El 20 de octubre, el Congreso de las Américas sobre Educación Internacional (CAEI) honró póstumamente a Ignacio Ellacuría con el Premio Interamérica, durante el encuentro desarrollado en la Escuela Politécnica Nacional de Quito, Ecuador.
Con el Premio, el CAEI busca destacar los logros de personalidades de reconocida trayectoria en la región que se hayan caracterizado por apoyar a la educación superior, promover actividades de cooperación internacional en el continente americano o por su contribución al establecimiento de vínculos culturales entre las diferentes naciones del hemisferio.
En un comunicado, el Congreso asegura que al distinguir a Ignacio Ellacuría no solo se rinde homenaje a su trayectoria, sino también a “sus reflexiones conceptuales y acciones”, que respondieron a “una preocupación por el papel de la universidad en la mejora del bienestar y las condiciones de vida de los pueblos de las Américas”.
Se destaca, además, que la labor educativa del Rector mártir “cobra una gran vigencia en esta primera mitad del siglo XXI”, por lo que Ellacuría tiene “un amplio reconocimiento internacional, que testimonia también su incansable caminar para promocionar las relaciones educativas tanto en nuestro hemisferio como fuera del mismo”.
El Congreso de las Américas sobre Educación Internacional se lleva a cabo desde 2010 y agrupa a 25 asociaciones y organizaciones universitarias a nivel nacional, regional e interamericano, interesadas en mejorar la calidad de la educación superior y en crear mecanismos para difundir los conocimientos y las experiencias vinculadas con la internacionalización de la educación.
Hasta este año, el Premio se había otorgado en dos ocasiones: en Brasil, en 2012, al escritor mexicano Carlos Fuentes, Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1994, doctor honoris causa de universidades como Harvard y Cambridge, y hasta su fallecimiento, uno de los candidatos favoritos al Nobel de Literatura; y en México, en 2013, al brasileño Luis Ignacio Lula da Silva, por su compromiso con la construcción de espacios regionales de diálogo y cooperación, y por sus iniciativas y políticas de inclusión social que tuvieron como base la promoción de la educación en todos los niveles.
El P. Andreu Oliva, rector de la Universidad, viajó a Quito para recibir el Premio en nombre de Ignacio Ellacuría y de la UCA. Durante la ceremonia, reflexionó sobre el contexto al que Ellacuría respondió y cómo desde ahí “desarrolló su concepto de universidad en una sociedad caracterizada por el empobrecimiento de grandes mayorías, la ausencia de democracia, la conculcación de los derechos humanos, la violencia y la irracionalidad”.
Oliva aseguró que con el Premio se “confirma la grandeza de la persona y pensamiento de Ignacio Ellacuría” y se destaca su “profundo talante universitario, que le dio a la universidad una mayor dignidad al ponerla al servicio de la transformación social, al servicio de la vida, de la justicia y de la paz”. Con esto, explicó, Ellacuría “convirtió a la universidad en un actor beligerante que busca ser un instrumento de emancipación e incidir directamente en la sociedad en la que está inserta y a la que se debe, sin que deje de ser profundamente universitaria”.
Finalmente, agradeció al CAEI por el reconocimiento y afirmó que este se constituye en un impulso a continuar la obra del rector mártir, a “seguir iluminando la realidad y seguir empujando transformaciones hacia su humanización”, lo que en definitiva es una “manera de historizar la admiración que profesamos hacia Ellacuría”.