En memoria de un gran economista y maestro

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Anaí Sorto
05/05/2013

Francisco Javier Ibisate, a quien muchos llamaban cariñosamente “Ibis”, fue un sacerdote muy querido por la comunidad universitaria. Nació en España en 1930 y comenzó a trabajar en la UCA a los 36 años de edad en su gran pasión: la docencia. Fungió también como decano de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas (hoy Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales); y entre 1995 y 1997, se desempeñó como rector interino. En 2006, fue distinguido como Economista del Año; y falleció un año después, el 24 de abril de 2007.

En su sexto aniversario luctuoso, el Departamento de Economía organizó la III Jornada de Reflexión “P. Francisco Javier Ibisate, S.J.”. Este año, con la temática “Desarrollo rural: presente y futuro de las naciones” y el objetivo de abrir un espacio para analizar y discutir los aspectos relacionados con el desarrollo rural en El Salvador y en Mesoamérica.

La Jornada comenzó con el Curso de Desarrollo Rural en Mesoamérica, los días 22 y 23 de abril. Después, hubo una serie de conferencias: “Visones del desarrollo rural”, “El estado actual del desarrollo rural en Mesoamérica” y “El desarrollo rural y el buen vivir: un planteamiento antisistémico”, todas en el Auditorio “Segundo Montes, S.J.”, los días 24, 25 y 26 de abril, respectivamente.

“Buscamos una reflexión crítica acerca de las principales problemáticas económicas (…) situaciones provocadas por la visión capitalista del desarrollo. Esperamos que estas jornadas nos sirvan también para plantear alternativas viables, que tengan como eje el bienestar de todos”, dijo Andreu Oliva, rector de la UCA, en la inauguración.

Esta visión económica solidaria es uno de los principales aportes académicos de Ibisate. En la eucaristía en su memoria, celebrada el 24 de abril en la capilla de la Universidad, José María Tojeira, director de Pastoral Universitaria, recordó que “Ibisate fue un hombre que siempre buscaba ver la parte buena de las cosas (…) y su pensamiento sigue siendo tremendamente actual; él, desde su conocimiento y profunda inspiración cristina, quería incentivar (…) a poner el dinero al servicio de las personas”.

El economista jesuita sigue presente en el afecto de la comunidad universitaria, como lo demuestran los comentarios que algunos de sus antiguos alumnos publicaron el 27 de abril en la página de Facebook de la UCA: “Increíble ser humano”, “Siempre mostró humildad, aun siendo de los grandes pensadores”, “Gran economista y maestro” y “Lo mejor de lo mejor”, entre otros.

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