Oligarquías partidarias y candidaturas

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Las elecciones internas en el FMLN se desarrollarán el 25 de junio próximo, proceso en el que este partido político definirá candidaturas para diputaciones y concejos municipales. Igualmente Arena y los partidos políticos restantes están a las puertas de un proceso electoral interno, que en algunos casos se extenderá a finales de julio, para contar con candidaturas en firme en agosto. Sin embargo estos procesos a pesar de estar institucionalizados, se ven influidos y marcados por las estructuras informales (Freidenberg y Levistsky, 2007) que desde el interior de los partidos políticos forman parte de las relaciones de poder en disputa.

Como se observa en los resultados del proceso de definición de candidaturas en elecciones previas, y en los candidatos y candidatas que resultan electos por varios períodos consecutivos, resaltan rostros ya bastante conocidos, que figuran también en las dirigencias partidarias y recurrentemente vuelven a formar parte de las listas (Milagro Navas-Alcaldesa de Arena y miembro del Coena; Medardo González-Diputado y Secretario General del FMLN, Guillermo Gallegos-Diputado GANA y Vice-presidente de campaña y asuntos estratégicos), sin abrir mayor espacio a nuevos sectores o liderazgos. Esta es una práctica regular tanto al interior de El Salvador como fuera de él. Al respecto, hay que recordar que parte de los signos de avance en la democratización de una sociedad los constituyen los procesos de elecciones primarias al interior de los partidos políticos, ya que constituye un mecanismo importante para la inclusión de la representación de diversas poblaciones y sectores, postulando por esta vía a funcionarias y funcionarios cercanos con las problemáticas más sensibles y críticas del país.

En este sentido, las militancias y ciudadanía deben estar atentas y vigilantes a la medida en que los partidos políticos desarrollan sus primarias apegados a los procedimientos previstos en sus normativas para ello, o por el contrario, se trata de procesos electorales en los que privan las estructuras informales de decisión, imponiendo candidaturas afines a los intereses de las oligarquías partidarias (Michels, 1991) y grupos de poder vinculadas a ellas (con mecanismos como el dedazo). El Tribunal Supremo Electoral (TSE) tendrá la responsabilidad de verificar que se ha cumplido con elecciones primarias de forma democrática, y la población y activistas partidarios tendrán la oportunidad de observar por ejemplo el cumplimiento de cuotas (mujeres, juventud, población con discapacidad), y de denunciar las irregularidades que hayan podido darse, para su sanción.

Sin duda, las transformaciones que se han dado en el sistema político, y las normativas que orientan los procesos electorales desde la fase de elecciones primarias, han abierto nuevos espacios y procesos para profundizar los avances en su democratización, por lo que deben activarse y vigilarse, para acercarnos poco a poco a prácticas más democráticas, con mejores opciones y resultados para la población salvadoreña.

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Freidenberg, Flavia y Levistsky, Steven (2007). “Organización informal de los partidos políticos en América Latina”, Desarrollo Económico, Vol. 46, N° 184.

Michels, Robert (1991). Los partidos políticos. Buenos Aires: Amorrortu.

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