Para impulsar el intercambio de ideas, investigaciones y normativas de construcción de vivienda social en áreas de riesgo sísmico, se llevó a cabo el Primer Intercambio Regional de Investigación Científica sobre Vivienda Social y su Entorno.
El encuentro de tres días tuvo lugar en el edificio del ICAS y durante su desarrollo se intercambiaron conocimientos en temas relacionados con la vivienda social. Los ejes transversales fueron la "gestión integral de riesgo sísmico", la "investigación científica de sistemas constructivos sismorresistentes" y la "normativa para la construcción de vivienda sismorresistente".
Andreu Oliva, rector de la UCA, dijo las palabras de apertura. En su discurso, resaltó lo fundamental que es debatir sobre una temática que "está directamente relacionada con nuestra vida diaria y afecta a miles de familias y millones de personas, dado que más del 50% de las viviendas de la región son (...) de carácter social".
Asimismo, enfatizó que "no hay desastres naturales, sino desastres socionaturales, que en general afectan a las personas y familias con menos recursos". Y en este sentido, "la técnica permite evitar y mitigar muchos de los daños que puedan causar (...) los sismos más fuertes".
Al acto de inauguración también asistieron Shinji Sato, subdirector de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA, por sus siglas en inglés); Gerson Martínez, ministro de Obras Públicas, Transporte, Vivienda y Desarrollo Urbano; Roberto Góchez, viceministro de Vivienda y Desarrollo Urbano; y Armando Esparza, agregado cultural y de cooperación en la Embajada de México en El Salvador.
El encuentro se desarrolló con ponencias magistrales, que sirvieron de instrucción a las discusiones en los talleres; conversatorios entre profesionales, para que compartieran sus puntos de vista y opiniones; y jornadas de reflexión en las que se desglosaron los ejes transversales.
Se espera que con el Intercambio se aporte al desarrollo de una red científica a nivel centroamericano y del Caribe, y se promueva el acercamiento del sector público y privado en la discusión de temas ligados a la seguridad habitacional de la vivienda.
Una de las experiencias de investigación compartida en el encuentro fue el proyecto Taishin El Salvador, un esfuerzo mancomunado que nace a raíz de los terremotos de 2001. Para el desarrollo de la primera fase del proyecto, se construyeron y equiparon dos laboratorios estructurales: el Laboratorio de Estructuras Grandes de la UCA y la Mesa Inclinada de la UES, donde hasta hoy se hacen pruebas de sismorresistencia en viviendas populares de una planta a escala real.
Durante los cinco años de ejecución de la primera fase (2003-2008), expertos japoneses y mexicanos transfirieron conocimientos técnicos a la contraparte salvadoreña. Los resultados obtenidos se difundieron a la población de los sectores técnico, académico y comunitario, a través de la construcción de casas modelo, elaboración de informes, realización de talleres y de seminarios.
Y en la segunda fase del proyecto (2009-2012) se buscó fortalecer la administración gubernamental del sector vivienda en la promoción de la vivienda social mejorada en su capacidad sísmica. En este sentido, esta etapa estuvo inclinada a la revisión y validación de los requerimientos mínimos establecidos en la Norma Especial de Vivienda de El Salvador. Además, se han generado insumos y recomendaciones para la elaboración de un manual técnico para vivienda social, con el fin de reducir su vulnerabilidad ante los sismos.
Este proyecto de cooperación técnica es apoyado por JICA, Viceministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano, Fundación Salvadoreña de Desarrollo y Vivienda Mínima, Instituto Salvadoreño de la Construcción, UES y UCA.
La convocatoria del encuentro estuvo dirigida a representantes de la Asociación de Exbecarios de Japón, municipalidades, gremiales y asociaciones de construcción, universidades y organizaciones involucradas en el proyecto Taishin, así como a profesionales interesados en temas de prevención de riesgos, mitigación de desastres y desarrollo local. El intercambio de conocimientos y experiencias entre los participantes permitirá compartir y crear una red regional que enriquecerá el desarrollo de la vivienda social en los países de los organismos involucrados.