La tecnología de código abierto o libre puede ser descargada, usada, modificada y redistribuida por cualquier persona. Su funcionamiento se centra en un principio: el software (conjunto de programas y rutinas que permiten a un ordenador hacer determinadas tareas) es conocimiento y como tal se debe difundir sin restricciones.
En uno de sus análisis, Richard Stallman, programador estadounidense y fundador del Movimiento Software Libre, dice que los centros de educación en todos los niveles deben usar el software libre porque "es el único que les permite cumplir su misión: difundir el conocimiento".
De acuerdo a Willian Marroquín, coordinador de Tecnologías de Información y Comunicación de la UCA, las instituciones educativas que han optado por el acceso abierto se han desarrollado y han logrado avances importantes en diversas áreas; sobre todo, en investigación y promoción científica.
Para que la UCA entre a esa cultura abierta y pueda ampliar su horizonte con el uso óptimo y participativo de los recursos tecnológicos, en 2015 arrancará el proceso de sustitución de sistema operativo: Ubuntu en lugar de Windows, instalado en la mayoría de ordenadores de la Universidad. En una segunda fase, se extenderá la instalación a los equipos de los laboratorios, donde se mantendrá el acceso a aplicaciones que no podrían ejecutarse en el sistema operativo basado en Linux, como los programas con los que funcionan equipos específicos (químicos y electrónicos, entre otros).
Ubuntu es una tecnología con 10 años de funcionamiento. Su entorno (escritorio y accesos) es gráfico y amigable con el usuario. Incluso, según Marroquín, en muchos aspectos "está mejor desarrollado que Windows". Es fácil de usar porque es muy intuitivo. "La gente no notará cambios en el entorno gráfico. A medida que se vayan adaptando al software, irán aprovechando todo el potencial que esta tecnología ofrece", anticipa.
Una de las ventajas de Ubuntu es que a través de su centro de software se pueden descargar programas relacionados con diversas áreas del conocimiento: biología, electrónica, geografía, química, matemática, astronomía, finanzas, educación. Por ejemplo, hay simuladores de sistemas planetarios, aplicaciones para el análisis científico, programas para construcciones matemáticas y editores moleculares. Dispone también de la versión libre del Office, que cumple las mismas funciones que el de Microsoft; así como acceso a los navegadores Mozilla Firefox y Google Chrome.
El mecanismo de descarga de estas aplicaciones es similar al de la tecnología Android: de una lista de programas disponibles, se selecciona el que se quiere descargar y se instala fácilmente. En contraste, señala Marroquín, con Windows, “estamos bien restringidos: no podemos instalar una aplicación si no tenemos la licencia. Esto nos ha creado una dependencia que no podemos mantener".
De este modo, uno de los objetivos del cambio de sistema operativo es incrementar las interacciones en el mundo virtual: "El desencadenante tecnológico para que la UCA forme parte de la comunidad de aprendizaje global es el software libre".
A la fecha, ya se están ejecutando diversas acciones de cara al cambio a Ubuntu. Más de un centenar de empleados han participado en diplomados sobre software libre (el primero se impartió de noviembre de 2013 a junio de 2014 y el segundo comenzó en marzo); este año, 220 nuevas computadoras de escritorio tendrán un doble acceso que permitirá al usuario usar Windows o Ubuntu, para así explorar y acostumbrarse al segundo; y se está elaborando un plan en el que se establecen actividades puntuales para resolver problemas que puedan surgir con el traslado al sistema operativo de código abierto.
De acuerdo a Marroquín, en El Salvador, algunas universidades han hecho traslados parciales a software libre. La UCA sería la primera en hacerlo totalmente y como parte de una línea de desarrollo estratégica. Este esfuerzo forma parte de un plan de desarrollo tecnológico y modernización institucional, bajo el cual se renovaron las computadoras de todos los laboratorios (450) y del personal; se alcanzó más cobertura de Internet en el campus; y se trasladó el servicio de correo institucional a Google, lo que ha permitido crear cuentas electrónicas para los estudiantes, entre otras acciones.