Sun Tzun y el covid-19

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Omar Serrano
22/04/2020

Ya que en esta emergencia sanitaria la lógica y el lenguaje militar parecen imponerse, quizá esa terminología pueda llamar la atención sobre algunos aspectos de primera importancia. El arte de la guerra, el más antiguo y brillante tratado militar, escrito por el pensador, militar y político Sun Tzun en el siglo V a.C. y que ha tenido influencias en la política, en los negocios y hasta en los deportes, nos puede brindar alguna luz también en esta batalla sanitaria contra el covid-19.

La primera es que a los soldados que van a los frentes de guerra hay que cuidarlos como a hijos. “Mira por tus soldados como miras por un recién nacido; así estarán dispuestos a seguirte hasta los valles más profundos; cuida de tus soldados como cuidas de tus queridos hijos y morirán gustosamente contigo”. En esta hora crucial de la historia, quienes están en la primera línea de esta batalla son los trabajadores de la salud, desde los médicos hasta los encargados de colaborar en la logística. Las múltiples denuncias sobre falta de equipo de protección y especialmente el incierto número de casos provenientes de este sector con sospecha de haber contraído el virus y enviados a cuarentena evidencian que, a pesar de que el país tomó con anticipación algunas medidas para evitar la propagación del virus, en este campo no se ha hecho lo necesario.

El 3 de marzo de este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue tajante en esta materia: “No podemos detener la COVID-19 sin proteger primero a los trabajadores sanitarios”. En el mismo comunicado se constata que “la escasez de suministro (faltan guantes, mascarillas médicas, respiradores, gafas de seguridad, pantallas faciales, batas y delantales) hace que profesionales médicos, de enfermería y otros trabajadores de primera línea estén peligrosamente mal equipados para atender a los pacientes”. Este principio tan elemental no parece estar garantizado en el país.

Por otra parte, el Ministerio de Salud acaba de enviar a los establecimientos del ramo los “Lineamientos técnicos para el uso de mascarillas y trajes de protección personal por la emergencia por COVID-19”. En esos lineamientos se indica que “serán asignadas siete mascarillas para ser utilizadas en el trabajo por persona”, para que se use una cada día de la semana, y que las mismas serán reutilizadas, por lo que deben guardarlas después de su uso. Por el contrario, la OMS estipula que “las mascarillas deben cambiarse al dejar las áreas de aislamiento o cuando estén mojadas o visiblemente sucias [...] Otro personal fundamental sin responsabilidades de cuidado directo de un paciente puede usar mascarillas o máscaras filtradoras de partículas, si hay suficientes provisiones. Estas deben cambiarse cada 4 horas o cuando estén mojadas o visiblemente sucias”.

En los citados lineamientos del Ministerio se dice algo similar a lo de las mascarillas sobre los trajes de protección personal. Estas orientaciones han aumentado todavía más las preocupaciones en el personal de salud, pues consideran que pueden exponerlos con mayor facilidad al contagio. Por eso, esos lineamientos deben explicar, al menos, qué tipo de mascarillas y trajes de protección se les brinda.

La segunda estrategia de Sun Tzun que puede tener aplicación en la emergencia se refiere a los resguardos necesarios en la batalla. “Hay algunos caminos que no deben transitarse; algunos ejércitos que no deben atacarse, algunas ciudades que no deben asaltarse; y algunos terrenos que no deben reclamarse”. En este sentido, gran preocupación ha causado el anuncio de que hospitales como el Médico Quirúrgico del Instituto Salvadoreño del Seguro Social serán utilizados como nosocomios de segunda línea para personas con covid-19. Todo el personal de salud en este y otros hospitales ha demostrado con creces su disposición a cumplir el juramento hipocrático; por tanto, la preocupación no es sobre su disposición, sino por el papel estratégico que juegan estos establecimientos.

En el Médico Quirúrgico se atiende a personas que padecen enfermedades que las hacen más vulnerables a complicaciones en caso de contagiarse con covid-19. Pacientes con enfermedades crónicas renales, cardíacas, pulmonares u oncológicas están ingresados en ese hospital o llegan a recibir tratamientos ambulatorios. Si se decide que este y otros hospitales de tercer nivel reciban pacientes de la actual epidemia, el Ministerio debe garantizar espacios seguros para áreas de donantes y para pruebas inmuno-hematológicas y de tamizaje. También deberían suspenderse los tratamientos de quimioterapia, tanto intensiva como ambulatoria, y la consulta externa.

En fin, retomar uno de estos hospitales para atender la pandemia significaría una pérdida importante en la atención nacional de las patologías que estos centros de salud cubren. El Gobierno y el Ministerio deben analizar bien sus movimientos, no vaya a resultar, como dice el adagio popular, que por vestir un santo se desvista otro, lo que en este contexto sería gravísimo. Además, hay otras dos luces que pueden iluminar en este contexto.

Dice Sun que la razón por la que se obtienen victorias es por el conocimiento previo, que “no puede obtenerse a partir de los espíritus, ni de dioses, ni por analogía con hechos pasados, ni por cálculos. Debe obtenerse de hombres que conocen la situación del enemigo”. ¿Quiénes ayudarían más en este caso de emergencia sanitaria? ¿Están ellos al frente de la estrategia? Y para terminar, esta otra pincelada que Sun dejó para la posteridad y que puede arrojar mucha luz en estos tiempos oscuros: “Un líder lidera con el ejemplo, no por la fuerza”.


* Omar Serrano, vicerrector de Proyección Social.

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