Partícipes de su propia formación académica

De acuerdo al Reglamento de Iniciativas Estudiantiles de la UCA, uno de los objetivos de las asociaciones estudiantiles, además de organizar a alumnos de una misma carrera, es contribuir a la formación personal y profesional de sus compañeros. Las asociaciones de estudiantes de Ingeniería Industrial (AEII), Ingeniería Química (Aseiqui) e Ingeniería Civil se encuentran entre las que organizan cursos exaula para cumplir con ese fin.

José Manuel Villatoro, de la AEII, dice que la finalidad de este tipo de iniciativas es fortalecer la formación universitaria, para profundizar en el contenido y en el uso de herramientas vistas en clase. Este año, por ejemplo, en la primera semana de febrero, la AEII ofreció un curso sobre buenas prácticas de manufactura y la implementación del sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP, por sus siglas en inglés), temáticas desarrolladas en la materia de Herramientas de Mejora Continua, de la carrera de Ingeniería Industrial. A este curso se inscribieron 42 participantes, quienes, al finalizar el programa, recibieron un diploma certificado por el Departamento de Operaciones y Sistemas.

En 2014, la Aseiqui, con el apoyo de la empresa Aqualimpia, impartió un taller sobre biodigestores (contenedores cerrados, herméticos e impermeables en los que se deposita material orgánico para fermentar) y su tratamiento en la región. Además, a inicios de este año, ofrecieron dos cursos sobre nomenclatura y balance. De acuerdo a Héctor Zeledón, de la Aseiqui, actualmente también desarrollan actividades de refuerzo académico, dirigidas a compañeros que tienen dificultades en alguna asignatura.

Por su lado, la Asociación de Estudiantes de Ingeniería Civil comenzó 2015 organizando espacios de formación; a la fecha, han desarrollado un curso de AutoCad a nivel básico e intermedio y otro sobre el modelaje de redes de tuberías a presión.

Dependiendo de la temática, los miembros de las asociaciones buscan apoyo en expertos de empresas o de instituciones, y en los profesores de la UCA para impartir los contenidos. En ciertos casos, a los especialistas externos se les entrega una retribución monetaria, que se reúne con el aporte de los estudiantes que cursarán el programa de formación; y cuando logran gestionar el apoyo de los catedráticos, estos imparten el contenido ad honorem. En el caso de la Aseiqui, se solicita una cuota simbólica (entre dos y tres dólares) que se utiliza para financiar las iniciativas de proyección social de la Asociación.

Este trabajo y esfuerzo que hacen las asociaciones estudiantiles es, según Villatoro, una forma de involucrarse activamente en el proceso de aprendizaje, que les permite potenciar sus conocimientos y encontrar nuevas herramientas para alcanzar una formación más completa.