Lectura de los resultados de las elecciones

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Ricardo Ribera
29/01/2009

Cualquier análisis serio de las recién pasadas elecciones debe partir de una lectura serena de los datos. Lo primero ha de ser verlas por separado. Aunque expresan un mismo momento político, pueden las preferencias del electorado divergir en una y otra. Así lo han hecho. Además, ambos procesos eleccionarios son de naturaleza distinta; requieren de una lectura diferenciada.

¿Qué partido ganó las elecciones municipales? La respuesta a nivel local es obvia, basta revisar municipio por municipio. Pero la cosa se complica al querer responder de manera global la pregunta. No hay una respuesta unívoca, pues son varios los criterios a valorar.

Arena ganó a nivel nacional dicha elección si nos atenemos a que presidirá mayor número de concejos municipales. Un total de 122, si se incluye su probable victoria en San Agustín, donde el apoyo de los votos de la derecha pecenista y pedecista podrían deshacer a su favor el empate obtenido con el FMLN el pasado 18 de enero. Le lleva una buena diferencia en número de alcaldías al Frente, que logró 93.

También indica una victoria arenera haber conquistado la comuna de la ciudad capital, la más emblemática, calificada por los medios como "la joya de la corona". El triunfo del Dr. Norman Quijano fue claro, con 5 mil 780 votos más que los obtenidos por la candidata a la reelección, la Dra. Violeta Menjívar, del FMLN.

Arena recupera la alcaldía de San Salvador tras 12 años de gestión efemelenista. No es de extrañar la importancia que el partido oficial le ha dado a dicho resultado favorable en la capital. También porque desde otros puntos de vista no le ha ido tan bien en la elección de los alcaldes.

Efectivamente, si lo que se examinan son las tendencias, quién sube y quién baja, Arena ha perdido 25 alcaldías. En cambio el FMLN ha sumado 35 al total de 58 que obtuvo en 2006. Es la única fuerza que ha crecido en las municipales, todos los demás partidos registran pérdidas en la cantidad de alcaldes que han colocado.

El PDC tiene dos menos y el PCN pierde seis. El CD logra buenos resultados en 17 concejos comunales donde iba en coalición con el Frente. Donde iba solo ha podido ganar únicamente dos alcaldías.

El gran perdedor es el FDR: no logra ningún alcalde. Ni siquiera en Nejapa, donde la quinta reelección de René Canjura, antes CD y más antes FMLN, parecía segura.

Un cuarto criterio de importancia es el de la cantidad de población que será gobernada localmente por una u otra fuerza política. Aquí no se trata tanto del número de municipios conquistados, como de la importancia y tamaño de los mismos. La primera fuerza municipal es el FMLN, que gobernará localmente a 2 millones 800 mil habitantes. Está muy por delante de Arena, que lo hará sobre unos 2 millones de ciudadanos.

Un quinto indicador es la cantidad total de votos obtenidos, donde el Frente aventaja a Arena en algo más de 20 mil votos. Al comparar este resultado con el de las elecciones a diputados llama la atención el que en la legislativa la distancia se agrande a 90 mil votos. Ha habido votación diferenciada a nivel nacional.

Algo que también resulta llamativo en la ciudad de San Salvador: el FMLN obtuvo unos 4 mil votos más en la elección para diputados que para alcaldes. Independientemente de si hubo o no traslado de votantes, como ha venido denunciando el Frente, está claro que una cantidad significativa de gente que marcó rojo sobre la papeleta para diputados marcó tricolor en la de alcaldes.

No sólo en la capital; en general, el elector le ha dado importancia a la figura del candidato, a sus propuestas, a su campaña y a la evaluación de su gestión en los casos de reelección de los alcaldes o alcaldesas.

Las elecciones legislativas son otra cosa y tienen más relación con las preferencias partidarias, por lo que pueden ser buen indicador sobre las perspectivas que, hoy por hoy, se levantan hacia las presidenciales de marzo.

¿Quién ganó en la elección para diputados? Aquí la respuesta es más evidente. El Frente no sólo logró 3 diputados más que Arena, los mismos que aumentó para su fracción legislativa. También obtuvo la mayor votación a nivel nacional, 943 mil 288 votos. Esto son 90 mil 830 sufragios más que Arena, que obtuvo 852 mil 458 votos, los cuales no le alcanzaron para mantener el tamaño de su fracción, la cual quedó con dos diputados menos.

Las dos mayores fuerzas del país obtienen respectivamente 35 y 32 diputados, de los que sólo 4 son por residuos en el caso del FMLN y sólo 5 para Arena. Si los dos partidos mayoritarios se ponen de acuerdo, suman 67 votos con lo que sobrepasan la mayoría calificada en una cámara de 84 escaños, haciendo innecesario negociar con los otros tres partidos con representación parlamentaria.

El PCN obtiene 11 diputados, todos merced al sistema de residuos. Éste favorece a los partidos pequeños, en especial al que figura como tercera fuerza. El PCN, que obtuvo en votos 193 mil 891, obtiene en diputados alrededor de un tercio de los que consiguen cada uno de los dos grandes partidos. Está sobrerepresentado y eso le da una formidable capacidad de negociación. Es el gran ganador desde el punto de vista de la aritmética legislativa.

Curiosamente, el PCN obtiene la cantidad exacta que permite dejar en la irrelevancia a la cuarta fuerza política, el PDC. Al sumar sus votos a los areneros se alcanza la cifra mágica de 43, es decir, la mayoría simple suficiente para aprobar casi cualquier cosa. Si decide votar con el FMLN, igualmente. El PCN se convierte en el fiel de la balanza en la arena parlamentaria.

Mientras el centro-izquierda sigue sin levantar cabeza, en cambio esta formación de centro-derecha se convierte en casi indispensable y acumula gran poder. Esto puede repetirse en la elección presidencial. En ellas también la cuarta fuerza política contará.

La proyección de las legislativas arroja una fuerza del centro-derecha de alrededor de 350 mil votos, que es la cantidad que han sumado el PCN y el PDC. Aun suponiendo que un tercio de los electores de la democracia cristiana se inclinasen por Mauricio Funes, lo que es bastante suponer, todavía cien mil votantes del PDC se agregarían a los casi 200 mil del PCN, para inclinar decisivamente a favor de la derecha una segunda vuelta prevista para el 18 de abril.

En cambio, el centro-izquierda apenas ha representado 72 mil votos, de los cuales unos 25 mil que corresponden al FDR es inseguro que no se decantasen finalmente por Rodrigo Ávila. La ventaja de 90 mil que logró el FMLN en las legislativas no le alcanzan en una segunda vuelta, ni siquiera sumando el potencial del centro-izquierda.

Éste ha tenido una estrategia de succionarle votos a la izquierda, más que de hacer lo propio con el centro-derecha. El resultado es de tal debilidad que ni siquiera como aliado es significativo: un CD que es "partido-bonsai" —para usar la expresión del inolvidable y querido Héctor Oquelí Colindres—, de diminuta estatura, más un FDR que más parece "partido-zombi", que ya hace rato es cadáver pero que camina y al que todavía pudiéramos seguir viendo caminar.

En conclusión, para alzarse con la victoria el FMLN necesita ganar en primera vuelta. Según la proyección de las elecciones legislativas, si las usamos de parámetro, no alcanza. Ha obtenido 42.51% de los votos, mientras Arena logró 38.42% de los mismos. Es un 4.09% de diferencia. Necesita mucho más para alcanzar en marzo el 50% más un voto.

A no ser que supongamos que la base electoral del PCN pudiera dar la sorpresa y votar por la fórmula roja. Resulta impensable. Igual con el electorado del PDC. Lo que le falta pudiera salir de un incremento significativo, muy significativo, en la participación electoral.

O de las opiniones expresadas a pie de urna a la encuestadora LPG Datos, que no es sospechosa de sesgarse a favor de la izquierda. Un 42.9% dijeron dispuestos a votar por el FMLN en la presidencial. Pero eliminando los "no sabe/no responde", el porcentaje se traduce en un 52.5%, que daría automáticamente el gane a Mauricio Funes.

Probablemente al FMLN más le convendría abandonar su estrategia de insistir en una victoria segura y adoptar la que siguió Obama: aun cuando todas las encuestas lo daban como favorito insistía en que no había nada decidido. Si los que querían verlo en la Presidencia daban por hecho su triunfo, tal vez no irían a las urnas o dejarían de hacer campaña con sus vecinos y conocidos buscando nuevos electores. Instó a sus seguidores a redoblar esfuerzos y centró la recta final de su campaña en insistir que hasta el último voto contaba.

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Anónimo
13/02/2009
18:31 pm
señores de tendencia izquierda, es hora de poner los pies en el suelo, y reconocer que no contamos con las cantidades descomunales de dolares para realizar propaganda por los medios de comunicaciòn. es necesario trabajo de hormiga , para convencer al electoral indeciso que es neserario un cambio, manos a la obra, no desperdiciemos ni un segundo para concientizar
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Anónimo
04/02/2009
08:33 am
no cabe duda que la derecha esta trabajando duro por seguir en el poder a nosotros nos tocara trabajar duro por que nuestro querido y sufrido pueblo salga masivamente a votar por el cambio ya estamos hartos de tanta mentira e injusticias y prepotencia de arena
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