobre el actual proceso de democratización de las relaciones familiares que, de acuerdo a Emilio García Méndez, ha transformado la forma de entender los derechos de la niñez.
Durante la conferencia "El Sistema de Protección Integral de la Niñez y su relación con el Sistema Penal Juvenil", realizada el 26 de febrero en el auditorio del ICAS, Méndez, diputado argentino y especialista en derechos de la niñez, aseguró que el vínculo entre los sistemas de protección y los de represión es una temática emblemática para analizar la cuestión de la infancia en América Latina.
"El tema de la articulación entre los sistemas de protección y el sistema de responsabilidad penal (...) (es) la síntesis de los nudos atados hace más de 100 años", explicó. Y es que fue en 1899 cuando se abrió la puerta a la justicia para los niños y adolescentes con la creación, en Estados Unidos, del primer tribunal de menores del mundo. Pero con este hecho, según Méndez, también "se saca formalmente a los menores del derecho penal (...) no se le da ningún límite a la pretensión punitiva del Estado y se le otorga a un nuevo tipo de juez la capacidad de producir sufrimientos reales".
A partir de entonces, se estableció una cultura de compasión-represión en la que "ya no hay más (niños) delincuentes, sino menores enfermos que necesitan un tratamiento", apuntó el especialista. Esta forma de entender los derechos de los menores y su aplicación en el tema penal se mantuvo hasta 1989, cuando surgió la Convención sobre los Derechos del Niño.
Para Méndez, la Convención constituye "un antes y un después en la consideración jurídica y social de la infancia (...) una revolución cultural" que modifica la forma de plantear las relaciones entre los niños y los adultos. "La Convención no rechaza la autoridad (...) lo que rechaza es el autoritarismo", aseveró. Con la Convención se abrió también la posibilidad de realizar una distinción entre "el niño víctima" y el "niño victimario". De acuerdo a Méndez, el verdadero desafío, en la actualidad, "no es proteger a los niños, sino a los derechos de los niños".
La ponencia se dio en el marco del Diplomado de Estudios Superiores en Derechos de la Niñez y la Adolescencia, organizado por el Departamento de Ciencias Jurídicas de la UCA, la Oficina de Justicia Juvenil de la Corte Suprema de Justicia y Unicef.