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La tarde del 16 de junio, en el Auditorio "Segundo Montes, S.J.", Amparo Marroquín, jefa del Departamento de Comunicaciones y Cultura, entrevistó públicamente a Fabio Armao, decano de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Turín (Italia) y especialista en crimen organizado transnacional y privatización de la violencia. La actividad fue organizada por El Faro, la Coalición Centroamericana para la Prevención de la Violencia Juvenil (CCPVJ), el Departamento de Comunicaciones y Cultura, y el IUDOP.
Para Armao, el crimen organizado es la amenaza más grande que en la actualidad enfrenta la democracia. De haber iniciado en los años setenta como un fenómeno específicamente italiano, el reto del crimen organizado al poder del Estado se ha globalizado. En el contexto latinoamericano, a juicio del especialista, la situación es aún más compleja, pues se entremezclan diferentes niveles de institucionalidad y violencia; además, se constata el paulatino acercamiento e integración entre el crimen organizado y las pandillas juveniles.
En la charla también se desmitificaron algunas de las creencias que existen sobre los grupos criminales. En Europa, por ejemplo, la mafia es uno de los sectores más modernos y cuenta con mucha tecnología, es decir, nada tiene que ver con el modelo feudal con el que se le asocia. Asimismo, para el crimen organizado no solo el narcotráfico es fuente de ganancias; hoy en día, resulta más rentable dedicarse a actividades como la trata de personas, el comercio de armas y el manejo de desechos tóxicos.
Durante la entrevista, el experto compartió parte de los hallazgos de una investigación que compara las mafias de Palermo (Italia) con las de Ciudad Juárez (México). Entre las semejanzas, mencionó que las dos ciudades son escenarios de infinidad de encuentros comerciales: Palermo es una ciudad costera con un importante puerto y aeropuerto; y Ciudad Juárez es una ciudad de frontera, determinante en el mercado de Estados Unidos. Ambas urbes también comparten ciertos patrones culturales, como la práctica de un machismo profundamente arraigado.
En contrapunto, las diferencias se dan en el ámbito de la institucionalidad y en el grado de violencia. En Palermo existe una burguesía mafiosa que interactúa diariamente con los poderes políticos y criminales de la ciudad, por lo que el nivel de violencia es bajo. No hay conflictividad entre las familias, pues se han repartido el mercado. En Ciudad Juárez pasa lo opuesto: hay una lucha constante y muy violenta por el control del territorio.
Armao estudia el tema desde 1992. Y en el último lustro lo ha trabajado desde el enfoque de la privatización de la violencia y la criminalidad organizada en América Latina; una región que, según el italiano, es "la nueva frontera del crimen organizado".
