Intercambio estudiantil: cuatro meses en Canadá

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Nancy Solito
07/02/2015

El 26 de agosto de 2014, Carlos Zelaya y Damaris Umanzor abordaron un avión hacia Canadá. Su destino: Fredericton, New Brunswick. “Era la primera vez que iba a vivir fuera de mi casa por un tiempo tan largo”, dice Carlos. Ambos, alumnos de Ingeniería Mecánica, estudiarían en la Universidad de New Brunswick durante cuatro meses.

Cuando sus catedráticos les informaron que estaba abierta la convocatoria para hacer un intercambio estudiantil en Canadá, no dudaron en someterse al proceso de selección. “La Universidad de New Brunswick convocó a los estudiantes de tercer año en adelante de Ingeniería Mecánica de la UCA a participar en el proceso de selección (…) Carlos Rivas, vicerrector académico adjunto, Mario Chávez, coordinador de la carrera, y algunos docentes evaluaron las calificaciones, el dominio del idioma inglés y el desempeño académico de los postulantes”, explica Damaris.

Los dos candidatos seleccionados fueron becados por el Programa Líderes Emergentes en las Américas (ELAP, por sus siglas en inglés), del Gobierno canadiense, en el marco del convenio de cooperación firmado el 1 de abril de 2014 entre la Universidad de New Brunswick y la UCA.

 

La experiencia es única”

Carlos Zelaya nació en noviembre de 1993 en San Salvador. A sus 21 años está por comenzar el quinto año de Ingeniería Mecánica, una carrera por la que siempre sintió un gusto particular. “Desde que estudiaba en el colegio me gustaban matemática y física. Sentía que Ingeniería Mecánica era la carrera que más se apegaba a lo que buscaba, y la verdad, no me arrepiento de mi decisión”.

Damaris Umanzor también escogió esa carrera. “Quería comprender el funcionamiento de las máquinas, diseñar y crear maquinaria que permitiera innovar el mercado y acelerar los procesos de producción”. Damaris nació en marzo de 1993 en La Unión, pero se mudó a San Salvador para hacer sus estudios universitarios en la UCA.

Entre sonrisas recuerdan las vivencias durante su estadía. “Me encantó la experiencia académica. Al principio, cuando comencé a ver a personas tan diferentes, pensé que quizá mis compañeros chinos o alemanes tendrían mayores conocimientos que yo, me sentía intimidada”, cuenta Damaris. “Estaba tan nerviosa que pensaba que no podría. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, dejé de preocuparme por mis compañeros, decidí confiar en mí y traté de hacer las cosas lo mejor posible, dejando mi sello académico UCA”.

Para Carlos, también fue gratificante hacer el intercambio. “La experiencia es única. Me gustó la oportunidad que tuve de interactuar con personas de diferentes culturas. Me di cuenta de que las únicas dos ventajas que tienen ese tipo de universidades sobre la UCA son mayores recursos económicos y equipos muy modernos; pero la base teórica y nuestros conocimientos están en igual o mayor nivel”. Con convencimiento, afirman que no importa el país de donde se venga, sino la calidad de la formación académica que se haya recibido.

En la Universidad de New Brunswick, los jóvenes cursaron Aerodinámica a Bajas Velocidades, Dinámica de Fluidos Computacional para Procesos Industriales, Elementos de Máquinas II y Transferencia de Calor II. Además de las clases, “diariamente, teníamos muchas tareas, lecturas y evaluaciones. Durante el ciclo, también llegamos a ejecutar dos proyectos de investigación”, dice Damaris.

Pero no solo tenían jornadas de estudio, sino que la Universidad organizaba diferentes actividades de convivencia y esparcimiento. “Cada semana, los estudiantes podíamos participar en clases de baile, eventos deportivos, paseos por la ciudad”, recuerda Carlos.

 

Trazando nuevas metas

El 18 de diciembre, los jóvenes regresaron a El Salvador con perspectivas y proyectos diferentes. “El intercambio estudiantil no solo enriquece tu currículo, sino que te permite aumentar los conocimientos, fortalecer la confianza personal, ver el aprendizaje desde otro punto de vista. Antes de irme, solo quería terminar la carrera y comenzar a trabajar; pero ahora que estoy de regreso, ha cambiado mi forma de pensar, quiero especializarme en otras áreas, estudiar un posgrado. Agradezco a la UCA por darle estas oportunidades a sus estudiantes”, dice Damaris.

Carlos también retornó con proyectos y metas más definidas. “Convivir con otras culturas es útil. Después de este viaje, tengo la mente más abierta, me siento con ganas de buscar otras oportunidades de estudio fuera del país. El intercambio me ayudó a definir en qué me quiero especializar, porque era algo que no tenía muy claro. Además, he aprendido a no segmentar los conocimientos, sino aplicarlos en conjunto lo mejor que pueda”.

Para el Vicerrector Académico Adjunto, “este tipo de experiencias les permiten a los estudiantes darse cuenta de que la Universidad les da las bases y herramientas que necesitan para empoderarse de sus conocimientos”. No obstante, por diversas razones, muchos de los alumnos aún no se animan a participar en un intercambio estudiantil. “Los estudiantes deben informarse y animarse para aprovechar las oportunidades de movilidad académica que les ofrece la UCA. Experiencias como la de Carlos y Damaris confirman que vale la pena, ya que no es un simple viaje de estudios, sino un intercambio de culturas, conocimientos, metas e historias de vida”.

Como parte del convenio, la UCA será receptora de estudiantes de la UNB. “Se espera que en agosto vengan dos jóvenes canadienses que apoyarán en proyectos de seguridad alimentaria, a fin de que puedan tener contacto con las comunidades de El Salvador y aportar a su desarrollo”, comenta Rivas.

Los interesados en conocer los diferentes programas de intercambio estudiantil pueden acceder al portal de la Dirección de Desarrollo Estudiantil (DiDE), llamar al 2210-6600, ext. 462 o 478, o escribir a dide@uca.edu.sv.

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