A iniciativa de la Red Jesuita con Migrantes, el 9 de junio salió de Nicaragua la Misión Regional de Investigación y Denuncia, en la que participan representantes del Servicio Jesuita a Migrantes de México, organizaciones vinculadas al tema migratorio (como los comités de familiares de migrantes de desaparecidos y fallecidos de Nicaragua, El Salvador y Honduras) y miembros de la Red.
El objetivo de la Misión fue recorrer territorio centroamericano (Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala) y algunos de los estados del sur de México para aportar una mirada crítica y de primera mano sobre el trato a la migración de tránsito, especialmente sobre la situación de los migrantes desaparecidos o privados de libertad.
En cada uno de los países recorridos, los miembros de la Misión sostuvieron reuniones con representantes de los gobiernos central y locales, sociedad civil y organizaciones que trabajan por la defensa de los derechos de los migrantes, con el fin de recopilar información y a la vez trasladarles sus preocupaciones y propuestas sobre la cuestión.
A su paso por El Salvador, el 13 de junio, representantes de la Misión ofrecieron una conferencia de prensa en la Sala del Consejo Universitario. Durante el encuentro con los medios, Luis López, miembro del grupo y del Comité de Familiares de Migrantes Fallecidos y Desaparecidos (Cofamide) de El Salvador, explicó que en el país el fenómeno migratorio se suele limitar al tema de las remesas y “se ha dejado a un lado a los migrantes que van en tránsito o que están desaparecidos”.
De acuerdo a López, Cofamide tiene conocimiento de 350 casos de migrantes salvadoreños desaparecidos. Pero las cifras del Ministerio de Relaciones Exteriores son aún más alarmantes: registran 1,050 compatriotas desaparecidos en su trayecto hacia el Norte. Debido a que la cifra aumentará en la medida en que continúe la migración sin documentos, López enfatizó en la necesidad y urgencia de lograr un acercamiento entre los consulados y los comités y organismos de familiares de migrantes, a fin de localizar a los desaparecidos y prestar ayuda a los que están detenidos por alguna autoridad. “Hemos conocido casos de migrantes [en tránsito] que tenían hasta doce años de no comunicarse con sus familiares”.
Al reducir el problema de la migración a los que emprenden el viaje, se corre el peligro de invisibilizar a los que sufren directamente el impacto del fenómeno: los familiares de los migrantes. Miriam Reyes, miembro de la Misión y abogada nicaragüense, aseguró que muchas de las demandas de aquellos apuntan a “la carencia de un sistema de atención especializado para las familias de los migrantes, y la falta de programas de reinserción de los que retornan al país y de búsqueda de personas migrantes desaparecidas”.
El recorrido de la Misión finalizó el 19 de junio en Tapachula, México, donde visitó albergues, realizó un conversatorio con migrantes y solicitantes de refugio, y se reunió con los cónsules de Centroamérica. La UCA participa en la Red Jesuita con Migrantes a través del Equipo Multidisciplinar de Migración, que promueven actividades y espacios de reflexión que contribuyan a la compresión del fenómeno migratorio y aporten soluciones integrales a la problemática.