Ciencia elemental para enfrentar la delincuencia

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Willian Marroquín
13/09/2009

El país, desde hace décadas, camina al revés. Esto se evidencia cuando se revisan anualmente los indicadores de desarrollo humano; en estos días, también las cifras de muertos diarios debidos a la delincuencia, el número de niños recién nacidos abandonados anualmente y los muertos por HIN1 y el dengue confirman esta tesis.

A los temas de la delincuencia y la economía, problemas que agobian a toda la población, no se les encuentra solución en el país. En esencia, son problemas multicausa y multiefectos, es decir, de naturaleza compleja. El principal obstáculo para resolverlos ha sido que los Gobiernos no los han estudiado como requieren. En ciencias e ingeniería, a los problemas de naturaleza compleja se les trata con algoritmos de prueba y error, algoritmos estocásticos, algoritmos genéticos, por mencionar algunos. Aquí, en el país, se trabaja de espalda a las ciencias; algo que debe empezar a cambiar lo antes posible.

La forma en que los Gobiernos han abordado el problema de la delincuencia se ilustra mejor con el ejemplo de la fiesta de piñata. Siempre se ha querido pegarle a la piñata —a la solución de los problemas— con los ojos vendados, mareados, engañados por gritos de "arriba" y "abajo", con el palo inadecuado y con la cuerda de la piñata movida al antojo de fuerzas ocultas. De esta forma, pasarán todos los invitados a la fiesta (llámense presidentes de la República de cualquier estilo y partido político) queriendo reventar la piñata sin éxito. De seguro, se comerán los dulces y el pastel, pero la piñata seguirá intacta o medio desfigurada. Ante la desesperación e impotencia que siente la población por la forma en la que se maneja la fiesta en nuestro país, se recurre a la manera más simple de consuelo: los problemas no se resuelven por "falta de voluntad política". Disculpen, pero ya cansa escuchar esta frase.

Los problemas se resuelven cambiando las reglas de la fiesta de la piñata. Esto implica conocer, identificar y dar respuestas a las siguientes preguntas. (1) ¿Cuáles son la fuerzas ocultas que halan la cuerda?, es decir, ¿dónde están las causas del problema: en el narcotráfico, en el sistema capitalista, en la corrupción del sistema de justicia...? (2) ¿Se está usando el palo adecuado?, ¿los instrumentos, herramientas y políticas son los adecuados para resolver el problema? (3) ¿Será mejor quitarle la venda al niño y no marearlo antes de que le pegue a la piñata? Esto implica un buen liderazgo, un funcionario que vea lo que los otros no y que pueda leer e interpretar los datos correctamente. Hasta el momento, no hay claridad si la "meritocracia" dará los resultados esperados. (4) ¿Será necesario conocer bien la piñata? Aquí es necesario un buen diagnóstico del problema y tener cuidado de que su dimensionamiento sea el adecuado. Y (5) ¿quiénes son los adecuados para gritar "arriba" y "abajo"? El conjunto de asesores es clave, y saber escuchar a todos los sectores implicados (afectados o beneficiarios) en el problema es de prioridad. En la fiesta, los que gritan "arriba" y "abajo" casi siempre mienten; el funcionario debe tener capacidad para discernir entre lo falso y lo verdadero. Como es evidente para el lector, hasta aquí no ha sido necesario meterle números ni algoritmos a la solución, simplemente se han usado el sentido común y el principio básico de la ciencia: la observación.

Se analiza ahora un ejemplo en donde se utilizan dos aspectos que indica la ciencia: proceder de lo simple a lo complejo y utilizar la prueba-y-error para conocer el fenómeno en estudio. El problema es el de los delitos y asesinatos con armas de fuego (la piñata); parece claro que los que halan la cuerda son los empresarios que se dedican a la venta de armas, las empresas de seguridad que se lucran de la inseguridad ciudadana y los delincuentes de todos los tipos, por mencionar algunos. Un buen diagnóstico podría indicar una lista más larga de fuerzas ocultas. Hasta ahora, el palo que se ha usado como solución es el de la represión (Mano Dura y luego la Súper Mano Dura); incluso algunos quisieran revivir a la Guardia Nacional.

Esto indica poca visión. Y el resultado de esta mala estrategia es que las víctimas de la violencia se han incrementado y que las cárceles están llenas de delincuentes. Ahora salen con el gran hallazgo de que desde la cárcel se siguen ordenando extorsiones y asesinatos. La solución planteada hasta la fecha es bloquear las señales de celulares en las prisiones, construir más de estas, endurecer las leyes y sacar el Ejército a las calles. Los que gritan "arriba" y "abajo" siguen insistiendo en que prohibir la portación de armas favorece al delincuente (aquí destaca El Diario de Hoy) y que es necesario endurecer la represión. La prevención no está en su lenguaje, ya que ven la enfermedad y no la causa. Si un ejemplo ayuda a entender lo de la prevención, este es el de los grupos de Alcohólicos Anónimos. Lo ideal no es que estos crezcan, sino que la sociedad no tenga necesidad de ellos para afrontar el problema del alcoholismo. Esto último requiere enfocarnos en la prevención y no en la curación.

Para prevenir los delitos y asesinatos por armas de fuego se debería usar la prueba-y-error con las siguientes medidas. (1) Prohibir la portación de armas de inmediato (si se quiere, para un plazo de seis meses) y ver los resultados después del primer semestre. Si los datos mejoran, se sigue con la medida; si no, se cambia (de eso trata el método de prueba-y-error). La verificación de esta medida debe ser permanente (y no como la prueba de alcohol en la sangre, que se realiza solo en vacaciones y luego los borrachos siguen causando accidentes fatales); se debe realizar en todos los lugares y debe ser aplicable a todos los ciudadanos por igual. (2) Limitar el consumo de bebidas alcohólicas por persona en todos los establecimientos: es claro que alcohol y armas son complementos perfectos para ejercer violencia. (3) Limitar la venta de armas por precio (subirle impuestos), por poder destructivo y por edad. (4) Controlar el uso de las armas en manos de los agentes de seguridad privados y públicos, incluyendo los de uso de la Fuerza Armada. (5) Empezar a sustituir la seguridad privada de colonias y establecimientos comerciales por la seguridad pública. (6) Acompañar todas estas medidas con una campaña publicitaria adecuada. (7) Destruir inmediatamente armas capturadas a la delincuencia común y organizada. Y (8) ajustar las leyes que sean necesarias para aplicar estas medidas en el corto plazo.

Luego se aplica la regla de Descartes de ir de lo simple a lo complejo. En esta fase se prioriza; el Gobierno debe actuar sobre lo que tiene control directo y tomar el liderazgo en impulsar decisiones que tienen que ver con los otros poderes del Estado.

Lo expuesto hasta aquí es simplemente sentido común; los expertos deberían afinar las ideas. En ciencias e ingeniería, ninguna solución se descarta desde el inicio; por el contrario, aunque las ideas parezcan tontas, se trata de mejorarlas y de volverlas factibles. A veces, después de un camino recorrido, se retoman ideas viejas que en un inicio fueron descartadas porque el estado de la tecnología limitaba su implementación.

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