Textos relacionados |
El 24 de octubre, el presidente de Irlanda, Michael D. Higgins, junto a su esposa Sabina Coyne, visitó la capilla del campus y el Jardín de Rosas para rendir homenaje a los mártires de la UCA. En su recorrido, el mandatario fue acompañado por Andreu Oliva, rector de la Universidad; Juan Hernández Pico y Mauricio Gaborit, miembros de la Junta de Directores; José María Tojeira, director de Pastoral Universitaria; y Jon Sobrino, director del Centro Monseñor Romero.
Después de un momento de reflexión ante las tumbas de los jesuitas y en el jardín donde fueron asesinados, Higgins se dirigió al Auditorio "Segundo Montes, S.J." para impartir la conferencia "Memoria y testimonio: la importancia de rendir homenaje a los emancipadores", a la que asistieron catedráticos, estudiantes e invitados especiales.
En su alocución, Higgins, caracterizado por su óptica humanista, sensibilidad ante los temas sociales y lucha por la defensa de los derechos humanos, recordó a los mártires de la UCA y a monseñor Romero, así como la importancia de no olvidar sus causas de verdad y justicia.
Su relación de solidaridad con las víctimas de violaciones a los derechos humanos en El Salvador comenzó en 1979, cuando conoció en Irlanda a Marianela García, abogada salvadoreña y fundadora de la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador (CDHES). A partir de ese encuentro, estableció contacto con monseñor Romero, Tutela Legal del Arzobispado y la UCA. Tras el asesinato del arzobispo y la masacre en el río Sumpul, desempeñó un rol muy activo para exigir la intervención del Parlamento irlandés y de la Unión Europea en la investigación de esos crímenes.
En diciembre de 1981, al enterarse de la masacre en El Mozote, Higgins vino a El Salvador, invitado por diversas organizaciones civiles y liderando una delegación de diputados irlandeses, con el fin de investigar lo ocurrido. El grupo de cinco parlamentarios fue expulsado del país por orden del Jefe del Estado Mayor, por lo que tuvieron que partir a Nicaragua. Desde entonces, el actual Presidente de Irlanda estableció una relación cercana con los jesuitas de la UCA, en especial con Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Jon Cortina y Jon Sobrino.
Después de la masacre en el campus en 1989, Higgins, que en ese momento ejercía como diputado, insistió en el esclarecimiento y la aplicación de justicia. Por esta entrega y lucha a favor de las víctimas, para la UCA ha sido importante recibir al mandatario irlandés. Andreu Oliva agradeció su amistad con el pueblo salvadoreño y dijo que su visita "nos anima y alegra, porque su vida, su trabajo y sus luchas coinciden con las de esta universidad".
La Junta de Directores lo declaró "Amigo distinguido de la UCA", reconocimiento otorgado por su valor de venir a El Salvador durante los años de la guerra a conocer in situ la dura y violenta realidad que se vivía; por su trabajo en el Parlamento irlandés a favor de la paz y los derechos humanos; por apoyar el proceso de democratización en El Salvador; y por su amistad y exigencia de justicia con los jesuitas de la UCA.
La histórica visita de Michael D. Higgins concluyó con un coctel en el que departió con los miembros de la comunidad universitaria.