Machismo atávico

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Editorial UCA
08/06/2012

Una vez más, un acto de violencia por parte de una personalidad pública. En esta ocasión, es Rodrigo Samayoa quien se encarga de poner en evidencia la fuerza y el afincamiento del machismo en nuestra sociedad. Un machismo que no retrocede y que impide relaciones de igualdad entre mujeres y hombres. Porque es un ejercicio de machismo —se esté ebrio o no— golpear a la esposa o a algún otro miembro de la familia. Y pese a que la violencia intrafamiliar es un mal epidémico en el país, es uno de los delitos menos denunciados, pues genera temor, humillación y vergüenza, lo que impide a muchas de las víctimas reclamar sus derechos.

Hace unos meses, un hombre arremetió contra su hija por su mal comportamiento. Le propinó tal paliza que la joven tuvo que ser llevada al hospital para que le curaran las lesiones. Sin embargo, no siguió las recomendaciones de sus compañeras de trabajo ni de algunos profesionales expertos en el tema de poner la denuncia ante la Fiscalía, porque estaba atemorizada: "Si yo lo denuncio, mi papá me mata; yo quiero seguir viviendo". Interrogado por su comportamiento, la única respuesta del padre fue que ella se lo merecía. Y esa es precisamente la posición de la gran mayoría de hombres que ejercen violencia contra su familia: son violentos porque, a su criterio, es lo correcto; y no hay otro criterio válido más que el suyo. Esa forma de pensamiento tiene su origen en nuestro machismo ultramontano. El macho debe tener el control de su hogar, decide qué es lo correcto y lo incorrecto, siempre tiene la razón... Y si le toca imponer su criterio a golpes, ni modo, "ellas se lo buscan" por no hacer caso o por "portarse mal".

Rodrigo Samayoa y el hombre antes mencionado tienen en común que son personas con estudios, profesionales que gozan de algún prestigio en la sociedad, tienen un buen trabajo y una posición económica superior a la media. Pero tienen en común, también, que nada de ello los salva de comportarse cavernariamente. Suele creerse que el machismo y las actitudes violentas solo tienen lugar en los estratos sociales menos favorecidos. Esto, por supuesto, es erróneo: el comportamiento machista, la violencia de género y familiar, el acoso y abuso sexual se dan en todos los estratos sociales. Erróneo es también pensar que el machismo es cuestión exclusiva de los hombres. Muchas son las mujeres que aplauden el comportamiento del macho, educan a sus hijos con patrones machistas y justifican el maltrato masculino con acusaciones hacia la víctima, que ponen en duda la honorabilidad de la mujer maltratada.

Así, precisamente, actuó el partido GANA, al apurarse a defender a su diputado poniendo en duda la veracidad de la acusación de su esposa. Tampoco han faltado los comentarios, tanto de hombres como de mujeres, que pretenden justificar la actuación de Samayoa acusando de comportamientos irregulares a su cónyuge. De nuevo, el machismo se impone y busca salvar la actitud del varón, al que se le da mayor credibilidad que a la mujer victimizada. En contrapunto, es loable que las parlamentarias se hayan unido sin distinción del color político para solicitar que se actúe con justicia, apego a la ley y en defensa de la víctima. Ya son varias las veces que las diputadas se unen en una sola voz para defender los derechos de las mujeres y denunciar las actitudes discriminatorias. Algunas normativas importantes, como la Ley Integral Especial para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, han prosperado gracias a su iniciativa y apoyo.

El machismo es una enfermedad que debe erradicarse. Hay buenas leyes que protegen a las mujeres, ayudan a tomar conciencia de la igualdad de género y encaminan hacia una sociedad libre de violencia y respetuosa de los derechos de todos los ciudadanos. Eso es muy importante, pero no basta. Se debe hacer mucho más. Es necesario, por ejemplo, que se revisen todos los programas de estudio y se eliminen los contenidos machistas y toda referencia que promueva la desigualdad de género. Es necesario, pues, que se proceda a una reeducación de la sociedad para eliminar las actitudes machistas que están en la base de nuestra cultura. Hay que evitar por todos los medios posibles que se continúe reproduciendo y perpetuando este paradigma machista que propicia actos tan repudiables y que en buena medida explica los niveles de violencia que padece El Salvador.

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Anónimo
16/10/2012
07:49 am
hola me llamo jorge laverdad yo necesito alluda señores ke puedo aser en este caso mio yo me separe de mi ex mujer no me case con ella de esa relacion tubimos 2 preciosos bebes ya estan grandes uno de 3 y una de 5, bueno micaso es ke ya tenemos 2 años de separados y ella mucho me busca ocaciona discuciones para buscar pleytos me manda fotos de ella ha mi celular me mnada muchos mensajes ke ella e kiere y pues la verdad yo creo ke esta loca o me kiere amargar mi vida por lo ke ahora las leyes ayudan mas ha las mujeres y yo creo ke en ese caso las leyes estan muy ekivocados deberia ser parejo porke abemos hobres talves contados pero abemos de ke mas bien hay hombres tambien ke somos maltratados sicologica mente tambien y yo creo ke ella se esta agarrando de eso ke las leyes ayudan mas ha las mujeres yo tengon pruebas yo le paso ha mis hijos en todos los haspectos y ella ai esta jinca ke jinka ella ya se caso y sin embargo yo estoy soltero ella hace ke yo n
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Anónimo
11/06/2012
07:26 am
Es alarmante como crecen los casos de violencia intrafamiliar en nuestro país y más grave aún que las víctimas lleguemos a pensar que es algo normal en nuestra sociedad y que no requiere denunciarse. Hasta el mismo señor Samayoa declaró que eso (golpear a su esposa) no era un "delito grave" es evidente que necesitamos leyes más rígidas que ayuden a frenar este tipo de abusos y que nos lleven a cambiar esta forma de pensar.
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Anónimo
11/06/2012
06:35 am
Puede que se este confundiendo y mezclando lo que es machismo con la naturalización del uso de la violencia por parte de la figura de autoridad. Muchos Empleadores ejercen violencia parecida hacia sus trabajadores, muchas madres solteras la ejercen igual hacia sus hijos, muchos hermanos mayores hacia los menores. No hay duda de que existe machismo y es una de la fuente que legitiman gran parte de la violencia en el país. Pero al "solucionarlo" según él, dando dinero y callando a su esposa, se evidencia que es mas que un machismo.
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Anónimo
09/06/2012
07:04 am
El machismo es el mal endémico de nuestras sociedades latinas, necesita tal cual dice este editorial, una reestructuración mental. Acá compromete a todos los sectores: políticos, educativos, religiosos, etc. Cada ciudadano es responsable de que esto no vuelva a suceder. Ojalá hubiera mayor firmeza para actos tan bochornosos como estos, sin importar color político o estrato social. Mano dura para este seudoser y seudociudadano
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Anónimo
08/06/2012
15:26 pm
yo creo que el machismo no es una enfermedad si no falta de caracter y educacion el que este señor tenga un trabajo mejor que la mayoria no quiere decir que sea EDUCADO ni que sea un ser humano estos comportamientos son debidos a que algun complejo de inferioridad tiene que quiere cubrir de esa manera . Que page un buen psicologo
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