En 1973, debido a la inflación, al crecimiento de la Universidad y a que las donaciones y becas proporcionadas por el Gobierno ya no eran suficientes, la UCA se vio obligada a incrementar, por primera vez, las cuotas estudiantiles. Ese hecho marcó el nacimiento del sistema de cuotas diferenciadas, mediante el cual se asigna al estudiante una mensualidad acorde a sus ingresos familiares. Con el sistema, se evitó un aumento de cuotas general e indiscriminado.
Tras un proceso de consultas y diversos estudios técnicos, en 1974 se empezó a ejecutar formalmente el programa y se creó la Oficina de Cuotas Diferenciadas y Crédito Educativo. Instancia que, desde entonces, se encarga de realizar los estudios socioeconómicos y de asignar las cuotas.
Treinta y ocho años después, y en otro contexto económico adverso, la UCA, con el propósito de seguir proveyendo educación de calidad y responder a las necesidades de crecimiento que ello implica, ha aplicado una reforma al sistema de cuotas diferenciadas para los estudiantes que ingresen a partir del Ciclo 01/2012.
De acuerdo a Andreu Oliva, rector de la Universidad, el sistema tal como estaba "ya no respondía ni a las necesidades de los estudiantes de bajos recursos, ni a la situación financiera de la UCA". Y es que, explica el Rector, "había un buen porcentaje de estudiantes a los que se les asignaba la cuota mínima ($50.00), pero que incluso esa cuota les resultaba muy onerosa para sus posibilidades. Estudiantes que vienen de zonas rurales, de barrios marginales y que hacen un gran esfuerzo para estudiar, la cuota mínima les resultaba un sacrificio muy grande y muchas veces no se inscribían en la UCA porque no podían cubrir el costo".
La reforma al sistema tiene dos componentes fundamentales: el incremento de la cuota mínima en $36.00 y la creación del Programa de Becas Parciales para Pregrado. Este ofrece la posibilidad de que los estudiantes a los que se les asigne la nueva cuota mínima puedan acceder a una beca otorgada por la Universidad para cubrir parte de la mensualidad.
Como lo afirma Oliva, esta ayuda de la UCA a los estudiantes de bajos recursos siempre ha existido. Lo que sucedía con el anterior sistema era que, en términos formales y de trámite, el apoyo no era visualizado por los alumnos; la mayoría de los estudiantes no eran conscientes de que la Universidad les estaba subsidiando los estudios a aquellos que tenían cuotas por debajo de los costos de la educación.
En esta línea, uno de los propósitos de la reforma es que los alumnos becados, además de ser conscientes de la ayuda que les da la UCA para cursar sus estudios, rindan académicamente, pues se les exigirá que, para mantener su beca, en los primeros dos años mantengan un CUM mínimo de entre 6.00 y 6.50; para el tercer año, tendrán que alcanzar un cum de 7.00. Así, la renovación anual de la beca estará condicionada a un adecuado desempeño del estudiante.
Para ayudarlos a cumplir con estos requisitos y evitar que pierdan sus becas, la UCA ha preparado iniciativas como los Círculos de Estudio, que ofrecen asesoría y refuerzo para algunas de las materias con mayores grados de dificultad.
Con el nuevo sistema, se busca reforzar el principio de inclusividad de la Universidad y asegurar que las becas parciales las reciban alumnos que verdaderamente tengan dificultades económicas, pero que deseen estudiar y lo demuestren con sus calificaciones. "Los estudiantes que antes no podían entrar a la Universidad, ahora tendrán una oportunidad", dice el Rector, pues con las becas, algunos estudiantes cancelarán mensualidades hasta un 50% más bajas que las que se asignaban con el sistema anterior.
Consciente de que muchos alumnos entienden cualquier incremento a la colegiatura como un afán de "obtener ganancias", Oliva aclara que los ingresos adicionales que se generen con la reforma serán invertidos en la mejora de las instalaciones, la creación de programas de apoyo estudiantil, el equipamiento de laboratorios, la formación de los docentes, entre otros. Y es que mantener los estándares de calidad no es fácil, sobre todo para instituciones sin fines de lucro como la Universidad.
"La UCA hace un gran esfuerzo por mantener un equilibro entre la calidad y el acceso lo más amplio posible para todos los sectores sociales", dice Oliva. Y señala que es importante tomar en cuenta que "la Universidad no recibe ayuda de ninguna instancia ni gubernamental, ni de la empresa privada, ni del extranjero para brindar la formación que ofrece. Yo creo que la UCA da una formación de gran calidad; la UCA quiere que sus profesores sean excelentes docentes, investigadores y académicos. Y esto tiene un costo alto. Entonces, pretender que una universidad sea de calidad y a la vez sea barata, sin que tenga ayudas, es imposible".
Así, a juicio del Rector, analizar la reforma hecha al sistema de cuotas diferencias implica considerar todos los aspectos y sus variables. Quedarse únicamente con el aumento de la cuota mínima, sin comprender los beneficios de las becas parciales o sin contextualizar el tema económico en relación a la calidad de la educación de la UCA, "es tener una visión parcial" de la situación.
El Programa de Becas Parciales para Pregrado se suma al existente Programa de Becas Mártires de la UCA. Este fue creado para favorecer a jóvenes con talento, liderazgo y compromiso social en sus comunidades, de zonas rurales y marginales, "que no solo tienen dificultad para pagar la cuota mínima, sino que tienen una enorme dificultad para sostenerse durante sus estudios, porque sus familias no los pueden ayudar". Actualmente, más de 50 jóvenes estudian gracias a las Becas Mártires de la UCA.
Para solicitar una beca parcial hay que dirigirse a la Dirección de Desarrollo Estudiantil (DiDE), que es la responsable del proceso de adjudicación de las mismas. Para obtener más información, llamar al 2210-6600, ext. 248, o escribir a dide@uca.edu.sv.