En 1994, preocupado por las pocas oportunidades que tenían los jóvenes de escasos recursos para continuar sus estudios superiores, el padre Dean Brackley decidió iniciar un proyecto que hoy es el Programa de Becas Mártires de la UCA, el cual apoya a más de 60 estudiantes para que puedan obtener un título universitario.
Según explica Marta Lidia Merlos, catedrática del Departamento de Matemática y coordinadora académica del programa, existen tres requisitos que los aspirantes deben cumplir: “Tener un compromiso social comunitario, demostrar dificultad para pagar el estudio superior y garantizar verdadera intención de superarse”.
Para ello, explica Merlos, se creó un método de selección: “Se organiza un encuentro con párrocos, directores de institutos nacionales y miembros de ONG que tienen vínculos con el Centro Monseñor Romero, a fin de encontrar candidatos potenciales que puedan recomendar para la beca”. En este sentido, se comienza un proceso de preparación y nivelación académica. “Una vez se tiene conformado el grupo, los sábados por la mañana, los jóvenes reciben tutorías en las áreas de matemática, lenguaje y sociales, donde constantemente son evaluados”.
Luego, a los estudiantes se les hace un diagnóstico vocacional, una entrevista personal y se someten a las pruebas de admisión. “Después de todo este proceso, se seleccionan a los que hayan logrado alcanzar los parámetros de rendimiento que exige la Universidad para que se inscriban al Curso Preuniversitario y, de aprobarlo, comienzan sus estudios”.
Los beneficiarios reciben, además de la beca, talleres, charlas y tutorías sobre temas que abonen a una formación integral. “Se les da un seguimiento permanente. El padre Dean quería que este programa tuviera un sello diferente: no solo es cuestión de pagar las mensualidades y exigirles a los jóvenes buenas notas, sino de acompañarlos en todo el proceso de adaptación, ya que vienen de diferentes condiciones y ambientes”, dice Merlos.
La Clínica de Asistencia Psicológica, la Dirección de Pastoral Universitaria y el Departamento de Sociología y Ciencias Políticas se han sumado al esfuerzo dando terapias psicológicas, organizando actividades para recaudar fondos e impartiendo asesorías académicas. También, desde 2012, por medio del Centro de Admisiones, los estudiantes de nuevo ingreso dan un aporte económico voluntario. Este año, el monto recaudado fue de $1,072.57.
Actualmente, el programa es financiado en buena parte gracias a la solidaridad de empleados de la UCA y donantes extranjeros (estadounidenses, en su mayoría). “El padre Dean siempre nos decía que había que apostarle a la educación de los jóvenes de escasos recursos, sacarlos adelante. Si lográbamos cambiarle la vida a un joven (…) mediante la educación, podríamos sentirnos satisfechos”.
Este compromiso de colaboración también está presente en los exalumnos que fueron beneficiados con una beca. “El trabajo de apoyo se ha concretizado con la Asociación Dean Brackley”, cuenta Liliana Rivas, exbecaria y asistente del Programa. Y es que “el principal objetivo de la Asociación es apoyar el proyecto desarrollando actividades para recaudar fondos, impartiendo talleres y buscando contactos con empresas para ofrecer a los jóvenes oportunidades de pasantías o experiencias laborales”.
El domingo 18 de enero, en la capilla de la UCA, los 16 fundadores firmaron los estatutos legales con los que la Asociación queda constituida jurídicamente. “No hay que quedarnos solo con lo que nos dieron, sin interesarnos de los demás que siguen en el programa. Nosotros, que ya nos graduamos de la Universidad, podemos apoyar a más jóvenes”, dice Rivas.
El Programa de Becas Mártires de la UCA es coordinado por el padre Rafael de Sivatte. En 2014, trece jóvenes becarios lograron terminar sus estudios y nueve entraron al proceso de graduación. Este año, son nueve los estudiantes inscritos en el Curso Preuniversitario. Para donaciones, se puede contactar a Mayra Herrera al 2210-6600, extensión 422.